Caputo consiguió otro mes de superávit financiero, lo que implica un "sobreajuste" fiscal en comparación con lo comprometido con el FMI. REUTERS
Caputo consiguió otro mes de superávit financiero, lo que implica un "sobreajuste" fiscal en comparación con lo comprometido con el FMI. REUTERS (Agustin Marcarian/)

El Ministerio de Economía podrá mostrar en la mesa de conversación con el Fondo Monetario Internacional un marcado “sobreajuste” del gasto público en los dos primeros meses del año, de cara a la primera meta fiscal trimestral acordada entre el Gobierno de Javier Milei y el organismo y mientras aún se analiza si ambas partes aceptan migrar hacia un programa financiero distinto que implique nuevos desembolsos al Banco Central.

El próximo paso en la relación entre el Poder Ejecutivo y el FMI tendrá lugar la semana próxima, cuando el director del Departamento del Hemisferio Occidental Rodrigo Valdés llegue a Buenos Aires para participar de un seminario financiero. Si bien no viajará en plan de misión oficial -como sí lo hizo hace un mes la subdirectora gerente Gita Gopinath-, se espera que haya contactos entre el economista chileno y los funcionarios del equipo económico.

El presidente Javier Milei y el ministro de Economía Luis Caputo hablaron en los últimos días abiertamente de las chances ciertas de contar con un programa nuevo con el Fondo, que pudiera incluir un endeudamiento neto adicional a los USD 45.000 millones desembolsados entre 2018 y 2019 y que el acuerdo actual refinanció desde marzo de 2022. Un programa de esa naturaleza, más allá de las características y metas que pueda tener, debería contar con el respaldo del Congreso, algo que quedó establecido por ley durante el mandato de Alberto Fernández. La dinámica política, de hecho, es una de las cuestiones que observa con atención el directorio del FMI, que suele pedir apoyo político amplio para los acuerdos que suscriben los ministros de Economía y presidentes del Banco Central de los respectivos países.

Por lo pronto, hay un programa en marcha que en dos semanas tendrá su primera fecha de corte relevante tras el cambio de Gobierno. A fines de marzo vencerán las primeras metas fiscales y de reservas que renegociaron y firmaron Caputo, el presidente del Banco Central Santiago Bausili y los funcionarios del Fondo Monetario. Con los datos a disposición, el equipo económico se encamina a un cumplimiento por mucho margen de esos objetivos iniciales, especialmente en el plano fiscal.

Cuestionan la sostenibilidad del superávit fiscal de febrero
Variación del gasto en febrero, según estimaciones de economistas de la oposición

El viernes, algunos días antes de lo previsto según la agenda de la Secretaría de Hacienda, el equipo económico publicó el resultado fiscal de febrero. El segundo mes del año terminó con un superávit primario -sin intereses de deuda en la cuenta- de 1,2 billones de pesos. Como en enero esa cifra había sido de un billón de pesos, en el acumulado del primer bimestre del 2024 el superávit primario fue de 3,2 billones de pesos, que según aseguró el ministro de Economía equivalen a unos 0,5% del PBI. Al sumar en la consideración los intereses de deuda, en febrero se pagaron casi $895.000 millones por lo que el superávit financiero fue, en defintiva, de $338.000 millones. Un mes antes esa cifra había sido de casi $520.000 millones.

Como el Gobierno se propuso tener equilibrio financiero -no superávit-, otra forma de verlo es que el equipo económico realizó un “sobreajuste” de unos $856.000 millones. Dicho de otra forma, aún si hubiese gastado $856.000 millones demás, todavía podría mostrar equilibrio en las cuentas públicas y no se habría movido de su objetivo central. Los números fiscales que acumula en el primer bimestre del año también implican un terreno allanado para cumplir con la primera meta trimestral acordada con el Fondo Monetario. Para fines de marzo el superávit primario debería ser de $962.400 millones, por lo que el Palacio de Hacienda arrancó el mes de marzo con un margen de maniobra de 2,2 billones de pesos para no incumplir con ese objetivo explicitado en el último staff report.

