Luis Caputo afirmó que la gente va a tener que vender sus dólares para pagar los impuestos; que el peso va a ser la moneda fuerte, agregando que todos vamos a querer tener pesos y, en tercer lugar, les pidió a los empresarios que saquen los dólares del colchón para invertir.
La primera afirmación implica decir que la gente va a tener que desahorrar para pagar impuestos, es decir para sostener al sector público, lo que implica que el ajuste pasará por el sector privado en lugar de por el sector público.
Lo normal es que los impuestos sean pagados con el flujo de ingresos que tiene el sector privado sin necesidad de tocar sus ahorros, porque en ese caso debe desviar recursos destinados a inversiones para financiar gastos del Tesoro, es decir consumo del Estado. Los impuestos, que son flujo deberían poder pagarse con ingresos privados que son un flujo y no con un stock que es el ahorro.
Recuerdo que en su charla a empresarios en un encuentro en Bariloche, el presidente Milei dijo que los que habían fugado capitales eran héroes porque lograron escapar de las garras del Estado. Pero ahora nos dicen que esos héroes dejarán de serlo si no venden sus dólares para sostener al Estado. Un discurso bastante contradictorio.
Lo normal es que los impuestos sean pagados con el flujo de ingresos que tiene el sector privado sin necesidad de tocar sus ahorros
Si el sector privado destina ahorros para pagar impuestos en lugar de a inversiones, la economía no crecerá, no se crearán nuevos puestos de trabajo, la productividad de la economía no crecerá y los salarios reales no podrán crecer.
Que parte del ajuste viene recayendo sobre el sector privado se puede ver en el gráfico que muestra cuántos puestos en relación de dependencia se perdió en el sector privado y en el sector público entre noviembre 2023 y junio 2024, según datos del Ministerio de Trabajo: 136.370 en el primer caso y 37.561 en el segundo, equivalente a 2,1% y 1,1%, respectivamente.
Absorción de pesos
Respecto a que el peso va a ser la moneda fuerte, se contradice con el discurso de campaña de Javier Milei que sostenía que el peso era “excremento” que no servía ni para abono y que iba a cerrar el Banco Central. Lo que dice ahora Caputo es que el peso va a ser una moneda fuerte y el dólar una moneda débil.
En economía se conoce la Ley de Gresham que afirma que “la moneda mala desplaza a la buena del mercado”. Pero, como enseñó Friedrich Hayek en “Desnacionalización de la Moneda”, esto se da solamente cuando la moneda mala tiene curso forzoso. En condiciones de libre competencia, la moneda buena desplaza a la moneda mala del mercado.
Si Luis Caputo afirma que el peso va a ser la moneda fuerte, si hay competencia de monedas, por lógica consecuencia el peso desplaza al dólar, con lo cual el dólar sería la moneda débil. Un razonamiento que luce bastante difícil de lograr.
Si hay competencia de monedas, por lógica consecuencia el peso desplaza al dólar, con lo cual el dólar sería la moneda débil
De todas formas, si el peso va a tener cada vez mayor poder de compra, quiere decir que con menos pesos se va a poder pagar más impuestos. No se entiende por qué la sociedad va a tener que vender sus dólares para pagar impuestos si el peso va a ser el super peso.
Salvo que desaparezcan los pesos de circulación, con lo cual no se podrán pagar los impuestos con pesos y la AFIP tendrá que aceptar dólares. Como se ve, bastante confuso el razonamiento del ministro.
Por último, s (leyes, normas, códigos, costumbres y política económica) para que resulte atractivo hundir capitales en el país.un gobierno no tiene que pedir que los empresarios inviertan, tiene que crear las condiciones institucionales creíble
Si se observa el proyecto de Ley de Presupuesto se puede verificar que la recaudación tributaria sobre el PBI aumenta levemente en 2025 respecto a 2024. Esto implica que la carga tributaria sobre el sector privado será mayor en lugar de bajar. Pero el Gobierno insiste con que cuando la economía crezca y el Estado recaude más, ahí va a poder bajar los impuestos. El problema es que con la carga tributaria existente resulta difícil imaginar una lluvia de inversiones que permita crecer a la economía y, por lo tanto, bajar los impuestos.
Ya pasaron nueve meses de gobierno, tiempo más que suficiente para liberar el mercado de cambio
Si a esto se le agrega que la salida del cepo cambiario no tiene fecha de vencimiento, surge la pregunta: con esta carga tributaria y el control de cambios ¿puede crecer la economía? Tal vez el Gobierno debería repensar su política económica y dejar de creer que el déficit cero es innegociable y entender que la baja del gasto público es lo innegociable, al tiempo que es necesario liberar el mercado de cambios.
Ya pasaron nueve meses de gobierno, tiempo más que suficiente para liberar el mercado de cambios. Cuando eso ocurra, se estará dando el primer paso para que los empresarios piensen en invertir en la Argentina. Mientras tanto, los dólares seguirán bajo el colchón.
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