Los primeros tres meses del gobierno de Javier Milei que se cumplen hoy han resultado, sin dudas, en un shock económico y político para el país. Teniendo como objetivo irrenunciables la eliminación del déficit fiscal, la reducción de la brecha cambiaria y la desregulación y liberalización de la economía argentina, el Ejecutivo ha impulsado una serie de reformas y cambios de la mano del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 y de la momentáneamente caída Ley de Bases que impactaron en el campo y su industria derivada y que, en su mayoría, el sector acompaña.
En el marco de la muestra agroindustrial ExpoAgro, que se llevó a cabo en la localidad bonaerense entre el martes y el viernes de la semana pasada, el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, presentó un extenso documento de 23 páginas sobre los primeros 90 días de gestión, donde se realizó un repaso de las medidas e iniciativas tomadas por la cartera nacional, consideradas “históricas” por las autoridades, “que involucran la eliminación de las medidas más dañinas para la producción y las exportaciones: las restricciones cuantitativas a las exportaciones”.
“Así, se eliminaron volúmenes de equilibrio en granos; y cupos y restricciones a la exportación en carnes. Para asegurarnos de que nunca más un funcionario de turno pueda adoptar una medida de esta naturaleza, y podamos reconstruir la confianza de nuestros principales socios comerciales, se incluyó en el DNU una cláusula que prohíbe la adopción en el futuro de restricciones a las exportaciones. Estas decisiones implican un cambio radical de visión sobre la política agropecuaria y el rol del sector agro industrial y sus exportaciones”, indica el escrito, a lo que sumó la finalización del Fideicomiso Aceitero, el Fondo Estabilizador del Trigo, las leyes de góndola y de precios máximos.
Estas medidas fueron en su mayoría apoyadas y reconocidas por el campo, ya que son la respuesta a sendos reclamos realizados por el sector en los últimos años. No obstante, un pedido que todavía no fue tomado en cuenta fue la baja de la presión impositiva hacia el sector, más puntualmente las famosas retenciones. De hecho, el gran desencuentro entre el agro y el Gobierno radicó en la intención del Ministerio de Economía de elevar los derechos de exportación del conjunto de los complejos productivos al 15% (a excepción de una treintena correspondientes a las economías regionales), cuestión que ante la falta de apoyo político, el Ejecutivo decidió retirar.
En cuanto a las cuestiones macroeconómicas, desde el sector destacan la decisión de recortar el gasto público, ordenar las cuentas nacionales y el inicio de un proceso hacia la unificación cambiaria a partir de la reducción de la brecha cambiaria. Por otro lado, marcaron como una preocupación la falta de crédito productivo y la vigencia de la decisión del Banco Central de mantener la medida que impide a los productores que mantengan en su poder más del 5% de las existencias de soja y maíz acceder a préstamos subsidiados y el aumento de los costos en dólares.
La visión del campo
En diálogo con Infobae, el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino, y su par de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani, consideraron como positivas las medidas impulsadas por el Gobierno nacional y las expectativas que despierta en el sector, aunque consideraron como un “error” el intento de subir retenciones.
“Estos tres meses de gobierno lo vemos con muchas expectativas y creemos que ha tomado medidas correctas, pero también vemos que fue un error político haber generalizado un aumento en las retenciones del 15% en los cultivos. No obstante, se dieron cuenta y dieron marcha atrás”, dijo Castagnani.
Asimismo, el titular de CRA destacó la “expectativa” en el sector, y aseguró que desde el campo se comparte el “objetivo de sacar el país adelante” y que Milei necesita “revertir cómo encontró la situación”, al mismo tiempo que apoyó “la convocatoria que ha hecho el Presidente a los gobernadores (Pacto de Mayo), donde esperemos que prime la mirada por encima de lo ideológico o (intereses) personales y que sea en consenso”.
Por su parte, Pino destacó “que se terminaron los cupos y las restricciones a las exportaciones e importaciones y se empezó a trabajar para la disminución en la brecha cambiaria, que por ahora va bastante bien. Estas medidas y acciones generaron buenas expectativas hacia adelante. Los productores y toda la sociedad tenemos que tener paciencia para que las cosas se vayan ordenando”.
Pino remarcó que estas iniciativas “dan ganas de volver a trabajar, ya que vamos a estar mejor. Para mí es todo positivo, porque se marcó un rumbo que el Gobierno le quiere dar al país y valora mucho a la producción, dándole la importancia que tiene el campo. Esto quiere decir que generó expectativas”.
No obstante, marcó que desde el sector esperan que “una vez que estén liberados los números macroeconómicos y se corte el déficit, como lo dijo el Presidente, se empiece a dar una baja de las retenciones”, como así también debe atenderse el aumento de los costos productivos, como consecuencia de que “venimos de una inflación galopante donde se perdieron los precios de referencia. Ya no sabemos qué precios tiene la economía. Los costos se han puesto muy caros en dólares. Solucionar esto va a llevar un tiempo”.
