Lamine Yamal esperó a que los focos se centrasen en el césped, y no en dirigentes polémicos ni en materiales extraviados, para dominar por completo la escena de este parón de selecciones. Se sabía de las prometedoras habilidades de la perla del Barça, pero nunca está de más ratificarlas en el siguiente nivel: el equipo nacional. Sucedió en Georgia, donde el chaval pasó a la historia por el qué, el debut con mayor precocidad registrado en la selección española. Pero también por el cómo, ya que al hito le puso un lazo magnífico en forma de gol. Todo esto con apenas 16 años y 57 días de existencia.
El día era más que propicio para darle salida a Yamal, que saltó al campo con todo ya visto para sentencia: reinaba un 0-4 (1-7 final) y la victoria a domicilio, igualmente para el recuerdo, no peligraba de ninguna manera. Justo antes del descanso, la promesa protagonizó su primer momento memorable simplemente por el hecho de entrar en el terreno de juego. Quizá lo hizo antes de lo previsto debido a las lesiones de Asensio y Olmo, pero contó igual: superó a su compañero Gavi como joven por antonomasia en la absoluta.
Pero el nuevo ídolo juvenil del fútbol español no se conformaba con el mero hecho de debutar junto a los mayores. Tras el paso por los vestuarios, no tardó en dejar muestras de su capacidad de desborde en el área. Lo de ser una mera comparsa se lo dejaba a los georgianos. Yamal, desde luego, no lo sería: Nico Williams, que inició su concurso en el encuentro a la vez que él y le precedió como goleador, le puso en bandeja el séptimo y último tanto de la jornada.
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Una diana de leyenda para España, aunque su dimensión va mucho más allá. Lo dice la estadística, porque Lamine Yamal ha superado a Gareth Bale como autor más joven de un gol en la fase de clasificación para la Eurocopa: el galés, en su día, tenía 17 años y 83 días. Por si esto fuera poco, el jugador nacido en 2007 es el tercero de menor edad que marca para una selección europea. Si queremos encontrar a sus predecesores, Opta nos dice que hay que irse, palabras mayores, hasta el siglo XIX: Sam Johnston, con Irlanda del Norte (15 años y 160 días en 1882), y József Horváth, con Hungría (16 años y 12 días en 1906).
¿Conclusión? No se veía a alguien tan precoz a la hora de anotar goles, en el balompié continental, desde hace 117 años. Toda una pica en Flandes (perdón, en Tiflis) para Lamine Yamal.
“Va a ser un camino muy largo junto a España”
Desde fuera, un aluvión de récords. Desde dentro, las sensaciones habituales en un adolescente cuando el éxito le acompaña: una felicidad tan desbordante como sus movimientos sobre el verde. “Estoy viviendo un sueño ahora mismo. Estoy muy feliz y doy las gracias a los compañeros y al seleccionador por darme la confianza que me han dado, y a todos los que me han ayudado en mi camino”, reconoció nada más consumarse su entrada en las enciclopedias.
“Se ha visto que estoy muy satisfecho con la decisión y muy feliz. Va a ser un camino muy largo junto a España y ojalá que ganemos muchas cosas juntos”, añadió, confiado tras optar por vestir la camiseta española cuando la opción de Marruecos, por sus orígenes, estaba ahí. “Los pases de los compañeros son a un nivel muy alto y eso ayuda mucho”, confesó, además. Si notó la diferencia de edad con los rivales, y así lo verbalizó, la percepción generalizada fue la contraria.
“El futuro del fútbol español está garantizado, aparecen generaciones que van a dar muchas alegrías. Celebramos que jóvenes y veteranos formamos una piña, un gran equipo, y con esta mentalidad se consiguen objetivos”, aplaudió, por su parte, Luis de la Fuente, el primer seleccionador absoluto que ha confiado en Lamine Yamal. Visto lo visto, nada hace indicar que vaya a ser el último.
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