“La ventana de siete semanas podría implicar, si el mercado reacciona favorablemente, un ingreso de divisas estimado en 5.000 millones de dólares, según se analizó internamente”, habían precisado la Cámara de la Industria Aceitera (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), cuando el Gobierno puso en marcha la nueva edición del dólar soja con un valor de $300 hasta el 31 de mayo. Con conocimiento de causa, en ese mismo comunicado las entidades también habían advertido que las consecuencias de la sequía fueron muy duras para los productores y la industria, por lo que “se verá si este valor le resulta razonable a los productores para tomar decisiones de venta” y como industria logran ser competitivos para exportar.
A ocho días hábiles de iniciada la medida, los exportadores sólo liquidaron USD 900 millones con créditos de prefinanciación, y sólo se vendieron 900.000 toneladas, de acuerdo a los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Con los pesos que reciben una vez liquidadas las divisas, las empresas deben salir a comprar soja, registrar los contratos de venta de los próximos 12 meses por el 100% de la soja comprada y pagar los derechos de exportación de manera anticipada.
Ayer, las complicaciones para liquidar se extremaron y directamente no hubo ingresos a través del dólar soja. Tras una liquidación escasa del martes, con apenas USD 36 millones, un día después las divisas aportadas por el complejo sojero se redujeron a 0. El dato preocupante para los despachos oficiales fueron los USD 197 millones que debió vender el Banco Central para abastecer la demanda de los importadores.
“Si el mercado de soja no se mueve, las prefinanciaciones tampoco empiezan a entrar. Con lo que entró hasta ahora, veremos cómo se mueve el mercado, pero está muy flaco, debilitado”, dijeron fuentes del sector exportador. Y agregaron: “No sabemos si va a terminar en USD 3000, USD 4000 o USD 5.000 millones. Como la cosecha viene retrasada, tal vez empieza a fluir más a partir de fines de abril, ahí puede ser que los productores cambien de opinión, pero si el dólar blue sigue subiendo, lo más natural es que el productor retenga y decida esperar para vender la soja a un mayor tipo de cambio futuro”.
De acuerdo con datos de la BCR, el volumen anotado hasta el momento en el dólar soja 3, entre contratos y fijaciones, asciende a 892.000 toneladas, monto que resulta bajo si se realiza la comparación las dos ediciones anteriores de la misma medida. En la de diciembre (dólar soja 2), en los primeros siete días hábiles se vendieron 2,1 millones de toneladas. “Para llegar a las cifras esperadas por el Gobierno en materia de divisas a fines de mayo, la venta se tiene que acelerar mucho. Debería llegar a unas 9/10 millones de toneladas, y a este ritmo no llegan”, afirmó a Infobae el economista jefe del IERAL, de la Fundación Mediterránea, Juan Manuel Garzón.
La comercialización de la oleaginosa avanza a paso lento debido a varios motivos, según el analista. Por un lado, “recién se lleva cosechado menos del 10% de la superficie, aproximadamente entre 1,5 y 2 millones de toneladas, por lo que todavía no hay mucho para vender”. Además, Garzón recordó que a fines de marzo había más de 1 millón de toneladas de soja de la cosecha nueva que ya estaban vendidas a precio cerrado (operaciones de venta forward), por lo que, de lo que se viene cosechando hasta el momento, “debe haber al menos una parte que se está entregando para cumplir con esos compromisos”.
También influye la expectativa que hoy tiene el productor respecto del precio futuro de la soja. En el Mercado a Término de Buenos Aires (MATBA), el precio futuro de mayo se ubicó 6% por encima que el precio de abril (USD 389 versus USD 366, respectivamente), lo que indica que el mercado espera una soja más cara el mes que viene. “Eso genera incentivos a demorar ventas si el productor no tiene urgencia por vender. Por otra parte, los que no tienen este apuro se preguntan qué harían con los pesos si vendieran”, agregó el economista.
Además, la expectativa de devaluación más fuerte sigue latente. No sólo frente a la crítica situación de las reservas, que podría desencadenar una suba más acelerada del tipo de cambio oficial antes de las elecciones, sino también lo que pueda suceder luego de los comicios. Si bien hoy un valor de $300 por dólar es bueno en comparación con el tipo de cambio oficial del BCRA, en el mercado libre vale más de $400, y cuando el productor vende y recibe pesos tiene que al mercado a comprar el dólar a ese precio.
“Los que tienen soja y no tienen una necesidad de venta fuerte (por ejemplo, para poder vivir, o pagar una deuda con el banco, etc.), pueden postergar la decisión de venta. Es racional pensar que así como hubo un dólar soja 1, 2 y 3, habrá también un 4, o que les pagarán un dólar más realista y en línea con el que se paga en el mercado libre”, aseguró el economista jefe del IERAL.
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