Las consecuencias de la última sequía aún se hacen sentir en el campo argentino, pues dejó un área de 6,5 millones de hectáreas cubiertas con soja, maíz y trigo que no pudieron ser cosechadas por haberse malogrado los cultivos. La provincia de Buenos Aires fue el distrito más golpeado: aportó un tercio del área que no pudo ser recolectada debido a la falta de lluvias.
Así lo indicó un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), cuyos equipos técnicos definieron la ‘Superficie No Cosechada’ (SNC) tras el impacto que tuvo la tercera y última sequía consecutiva sobre la principal área agrícola del país. El propio Miguel Simioni, titular de la entidad bursátil rosarina, comentó durante el remate del primer lote de soja de la campaña oleaginosa, que “por la sequía, en la Argentina, se dejará de cosechar un área similar a la mitad de la superficie que tiene la provincia de Santa Fe”.
La mayor parte de la superficie no cosechada corresponde a la soja
De esta manera, la BCR indicó que la extensión de tierra cultivada que no logró ser cosechada por la sequía, y otros factores como bajo o nulo rendimiento por falta de humedad en los suelos agrícolas, fueron 6.521.200 hectáreas durante la campaña agrícola 2022-23. De acuerdo a lo expresado, la mayor parte de la superficie mencionada fue aportada por la soja, con un número de 3,6 millones de hectáreas. Seguida por un área de maíz de 1,9 millón de hectáreas y también de 916 mil hectáreas destinadas al trigo, que se malograron.
Por provincia
Al evaluar el impacto que la seca tuvo por distrito, la bolsa rosarina consignó que la provincia de Buenos Aires aportó en el número final unos 2.218.500 hectáreas que no se lograron cosechar pese a haberse cubierto con los tres principales granos que se emplean en la Argentina. También Córdoba, registró un número de tierras afectadas por 1,6 millón de hectáreas, y Santa Fe otro 1,4 millón de hectáreas.
“La SNC récord es solo una más de las consecuencias que dejó la sequía en esta temporada”, dijeron desde la entidad bursátil. “En tiempos de falta de agua, este indicador aumenta: los productores pueden verse obligados a abandonar la cosecha en áreas específicas o incluso en toda una parcela debido al bajo rendimiento y a las pérdidas económicas”, señalaron. “La actual campaña no es mala, sino peor que mala”.
Este indicador se sumó a otros publicados por bolsa rosarina, que le pusieron números a la última seca, con sus efectos sobre el primer semestre de 2023: el volumen total de granos comercializados fue el segundo más bajo desde que se iniciaron los registros SIO Granos en el 2017, con apenas 51,4 millones de toneladas. También el volumen de granos descargados en puestos del Gran Rosario fue el “más bajo desde al menos el año 2001″ y la las Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE) de bienes agroindustriales fueron en el primer semestre del año “el segundo volumen más bajo de la década”.
Maíz
De los tres cultivos mencionados, el maíz es el único que todavía no culminó su recolección, ya que todavía faltan cosechar los cuadros de segunda, tras el desastre que significó la trilla de los planteos tempranos. Así, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) marcó en su informe semanal que en los últimos días las labores de cosecha se concentraron sobre el centro y norte del país, registrando un progreso intersemanal de 3,1 puntos porcentuales.
“Sobre el sur del área agrícola, abundantes lluvias retrasan las labores sobre el cereal y se reportan excesos hídricos que podrían afectar rendimientos en algunos casos”, alertó la entidad. Así, a la fecha, se logró cosechar el 51,6 % del total de maíz estimado para la presente campaña, que aún mantiene su estimación de producción en 34 millones de toneladas, de las cuales hasta el momento se han levantado 18 millones.
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