Juris Kaza
Riga, 21 oct (EFECOM).- El fin del dinero muy barato, unido a los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE) por contener la inflación subiendo los tipos de interés, ha provocado una reacción en contra de los intereses aplicados a las hipotecas y la política crediticia de los bancos en los países bálticos.
Lituania empezó aprobando un impuesto extraordinario sobre los beneficios bancarios, pero destinó la cantidad recaudada a defensa militar, en lugar de subvencionar los pagos de préstamos de particulares u hogares.
El Parlamento de Letonia, la Saeima, avanza con una ley que ordena a los bancos recortar los pagos de intereses hipotecarios en un 50 %, mientras que el presupuesto de Estonia para 2024 -aún en debate legislativo- incluye una propuesta de los socialdemócratas para gravar fuertemente los beneficios bancarios.
Estonia, junto con Letonia y Lituania, tiene los tipos de interés hipotecario más altos de la zona euro, con una subida de más de dos puntos porcentuales, por encima del 5,2 %, según los medios estonios.
"Los préstamos estonios para vivienda han estado por encima de la media de la zona euro durante los últimos siete años. El tipo de interés medio de la zona euro fue del 3,69 % en junio", señaló la radiotelevisión pública Err.ee.
En los tres países el mercado bancario está dominado por bancos de propiedad sueca como Swedbank, SEB Bank o Luminor, propiedad conjunta del sueco Nordea y el noruego DNB Bank.
En Letonia la propuesta de establecer un descuento del 50 % en el pago de intereses hipotecarios -principalmente a los bancos de propiedad escandinava- se remonta a la crisis financiera de 2008.
Según se afirma, los intentos de Letonia de salvar al Parex Bank, en problemas, y de no devaluar el lat, la moneda letona en aquel momento, también "salvaron" a los bancos suecos, que estaban muy expuestos en el auge de los préstamos hipotecarios y de otro tipo que condujo a la crisis.
Parex Bank fue liquidado y reestructurado como Citadele Bank, propiedad de una serie de inversores estadounidenses e internacionales.
Según Andris Suvajevs, parlamentario de los socialdemócratas Progresistas (Pro), en el debate de la Saeima, el Estado rescató a un banco en particular, pero en cualquier caso, el contexto previo al inicio de la crisis fue que los bancos " emitieron préstamos de forma irresponsable y, luego, en consecuencia, la política aplicada por el Estado fue tal que los prestatarios no estaban protegidos".
Ainars Slesers, ministro en gobiernos letones anteriores y fundador de la oposición populista Letonia Primero (LPV), abogó por forzar la desinversión de algunas filiales bancarias de propiedad sueca para acabar con lo que califica de monopolio bancario dirigido desde Estocolmo.
Según un comentario de Swedbank en Letonia a EFE, "las enmiendas a la ley que se están debatiendo actualmente indican el deseo del parlamento de boicotear la política monetaria específica del BCE que obliga a Letonia como país de la eurozona a reducir la inflación (afectando a los tipos Euribor fijados por el BCE en toda la zona euro), así como el deseo del parlamento de empezar a fijar precios en el sector bancario (limitando los tipos de riesgo bancario añadidos)."
"El principal motor de la subida de los costes de endeudamiento ha sido la política monetaria del Banco Central Europeo. (…) Como consecuencia, el Euribor ha subido y más del 90 % de los préstamos hipotecarios en Estonia están vinculados al Euribor", citó Err.ee a Taavi Raudsaar, economista del banco central de Estonia.
En Letonia, Janis Reirs, miembro del partido centrista liberal Nueva Unidad (JV) de la primera ministra, Evika Siliņa, y ministro de Finanzas en un gobierno anterior, impulsa la propuesta de recorte de los tipos de interés como presidente de la comisión parlamentaria de Presupuesto, Finanzas e Impuestos.
Según Reirs, la ley es necesaria para evitar que una gran parte de la población letona acabe en "condiciones financieras poco envidiables".
Swedbank, sin embargo, sugiere que las afirmaciones de los políticos sobre un significativo impacto negativo por el aumento de los tipos en las economías domésticas en Letonia son exageradas.
"Entre 2022 y septiembre de 2023 las cuotas de los préstamos del 72 % de los clientes no aumentaron más de 100 euros al mes", señala.
Además, la cifra de clientes cuyas cuotas superarían el umbral del 40 % de los ingresos mensuales totales se mantuvo en el 11 % a partir de septiembre de 2023, agrega.
"En los nueve primeros meses de 2023 sólo se reestructuraron 64 préstamos, y en el 66 % de los casos la razón principal fue una disminución a largo plazo de los ingresos", sostiene.
El banco insiste en que intenta ayudar a todos los clientes que piden ayuda para pagar sus hipotecas, reestructurando los préstamos de los que están en verdaderos apuros y examinando todas las solicitudes de ajuste de los tipos de interés por parte de cualquier prestatario.
"En los nueve meses de este año hemos revisado individualmente los tipos de interés de más de 600 clientes", afirma.
La votación final sobre la ley letona podría producirse la semana que viene, y tanto los defensores de la propuesta de ley como los analistas afirman que es probable que sea recurrida ante los tribunales. EFECOM
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