“Los mercados se anticipan”. Hay pocas frases en economía más trilladas pero más ciertas que ésa. A tal punto que mientras los bonos en dólares se derrumban en un día complejo para los mercados internacionales, los analistas e inversores no le quitan el ojo al impacto del “ruido doméstico” que provocan las elecciones. Pero en los bancos y entre los operadores de Wall Street ya no sólo preocupa el resultado electoral de la primera vuelta sino que vislumbran una transición compleja.
Un informe reciente del banco inglés Barclays puso foco particular foco en el asunto, asumiendo la posibilidad de un balotaje pero también de un eventual triunfo de Javier Milei en primera vuelta.
El análisis, elaborado por el argentino Sebastián Vargas, anticipó que “la transición es ahora un riesgo destacable” y consideró que la posibilidad de una segunda vuelta entre Milei y Massa presenta riesgos a corto plazo, al tiempo que resaltó que también conlleva riesgos el hecho de que ministro de Economía actual sea candidato.
Para Barclays, sin una financiación significativa que aporte las divisas necesarias para llevar adelante el proceso de dolarización que propone Milei, el tipo de cambio oficial que permite la recompra de pesos es significativamente más débil que los actuales niveles del tipo de cambio libre
Respecto del surgimiento de Milei como el candidato más votado, el banco sostuvo que la propuesta de dolarización sin fondos (dólares) del candidato “coordina las expectativas inflacionarias”. Esto porque, según dijo, sin una financiación significativa que aporte las divisas necesarias para llevar adelante el proceso, el tipo de cambio oficial que permite la recompra de pesos es significativamente más débil que los actuales niveles del tipo de cambio paralelo no oficial. En la medida que se advierte que se podría estar gestando un shock inflacionario, se empieza a paralizar la comercialización de bienes por retención de stock o mercadería y los precios se disparan. “Esta dinámica se materializaría probablemente de manera anticipatoria de la toma de posesión del nuevo gobierno, lo que plantea problemas de gobernabilidad”, advirtió Barclays.
La entidad señaló otros dos riesgos más técnicos que correrán los acreedores de la deuda argentina si se avanzara en una dolarización. Para que sea factible -señaló el informe- el Banco Central tiene que vender activos, pagarés del Tesoro (por ejemplo, Letras Intransferibles). A menos que “un bolsillo profundo intervenga y se lleve esos bonos, estos pagarés se convertirían en flotación adicional de riesgo argentino”, lo que presionaría aún más los precios de los bonos existentes. A su vez, esa estrategia claramente aumentaría el nivel de endeudamiento con privados del país, lo que volvería más desafiante el pago de esa deuda.
En ese punto, el trader Esteban Monte destacó del informe la decisión de la entidad de rebajar la ponderación de los bonos argentinos. “Rebajamos la calificación de Argentina. Las elecciones primarias han traído nuevos riesgos que podrían ejercer una presión adicional. Nuestra visión bajista a corto plazo es consistente con operaciones defensivas”, se resaltó.
No sólo Milei y sus propuestas económicas generan incertidumbre. También que Sergio Massa sea ministro de economía y candidato a la vez presenta dos preocupaciones inmediatas. En el plano fiscal y cambiario se mencionan las medidas de aumento de gasto y el “adelantamiento” de ingreso de dólares del próximo período para evitar un salto en la cotización del dólar. Pero el riesgo mayor de todos es si Milei gana en la 1ª vuelta. “En ese escenario, creemos que la capacidad de Massa para seguir manteniendo la economía se desmoronará. De hecho, es probable que su trabajo se vuelva extremadamente difícil debido a la dinámica inflacionaria de la dolarización sin dólares y su falta de influencia para negociar con los actores locales”, cerró lapidario y agregó que, además, la renegociación del acuerdo con el FMI se vuelve más incierta.
La mirada de Barclays está en línea con el duro pronóstico que hizo ayer la calificadora de riesgo Moody’s, cuyo escenario base para la economía argentina el próximo año es que, sin importar cuál de los tres candidatos gane las elecciones, la inflación rondará 350% anual, lo que implica una suba de precios promedio de 25% mensual a lo largo del año. En tanto, para este año, pronosticaron que la suba de precios se acelerará hasta situarse en torno al 200%, en un contexto de contracción económica de 3,5% en 2023 y un 2,5% adicional para el próximo año. Los ejecutivos de la agencia de ratings crediticios, además, fueron enfáticos en resaltar el alto nivel de incertidumbre.
Mucho menos alarmantes, incluso tal vez desactualizadas aunque igualmente graves, resultan las últimas proyecciones del BoFA para la Argentina que proyecta una caída del PBI del 2,9% para 2023, caída del 2,5% para 2024 y crecimiento del 2% para 2025, con una inflación del 129% para 2023, del 194,9% para 2024 y de 109,7% para 2025. En otros términos, en el mercado descuentan que la inflación en el próximo año, el primero del nuevo gobierno, será más alta que la de este año con una mejora que recién podría empezar a impactar en el segundo año de mandato de la nueva administración. Siempre que todo salga bien.
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