La evolución del empleo ha sido uno de los temas de campaña electoral, tanto por el avance del trabajo formal o registrado por el Sistema Integrado Previsional Argentino, como por el incremento de la desocupación y los puestos en la informalidad; pero, ¿Cuál es la situación real del mercado laboral argentino? genera dudas entre las diferentes ópticas.
Es que no es una pregunta que se responda mirando las estadísticas del último año y ni siquiera analizando lo ocurrido durante la gestión del gobierno que termina. Para entender el “estado de salud” del mercado de trabajo los especialistas consideran prudente observar lo acontecido en la última década.
Uno de los puntos más interesantes es sin duda el que hace referencia a la cantidad de puestos de trabajo registrados en el país. Los números demuestran que se han creado miles de empleos en los últimos diez años, pero eso no implica necesariamente que el mercado laboral esté creciendo de forma saludable.
El empleo asalariado registrado creció en la última década a un ritmo que fue la mitad de la tasa acumulativa anual de la población
Según datos publicados por el Ministerio de Trabajo de la Nación, en julio de 2013 había 6.077.981 asalariados formales en el país. En el séptimo mes de este año (último dato publicado), la cifra ascendía a 6.375.498, lo que significa que de una punta a otra se crearon 297.517 puestos en esa franja del mercado.
A simple vista se podría suponer que la creación de casi 300 mil empleos es una buena noticia, pero lo cierto es que se trata de un ritmo de expansión del mercado laboral extremadamente bajo.
En términos porcentuales, el salto observado en los diez años fue de sólo 4,89%, lo que significa que el ritmo de crecimiento del sector asalariado formal fue de apenas 0,48% acumulativo anual, menos de la mitad de la tasa acumulativa anual de la población, y consecuentemente de la oferta laboral potencial.
Según los especialistas, ese porcentaje está lejos de cubrir el aumento que se debería dar de forma natural por el crecimiento vegetativo de la población.
De hecho, los Censos Nacionales del Indec muestran que entre 2010 y 2022 la población total creció 14,78%, pasó de 40,1 a 46 millones personas. Tomando estos puntos como referencia, se observa que en 2013 había 0,152 asalariados formales por habitante y hoy esa proporción se redujo 0,138, aunque no se manifiesta en un impacto negativo sobre la tasa de desempelo que mide la Encuesta Permanente de Hogares.
Qué pasó en el sector público
A diferencia de los que pasó en el sector formal, el empleo en la administración pública aumentó a un alto ritmo en los últimos diez años, superando incluso al crecimiento vegetativo de la población.
En 2013 había 0,152 asalariados formales por habitante y hoy esa proporción se redujo 0,138, aunque no se manifiesta en un impacto negativo sobre la tasa de desempelo
En detalle, en julio de 2013 había 2.809.164 empleados públicos, sumando los que cobran su salario de parte del Estado Nacional, más los que dependen de las jurisdicciones provinciales y municipales. En igual mes de este año, ese número ascendió a 3.451.257 personas con el ingreso principal de esa fuente.
Las estadísticas demuesrtan que en el transcurso de diez años la nómina en el Estado en su conjunto aumentó 22,86%, incorporó en forma neta 642.093 personas, más del doble de lo que generó el sector privado registrado en la última década.
Si se hace una relación de empleados en relación al tamaño de la población, se encuentra que en 2013 había 0,070 empleados públicos por habitante y hoy la relación llega a 0,075 empleados por persona viviendo en el país. Dicho de otra forma, el tamaño del Estado se incrementó en la última década.
Tasa de participación
Teniendo claro qué pasó con los asalariados privados registrados y los estatales, se puede pasar a una mirada más global del mercado laboral. En este punto, los expertos estiman cómo evolucionó el índice de ocupación total en la última década, valor que toma en consideración a los empleados informales, que se desprende del relevamiento de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec.
Según los datos publicados por el organismo oficial de estadísticas, en 2013 la tasa de ocupación promedio fue de 42,2% de la población. Durante los años posteriores la tasa osciló algunos puntos porcentuales hacia arriba y hacia abajo, dependiendo del período del año, pero el dato más reciente muestra que al segundo trimestre de 2023 la tasa de participación se elevó a 44,6%, similar a la obtenida en la medición de un año antes.
De una punta a otra, la tasa de ocupación avanzó 2,4 puntos porcentuales. En ese período, la tasa de actividad pasó del 45,1% al 47,6% y la de desocupación retrocedió del 6,6% al 6,2% de la oferta laboral.
Los resultados de la medición oficial muestran que, en relación al tamaño total de la población, hay más personas activas en el mercado, más ocupados y menos buscando trabajo.
No obstante, los analistas consideran otros dos factores. Por un lado, está el hecho de que el empleo público se incrementó más rápido que la tasa de natalidad; y por el otro, aún resta analizar qué pasó con el empleo informal en el país y es justamente en este punto donde se encuentra lógica al comportamiento de las grandes variables estadísticas del sector laboral, que refleja una creciente precariedad.
En menos de una década se crearon 793.000 empleos en negro
Según el Informe de Generación del Ingreso e insumo de mano de obra del Indec, en el segundo trimestre de 2016 (dato más antiguo de la serie estadística) en Argentina había 4.607.000 trabajadores informales. Siete años más tarde, en el segundo trimestre 2023 la cantidad de asalariados no registrados ascendió a 5.440.000 personas.
Eso significa que en menos de una década se crearon 793.000 empleos en negro. Ese valor explica por qué creció dos puntos la tasa de ocupación en un contexto en el que el sector formal apenas pudo crecer.
Así, el presente del mercado laboral argentino está muy lejos de ser el ideal. Hay casi tantos trabajadores informales como formales y las brechas se van acortando mes a mes. De hecho, el sector no registrado creció 2,6 veces más que el formal en la última década.
Economía en retroceso
Hay múltiples puntos que se pueden analizar cuando se intenta entender por qué el mercado laboral ha crecido tan poco y tan poca calidad en la última década, pero un dato que resume prácticamente todo, es la variación del Producto Bruto Interno (PBI).
Entre el segundo trimestre del 2013 e igual período de este año el PBI nacional registró una caída del 5,29%, lo que significa que el tamaño de la economía argentina se achicó.
A eso se suma el efecto de la alta carga tributaria que debe enfrentar el sector privado, porque desalienta la inversión, fuente de generación de empleos.
Según un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), la presión fiscal se redujo levemente entre el 2013 y el 2023, pero sigue siendo elevada y está por encima de la media histórica.
En detalle, en 2013 la recaudación tributaria total del Sector Público Argentino representaba 31,8% del PBI, una década después, después de altibajos, llegó a 31,9% del PBI.
De ahí que, en perspectiva, los analistas del mercado laboral consideran clave la eliminación de los impuestos distorsivos que desalientan la inversión productiva, y la flexibilización de la legislación laboral, no sólo para recrear la demanda de empleo porta del sector privado, sino también para reducir el peso del Estado como principal fuente de creación de puestos, porque lleva a realimentar la presión fiscal.
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