A días del inicio de la siembra de trigo de la campaña 2023/2024, la Sociedad Rural Argentina (SRA) advirtió sobre los problemas que atraviesa la cadena y reclamó “señales claras” al Gobierno que incentiven el aumento de producción y advirtió de que el mercado del cereal “está paralizado”. Las medidas que reclama la entidad, van en el sentido de la unificación del tipo de cambio, eliminación de los derechos de exportación y mayor diversificación de las exportaciones, entre otras.
Mientras mañana la Bolsa de Cereales de Buenos Aires realizará el lanzamiento oficial de la nueva campaña de trigo, durante un evento organizado por la Federación de Acopiadores, con las respectivas proyecciones de siembra y cosecha, la Bolsa de Comercio de Rosario viene planteando desde hace algunas semanas que la siembra de trigo está cargada de incertidumbre, por la falta de lluvias en las principales zonas productoras. Por lo cual estima que en la región núcleo, dicho proceso podría caer un 50%, en relación al ciclo anterior.
En este contexto, la Sociedad Rural Argentina expresó su preocupación en un documento sobre la falta de señales claras en el funcionamiento de los mercados. En ese sentido, para mantener las ventajas comparativas y poder contar con un producto competitivo en el mercado, para la entidad “son claves las señales que el gobierno emita, orientándolas hacia el normal funcionamiento de los mercados”. Al respecto, se reiteró el reclamo de la unificación del tipo de cambio, además se señaló que la eliminación de los derechos de exportación para la presente campaña del cereal, “no tiene costo fiscal, y hubo pedidos de eliminar los volúmenes de equilibrio y de los fideicomisos que establecen transferencias entre eslabones.
Además, se reclamó a las autoridades oficiales que se garantice la competencia entre los distintos actores del mercado durante todo el año, ya que desde la Rural consideran que “es lo que permite el normal funcionamiento del mercado a lo largo del año”. Y por último, se planteó la necesidad de continuar con la diversificación de los los destinos de exportación.
A todo esto, el presidente de la SRA, Nicolás Pino, sostuvo que “el mercado (trigo) está paralizado sin señales positivas para el desarrollo de la cadena y un claro ejemplo es que la capacidad de molienda no ha crecido en las últimas dos décadas a pesar de la protección que ha tenido de las políticas públicas: derechos de exportación, acuerdo de precios, volúmenes de equilibrio, restricciones de los permisos, entre otros”. Por otro lado, señaló que la paralización del mercado es como consecuencia de la instrumentación de diferentes regulaciones. “En el mercado de Rosario el trigo en los 87 días de mercado, desde comienzo de año, sólo tuvo cotización en 12 oportunidades”, precisaron desde la entidad.
Por su parte, el vicepresidente de la entidad, Marcos Pereda, señaló que “los productores vamos a cosechar el trigo con un nuevo Gobierno y todavía no sabemos qué van a hacer quienes vayan a asumir. Necesitamos señales claras, que hoy no tenemos, que se orienten a un normal funcionamiento de los mercados, un tipo de cambio unificado, sin derechos y cupos de exportación”.
Datos
En momentos donde el comercio mundial de trigo viene creciendo casi al doble que lo que avanza la producción global, presentando una favorable perspectiva del negocio del trigo a escala internacional para los países exportadores, en nuestro país además del efecto de diferentes públicas que se implementaron, la cuestión climática es algo que ha impactado en los últimos ciclos del cereal.
En la campaña pasada, la fuerte sequía generó una merma de 1.000.000 de hectáreas en la siembra de trigo, además de que muchos productores decidieron inclinarse por la cebada y otros cultivos, ante la falta de señales para el cereal. En el mencionado ciclo, la cosecha total fue de 11,6 millones de toneladas, un 48% menor a la campaña anterior y se trató del volumen más bajo de los últimos 7 años.
Por otro lado, las exportaciones de trigo habían aumentado hasta la campaña pasada, alcanzando el 8,5% del comercio global, y comercializando el cereal a 33 destinos con una canasta de países mas diversificada. Además, la molienda procesó el año pasado 6,1 millones de toneladas con as que se produjeron 4,6 millones de toneladas de harina, de las 4,2 millones de toneladas tuvieron como destino el consumo de harina local y 426 mil toneladas a la exportación. A todo eso, se consumieron 89 kilos de harina por habitante.
Además, el informe de la Rural señaló que el precio del trigo al productor, si bien en abril pasado fue un 20% más bajo que hace un año, el mismo continúa estando un 40% más alto que el promedio de los 5 años. En cuanto a ciertas medidas del Gobierno, la dirigencia de la entidad sostuvo que “en la campaña pasada se establecieron límites a las exportaciones por 10 millones de toneladas, los exportadores adelantaron declaraciones de ventas al exterior que luego fueron prorrogadas. Medidas que hasta el día de hoy siguen vigentes, impidiendo que el productor capte el precio lleno del producto”.
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