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Se viene una nueva campaña de trigo

El final de La Niña y de la sequía, como indicó la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) la semana pasada, cambiaron las perspectivas de futuro del campo argentino. La falta de lluvias, heladas tempranas y tardías y olas de calor extremas y prolongadas fueron un combo que llevó a la producción de granos de la presente campaña a un desastre productivo pocas veces visto. Pero la revancha para el sector puede estar cerca, a semanas del inicio de la nueva campaña de trigo.

Hasta el momento, la cosecha de trigo fue la que más cayó proporcionalmente. Según la BCR, la campaña 2022/23 del cereal cerró en 11,5 millones de toneladas, lo que significó una caída respecto al ciclo anterior del 50%. Sin dudas, este fracaso constituyó el primer golpe para el agro y dio un certero panorama de que la sequía era un tema serio, que después quedó confirmado con la estrepitosa caída en la producción de soja y maíz.

“Lo más rápido posible”

“La próxima campaña de trigo, si bien hay expectativas contradictorias porque en Argentina tenés todos los días una noticia que te juega en contra del incentivo de sembrar, tiene algo que tira muy a favor de la siembra del cereal: la gente va a querer buscar revancha lo más rápido posible”, dijo a Infobae el presidente de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo), Miguel Cané.

En este sentido, Cané prevé que “va a haber una apuesta fuerte al trigo” y estima que “la intención de siembra para la campaña nueva debería ser buena, parecida a la 2021/22. Si bien todavía no se puede hacer una estimación, esperamos una campaña más parecida a la de 2021/22 que a la anterior”. Esto quiere decir que el dirigente empresario estima que podría darse una siembra de 6,7 millones de hectáreas, lo que implicaría una mejora respecto a la 2022/23 de 600.000 hectáreas. Por supuesto, son datos muy preliminares.

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No obstante, ya se empezaron a conocer estimaciones más concretas. Por ejemplo, la Bolsa de Cereales de Córdoba (BCCBA) prevé un área implantada en la provincia mediterránea de 905.400 hectáreas, lo que implica una merma respecto a la campaña anterior de 12%. Por su parte, la BCR marcó que en el centro-sur de Santa Fe, si llueve lo necesario, “la superficie aumentará”, mientras que en el norte bonaerense la implantación de la fina “es una cuestión de necesidad”.

Para Cané, hay cuestiones que pueden jugar en contra de la siembra, como lo es la parte financiera, ya que “el trigo es un cultivo que bien hecho demanda mucho insumo”, lo cual abre una incógnita respecto a qué nivel de tecnología se utilizará, al mismo tiempo que consideró la necesidad de que mejoren las lluvias en diferentes regiones, como la zona núcleo que “todavía no recompuso reservas y si no lo hace se le va a complicar la siembra”.

En cuanto a la financiación para nueva siembra, el titular de Argentrigo remarcó que “los bancos están teniendo algunas líneas de crédito. Si bien existen las restricciones absurdas de las circulares del Banco Central respecto a los stocks de soja y trigo, hay financiación en pesos, que dado el penoso estado de la inflación en Argentina, lo que parece caro termina siendo barato. Las empresas de insumos también hace lo suyo financiando la compra de los productos. Entonces, creo que lo que es la financiación no debería ser un obstáculo grande”.

Precios e insumos

Si bien las condiciones climáticas están mejorando y existe un marcado interés de los productores por apostar a la siembra de trigo, los precios tanto del grano como de los insumos para producirlo cambiaron respecto a la campaña pasada. En el primer caso, el valor del cereal cayó tanto a nivel local como en los mercados internacionales, mientras que en el segundo caso, el costo de los fertilizantes y fitosanitarios tuvieron una merma muy interesante, alejándose de los precios récord que se registraron el año pasado como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania.

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Según la economista de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca (BCP), Carolina Volonté, “los precios del trigo han mostrado caídas en las últimas semanas. Tanto los disponibles como los precios a cosecha. Si vemos la posición diciembre, la misma ronda los USD 250 la tonelada, por debajo de los valores que teníamos a igual fecha del año previo y lejos de los USD 320 la tonelada que veíamos en noviembre del año pasado para esta misma posición. Aun así, se mantienen por encima del promedio de las últimas 5 campañas”.

No obstante la baja de los precios del grano, la relación insumo/producto muestra una notable mejora inclusive “a la que se veía al inicio de campañas anteriores”. Así, la economista explicó que “esto se debe a que, pese a la baja mencionada, también se había registrado una caída, mayor, en el valor de los fertilizantes. De esta manera la relación urea/trigo, por ejemplo, había pasado de 4,3 en 2022 (con 4,3 toneladas de trigo se adquiere una de urea) a 2,4 en la actualidad”, relación más ventajosa inclusive a la de 2021.

Sin embargo, remarcó que “en los últimos días se conoció una nueva medida de AFIP, donde se suspendió hasta finales de este año el régimen que permitía a los importadores quedar exentos del pago del IVA y del Impuesto a las Ganancias, lo llevó a que se suspendieran momentáneamente las ventas de fertilizantes, en un periodo clave si tenemos en cuenta que estamos en las puertas de una nueva siembra de cultivos de fina”.

Imagen de archivo de un trabajador agrícola controlando una máquina sembradora durante la siembra de soja cerca del pueblo de Husachivka en la región de Kiev, Ucrania. 17 de abril, 2020. REUTERS/Valentyn Ogirenko/Archivo
Imagen de archivo de un trabajador agrícola controlando una máquina sembradora durante la siembra de soja cerca del pueblo de Husachivka en la región de Kiev, Ucrania. 17 de abril, 2020. REUTERS/Valentyn Ogirenko/Archivo (Valentyn Ogirenko/)

Por su parte, el asesor y presidente de la empresa de insumos Bayá Casal SA, Enrique Bayá Casal, sostuvo que existe “mucho interés de los productores” por encarar una nueva campaña triguera impulsado por los precios del grano y la relación insumo/producto y, en este sentido, remarcó las bajas en los precios de los fertilizantes. “Hoy están a la mitad de lo que valían el año pasado: la urea está a USD 530 la tonelada y el fósforo a USD 880. Son buenos valores y creo que se van a mantener en esos precios, lo que da una buena relación insumo/producto”, dijo Bayá Casal.

Pero, a pesar de los buenos precios, Bayá Casal consideró que “las zonas más golpeadas van a ser prudentes con el uso de la tecnología. El productor está muy informado de lo que es tecnología, el uso de fertilizantes y agroquímicos y si ven que el año acompaña y los precios también los va a ir utilizando, pero los agricultores que fueron muy golpeados por la sequía van a tener que ser más prudentes con los gastos”.

Por último, precisó que el sector podrá disponer de fertilizantes y agroquímicos de manera normal de agilizarse la aprobación de importaciones por parte del Gobierno nacional en el presente mes, lo cual considera como “clave” para una correcta provisión de los productos. Al mismo tiempo que consideró que la nueva disposición de la AFIP “no debería afectar” al negocio, aunque sí indicó que “ocasiona un problema de financiamiento para la empresas importadoras”.

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