El equipo económico realizó un “sobreajuste” de unos $856.000 millones. Dicho de otra forma, aún si hubiese gastado ese monto demás, todavía podría mostrar equilibrio en las cuentas públicas y no se habría movido de su objetivo central

“Durante el primer bimestre del año, los ingresos totales un 2,5%, mientras que el gasto primario descendió un 38% interanual real. Cabe destacar que esta variación real del gasto primario resultó ser la mayor variación interanual real de los últimos 30 años para un bimestre”, analizó un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) para poner en medida histórica cuál es la magnitud de la corrección fiscal que cristalizó en esta primera etapa de mandato el gobierno libertario.

En términos de reservas el Gobierno también podría mostrar un número favorable en la mesa técnica ante el Fondo Monetario, un proceso que comenzó en las últimas semanas de manera sigilosa, aunque Milei y Caputo salieron a asegurar en público que esas conversaciones, aunque preliminares, están en marcha. El 31 de marzo el Banco Central debería haber acumulado unos USD 6.000 millones en comparación con el nivel de divisas que tenían sus arcas cuando Milei asumió el mando de la Casa Rosada. Las metas trimestrales de acumulación de reservas incluyen en la cuenta los desembolsos que el Fondo Monetario habilite a lo largo del año para el gobierno a medida que cumpla las metas. En lo que va del año el BCRA compró más de USD 10.000 millones.

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Los temas en negociación con el FMI

Tal como explicó Infobae, en la agenda hay temas para limar asperezas, sobre medidas en curso y otras que planifique concretar el equipo económico en los próximos meses. En algunos tópicos hay posiciones encontradas, porque el manual del staff del FMI no ve con buenos ojos algunas medidas de política económica como un ancla cambiaria que pierda competitividad o que las tasas de interés sean negativas contra la inflación.

El FMI cree que el Banco Central debería acelerar el ritmo en el que devalúa el tipo de cambio oficial, de 2% mensual, para evitar tener que realizar, en algún momento, un salto brusco del dólar. El tipo de cambio real multilateral medido por el BCRA fue perdiendo competitividad desde la devaluación de hace tres meses, pero todavía se ubica levemente por encima del que tenía en diciembre de 2015 con el desarme del cepo cambiario.

La tasa de interés

Respecto a la tasa de interés, posiblemente el staff no haya visto con buenos ojos el recorte hasta 80% nominal anual para la tasa de referencia. El FMI, de hecho, propicia que el interés de los pesos sea positiva contra la inflación esperada. Algo así había ya dejado saber en su último reporte técnico. “Se espera que la política monetaria evolucione para respaldar la demanda de dinero y la desinflación, incluso mediante el establecimiento de un ancla nominal”, había sugerido.

La idea de que el Fondo Monetario otorgue dólares adicionales al Banco Central es una posibilidad cercana, que podría estar vinculado a una salida del cepo cambiario. Si bien no arriesgan una cifra, creen que lo ideal antes de una medida de esa naturaleza es que el colchón de reservas muestre, al menos, un nivel de reservas netas en terreno positivo. Milei aseguró que la distancia hacia un desarme de los controles cambiarios es de USD 15.000 millones.

En términos de impuestos hay uno que el FMI identifica como clave para equilibrar las cuentas fiscales: el retorno de la cuarta categoría de Ganancias, que fue eliminada por el Congreso con impulso del entonces candidato presidencial Sergio Massa a fines de 2023. Es un tributo que es protagonista de un tira y afloje permanente entre el Gobierno nacional y los gobernadores provinciales al ser coparticipable. El paquete fiscal que el Poder Ejecutivo envió al Congreso junto con la nueva versión de la Ley Ómnibus incluye la restitución de la cuarta categoría, aunque todavía es una incógnita si esa iniciativa tendrá respaldo parlamentario.

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