Además, subrayó la necesidad de que los productores sean “sujetos pasibles de créditos a tasas que realmente sean productivas. Para la recuperación se necesita de estos. Es muy difícil aumentar la producción con capital propio o un crédito generado por la comercialización, sino que necesitamos tasas lógicas”, cuestión por la cual afirmó que “la medida del Banco Central (que encarece los créditos por mantener existencias de granos superiores al 5%) es inentendible. Esto se tendría que haber dado de baja en diciembre y no solo no se hizo eso, sino que se prorrogó la medida”.
Industria y exportación
Tanto el sector agroindustrial como exportador vieron con buenos ojos las medidas de desregulación y desburocratización, como así también la eliminación de restricciones al comercio exterior y de las denominadas SIRAs. En diálogo con Infobae, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), Gustavo Idígoras, apuntó que “una parte del decreto 70/23 que elimina la todas las restricciones de exportación, como así también los fideicomisos del mercado interno, son un alivio”.
“También fue muy importante la eliminación de las SIRAs, ya que estábamos hasta el 10 diciembre todos los días rogando para que se liberaran barcos de fertilizantes que son insumos estratégicos. Hoy el esquema es mucho más predecible en tiempos de pago que administra el Banco Central, y que solo es un trámite electrónico. Además, valoramos que haya una revisión del marco regulatorio de biocombustibles, que hoy está muy contaminado por intervenciones que hace que el consumidor pague mucho más caro que en el resto del mundo”, agregó Idígoras.
Para el presidente de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM), Diego Cifarelli, “estos 90 día tienen aspectos bastante favorables, como trabajar sobre la desburocratización del estado para facilitar la operatoria comercial, la reducción de la brecha cambiaria y la estabilización de la macro, que es importante por la convulsión con la que veníamos. Otro punto importante es la eliminación de las SIRAs, que te impedía importar insumos importantes.
“Estás decisiones han sido acertadas, las cuales el mercado las ha ido tomando y, si se profundizan, estas medidas van a ser más beneficiosas aún”, completó Cifarelli.
Sin embargo, el titular de los molineros remarcó que “Hay situaciones que deben atenderse de manera urgente. No creo que haya sido un buen punto trabajar sobre la ampliación de las retenciones, no solo sobre productos que no la tenían, sino de profundizar los que estaban gravadas. Argentina de cara al futuro no tiene otro camino que la exportación. En el caso de la molinería, las exportaciones de harina se han reducido al máximo producto de gravámenes y mochilas que no son propias del sector y que nos asustó mucho cuando parecía que se iban a profundizar. Lejos de eso, creemos que tienen que ir reduciéndose y dejar de existir en ninguna de las etapas de los productos exportables. Confiamos que gradualmente se van a ir reduciendo”.
También, Idígoras hizo hincapié en el proceso de toma de decisiones del Gobierno y la necesidad de que haya diálogo a la hora de impulsar las medidas. “Creemos que este es un Gobierno nuevo que tiene que ir aprendiendo a hacer una gestión de gobierno y promover la participación activa. Creemos que todavía tiene un espacio para aprender en ese sentido y eso es lo que propiciamos: que haya mecanismos de diálogo y trabajo que por el momento están bastante limitados. El proceso de toma de decisiones está muy cerrado y lo mejor sería abrir a una convocatoria, a consultas y trabajos más abiertos con las cámaras empresariales, que sabemos dónde hay que desregular, simplificar y dónde nos duele el zapato”.
Frigoríficos
Otro sector que fue beneficiado por las medidas gubernamentales fue el frigorífico, sobre todo el exportador, ya que se eliminaron las restricciones para exportar algunos cortes vedados por la Presidencia de Alberto Fernández. Es por eso que el presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes Bovinas (ABC), Mario Ravettino, consideró que las iniciativas “han sido sumamente positivas para nosotros, porque ha dado una señal clara en materia de previsibilidad y organización de la industria frigorífica exportadora”.
“Esto ha sido así porque se han eliminado todas las trabas que tenía Argentina para exportar carnes, llámese cortes prohibidos, declaraciones juradas, resoluciones de Observatorio de Precios, y más, que hacía que las exportaciones de carnes siempre estén controladas”, dijo Ravettino, a lo que agregó que “el gobierno desde el inicio tomó la decisión de apoyar el desarrollo de la exportación de carnes”.
Para el dirigente empresarial, “no hay errores en la gestión, pero sí materias pendientes, como lo es el establecimiento de un estándar sanitario para todas las plantas en el país, la modernización del consumo de carnes y el desarrollo de una agenda sanitaria que es el resguardo que tienen argentina dando garantías de cumplimiento de su producto a países que exportamos”, al mismo tiempo que sostuvo que “por el momento, el dólar está un poco retrasado”, cuestión que quita competitividad al sector, por lo que espera que esto “se corrija en los próximos meses para poder continuar con este camino ascendente en las exportaciones”.
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