Los últimos datos de la valorización de la canasta básica total difundidos por el INDEC para diciembre confirmaron una realidad que se preveía de antemano con los datos de inflación sobre la mesa: la pobreza en la Argentina volvió a crecer en el segundo semestre del año pasado y se ubicó en su valor más alto de los últimos 15 años. Habría superado, incluso, el registro del año de la pandemia, según el pronóstico que con los datos oficiales todos los meses actualiza la Universidad Di Tella. La estadística proyectada por Martín González Rozada, director de la Maestría de Econometría y profesor del Departamento de Economía de esa casa de estudios, arrojó que en el segundo semestre de 2023, un 42.8% de la población argentina se encuentra bajo la línea de pobreza. “El nowcast estima una tasa de pobreza de 42.8% para el semestre julio-diciembre de 2023, con un intervalo del 95% de confianza entre 41.3%, 44.3%”, afirma el breve informe publicado por Rozadas.
El texto aporta un dato peor ya que explica que la incidencia de la pobreza proyectada es un promedio ponderado de una tasa estimada en 39.6% para el tercer trimestre de 2023 y en 46% para el cuarto trimestre de 2023. Es decir que sobre los últimos meses del año las condiciones sociales se deterioran aceleradamente respecto del período previo, con un gran impacto de la inflación en las condiciones sociales.
“Esta proyección sugiere que alrededor del 43% de las personas viven en hogares urbanos pobres. La población urbana capturada por la EPH en el semestre de referencia se estimó en 29,2 millones de personas lo que implica que alrededor de 12,5 millones viven en hogares urbanos pobres”, concluyó el reporte.
El nowcast de pobreza que elabora el economista para la Di Tella estima la incidencia de la pobreza, medida en términos del porcentaje de personas que viven en hogares pobres, en forma semestral. Se actualiza todos los meses y la estimación está basada en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC junto a proyecciones de la canasta básica total (CBT) utilizando el Índice de Precios al Consumidor y a proyecciones de los deciles de ingreso total familiar. Dependiendo de la fecha de publicación, a veces no es necesario proyectar la CBT y se utilizan los datos oficiales publicados por INDEC.
Estos datos privados anticipan un claro empeoramiento de los indicadores sociales del segundo semestre, cuando no sólo la inflación se aceleró marcadamente a partir de agosto sino también el empleo empezó a mostrar los primeros signos de retroceso a partir de octubre. En la medición previa, difundida a mediados de septiembre, la incidencia de la pobreza para el primer semestre del año pasado fue del 40,1% según informó en ese momento el INDEC. Ese índice representó a su vez una suba de 3,6 puntos porcentuales respecto del mismo período de 2022 (36,5%).
Si se proyectan los números de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) a todo el país, la pobreza alcanzó a 18,5 millones de personas. Todos los datos publicados y proyectados indican que los niveles de pobreza continuaron en ascenso luego de la baja registrada a partir de 2021, tras el pico del 42% que se alcanzó en el segundo semestre de 2020 a raíz de las restricciones generadas por la pandemia del coronavirus.
Entre la desmejora de esos datos, se puede prever que también la incidencia por grupo etario se volverá más preocupante cuando se conozcan los próximos datos oficiales. El último informe del INDEC destaca que, entre los niños de 0 a 14 años, la pobreza alcanzó el 56,2%, un incremento de 5,3 puntos porcentuales respecto del primer semestre de 2022.
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