Desde hace varios años, y gracias a la incorporación masiva en los automóviles modernos, las cajas automáticas han pasado de ser algo malo, que sólo a los norteamericanos podían gustarle, a convertirse en uno de los cambios más profundos de la industria del automóvil.
Para que la deconstrucción de tantos mitos negativos haya sido posible, tuvo que aparecer la electrónica como parte fundamental de la tecnología con la que funcionan, lo que las convirtió en más simples, más efectivas y más accesibles. Sin embargo, esa evolución trajo complejidades que resolver, y entre ellas está la de saber cuándo y cómo usar las distintas funciones que ahora cuentan los automovilistas en estas cajas de velocidades que prescinden del pedal de embrague.
Populares, pero no bien entendidas
“Las cajas automáticas ahora son populares, lo que implica que todavía se tenga mucho desconocimiento respecto a su correcto uso y funcionamiento”, dice el experto Luis Toso, fuente de consulta de Infobae en este tema.
“Esto se percibe incluso en situaciones muy simples como las de ir en un auto con caja automática, y que en cada semáforo el conductor seleccione la posición de Neutral (N), basado en la creencia de estar evitando el desgaste del embrague por patinamiento, cosa que ocurriría si se mantiene el auto detenido en Drive (D). Y nada más alejado de la realidad. En realidad los discos trabajan justamente cuando se cambia la posición de la palanca”, completó a modo de introducción sobre un tema que para muchos conductores es un absoluto interrogante, y que incluso por vergüenza, no suele ser materia de consulta.
“Hay una generación completa de conductores a los que nadie les enseñó cómo son las cajas automáticas. Toda su vida tuvieron caja manual, de pronto compran un auto nuevo con esta tecnología, y simplemente improvisan usándola como les parece, pero sin mucha información que deberían conocer para sacarle el rendimiento adecuado e incluso para no desgastar sus componentes prematuramente”, aseguró Toso.
Las primeras cajas automáticas de los años 60 y 70 tenían cinco posiciones, pero distintas a las actuales. Originalmente se podía seleccionar la P para estacionar y dejar la transmisión trabada, la R para retroceso, cosa que se mantiene inalterable, la N para punto muerto o neutro donde no hay tracción en ninguno de los sentidos pero las ruedas están libre de rodar, y luego había tres posiciones hacia adelante que eran 1, 2 y D, que tenían por finalidad ser una primera muy corta que se podía seleccionar con el número 1 para hacer fuerza, una segunda posición en la que sólo cambiaba de primera a segunda, la del número dos, e impedía que entre la tercera marcha, y finalmente la última posición, la D, que permitía que la caja utilice todas las marchas, que originalmente eran sólo tres.
Después aparecieron las cajas de cuatro velocidades y se incorporó la el número 3, de modo que la caja en esa posición sólo usaba primera, segunda y tercera.
“Esos números limitaban hasta qué marcha podía funcionar la caja. Después, con el tiempo los números 1 y 2 cambiaron por L (Low), de modo tal que si se estaba traccionando con fuerza, como cuando se arrastra una casa rodante o una embarcación, la caja no tirara todos los cambios del vehículo, porque si se pasa a tercera y cuarta se genera sobrecalentamiento de la caja. Eso hoy en día evolucionó en algunas cajas de modo que al colocar la letra L, en realidad se usa la primera marcha que es mucho más corta que la primera convencional. En realidad, lo que sucede es que esas cajas cuando no se activa la L, se usan desde segunda en adelante, dejando la primera como si fuera una baja”, dijo el experto.
Cuidar la transmisión
La letra L también permite usar el vehículo en arena con mejor desempeño que el que muchos creen. Toso explicó que “la L mantiene el motor revolucionado. A muchos les resulta extraño porque dicen que el motor va forzado. No es así, el motor va revolucionado y no va cargado de acelerador, pero es ir en cambios altos. Ese es un concepto equivocado que tienen muchos. ‘Yo lo llevo en un cambio alto en la arena’, te dicen. Y sí, el motor tira, las ruedas traccionan, el problema se traslada a la transmisión que termina generalmente en sobrecalentamiento y posible daño”.
