El hallazgo en mayo de 2021 de un presunto “narcosubmarino” en las aguas del Lago de Chapala, el más grande de la república mexicana, encendió las alarmas de las autoridades.
La nave fue detectada cerca de la orilla de San Nicolás de Ibarra, Jalisco, por un radar de la Policía Estatal, que vio un punto rojo sospechoso en la pantalla del área de detección de embarcaciones.
No era una lancha de pescadores deportivos de charales o tilapia, que regularmente transitan por esas aguas intentando esquivar a las autoridades.
Por su forma y dimensionaes, las autoriades creen que era una nave semisumergible del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) que transportaba cocaína o metanfetamina para llevarla a Michoacán, y probablemente de ahí al puerto Lázaro Cárdenas, con salida hacia el mar.
Las autoridades no intevinieron, porque de confirmarse sus sopechas, los hombres que viajaban en esa embarcación iban a agredirlos con un poder de fuego mayor al de sus capacidades de contención.
“Un enfrentamiento en el agua dejaría varios uniformados muertos, así que se le permitió el paso para evitar una masacre”, narró el periodista Óscar Balderas, quien consultó el fragmento de una investigación de la octava zona naval de la Secretaría de Marina.
Las probabilidades de que se tratara de una embarcación del CJNG eran bastante altas, pues el Lago de Chapala ya contaba con antecedentes de narcotráfico. Incluso en 2017, durante el periodo del gobernador asesinado Aristóteles Sandoval, se decidió crear el Escuadrón Anfibio, conformado por cinco patrullas y dos lanchas, para frenar los trasiegos de droga a través de sus aguas.
Sin embargo, poco tiempo les costó a los responsables del escuadrón ser corrompidos por las autoridades, pues dos años después fueron descubiertos en su oficinas varios paquetes con marihuana, cocaína, así como una báscula y un arma sin registro.
La organización liderada por Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, contaría, según las autoridades de la Marina, con una flota de entre 80 y 100 embarcaciones —lanchas y submarinos con tanques de oxígeno— para transportar droga no solo por el Pacífico mexicano.
Presuntamente también operan en el pacífico Latinoamericano, en las costas de Perú, Ecuador y Colombia.
En este último país, en agosto de 2020, la Policía Nacional de Colombia intecreptaron un submarino con un valor de 1.2 millones de dólares que reconocido como parte de la flota del cártel de las cuatro letras.
Para atender esta nueva problemática, la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) alista un pedido a la Secretaría de Hacienda para que le autorice más de mil 70 millones de pesos para la compra de patrullas interceptoras de alta velocidad, reportó Balderas.
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