Pero con la llegada de la electrónica, las cajas incorporaron una nueva letra, la S, que algunos interpretan como Sport y otros como Secuencial, y que más allá de la semántica, lo que significa es que el vehículo con la caja en ese modo, se convierte en un auto con tendencias más deportivas.
La función S se puede usar en modo automático o manual en casi todos los casos, porque suele estar acompañada de un accionamiento que maneja el conductor moviendo la palanca para adelante y atrás o para derecha e izquierda. Pero como no todas las marcas quieren que esa función sea relacionada con una conducción deportiva sino con una manual de tipo secuencial, que no tiene casilleros para cada cambio sino sólo dos posiciones para subir o bajar marchas, lo que algunos fabricantes hacen es colocar la letra M en su lugar. S o M suelen ser similares cuando la caja tiene la palanca para que el conductor accione.
¿Y esos signos?
Esa acción a veces se reemplaza por dos botones con el signo “+” y “-”, que están en la empuñadura del comando. Pero eso no siempre sucede. A veces la función S está acompañada de paletas detrás del volante, las conocidas “Paddle shift”, y entonces cambia el uso del modo.
“Cuando los autos electrónicamente tienen esta función S y hay paletas detrás del volante, lo que cambia no es solamente el mapeo del motor para tener mejor respuesta al acelerador, sino que se suele estar configurando también la entrega del torque, la sensibilidad del pedal, etc. Pero esto no impide que las paletas también se puedan usar en modo Drive, aunque en este caso, solo será accionado el cambio sin los otros accesorios a la conducción del modo Sport”, dijo el experto.
Este tipo de variaciones electrónicas son las que dan lugar a los modos de conducción, y allí se abre otro tipo de configuraciones, donde la caja de velocidades automática tiene una parte que hacer, pero las suspensiones, la dirección y el acelerador también se adaptan a las cualidades del terreno que se seleccionaron.
Plan B
Finalmente, la otra letra que aparece en los autos con transmisión automática es la B. Pero en este caso no se utiliza en cualquier vehículo sino sólo en los que tienen propulsión electrificada como los híbridos, híbridos enchufables y eléctricos puros. La B es asociada a la palabra Brake (freno en inglés) y lo que activa al ser seleccionada es el sistema de recuperación de energía para recargar baterías con el freno motor eléctrico.
En un auto con esta tecnología, si se conduce en D se consume toda la batería y sólo se recupera electricidad al accionar los frenos del pedal, pero al colocar el modo B, cada vez que se suelta el acelerador, el motor eléctrico invierte su rotación y se convierte en un freno que genera energía cinética que recarga la batería de litio.
Una duda final que muchos tienen es si se puede cambiar el modo mientras se está rodando con el auto. Y la respuesta es algo obvia pero necesaria también. No se puede cambiar a Retroceso o Parking, pero sí entre Drive y Sport o Manual.
“Siempre que sea en el mismo sentido de giro de las ruedas, sí. Estos son todos sistemas electrónicos. Tanto al accionar las paletas como los botones de S o M, lo que se está enviando es una señal a la computadora del automóvil, indicando la intención del conductor. No hay acoples mecánicos de modo que ese cambio se puede hacer sin problemas. De hecho, en los ensayos que siempre se hacen a estos sistemas, se hacen siempre pruebas como bajar muchos cambios juntos, pero eso no es problema porque los parámetros que necesita la computadora para obedecer esa orden tienen que ser los correctos, de modo que si una marcha no se puede colocar porque se rueda muy rápido para la relación que se ha seleccionado, simplemente no es autorizada y la caja queda en el cambio inmediato anterior posible”, finalizó Toso.
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