Finalizado el receso de verano en los Estados Unidos, los técnicos del Fondo Monetario Internacional volverán a posar la mirada sobre la Argentina porque tendrá lugar el inicio de la novena revisión de metas trimestrales, el anteúltimo examen de las cuentas argentinas antes de que finalice el programa actual. El Gobierno asegura que la negociación formal por un acuerdo nuevo que incluya financiamiento adicional aún no comenzó y no tiene fecha.
La novena revisión tenía como fecha orientativa el 10 de agosto según el último informe de staff, pero en la primera quincena de este mes las burocracias de los organismos internacionales estuvieron de vacaciones de verano en los Estados Unidos, por lo que el ida y vuelta debería comenzar en las próximas semanas, aseguraron a Infobae fuentes oficiales, aunque aún no hay reuniones agendadas.
A grandes rasgos, el Poder Ejecutivo deberá mostrar una acumulación de reservas de USD 10.900 millones en comparación con diciembre de 2023. En el segundo trimestre el acopio de divisas alcanzado sobrepasó con cierto margen lo previsto en el acuerdo, pero esa meta se complicaría, más bien, en este tercer trimestre, que es la última fecha de corte para examinar las metas en el Extended Fund Facility (EFF) vigente.
Los objetivos fiscales también fueron sobrecumplidos. De acuerdo a un relevamiento de PxQ, a fines de junio el sector público había alcanzado un superávit primario, antes del pago de intereses de deuda -que es el número que toma en consideración el FMI- de 6,9 billones de pesos. La meta para esa fecha de corte era de 4,6 billones de pesos.
El ajuste fue tan marcado que con el último dato de julio, que redondeó en los primeros siete meses del año un excedente primario de 7,8 billones de pesos, por lo que a falta de dos meses -en los que contará con dos efectos en simultáneo, de caída de ingresos por la reducción del impuesto PAIS y mayor recaudación por Ganancias y la moratoria- la Secretaría de Hacienda ya está $167.000 millones por encima de la meta de septiembre.
Pero esas metas recién serán discutidas en el mano a mano técnico que tendrá lugar más cerca de fin de año. El foco está puesto, en las próximas semanas, en la revisión de los objetivos de mitad de año, que en caso de que todo resulte como esperan en los despachos oficiales, redundará en el giro de unos USD 540 millones a las arcas del BCRA.
Será, este, el último desembolso del Extended Fund Facility del que será acreedor el Estado argentino, salvo que el Gobierno pueda concretar un nuevo programa que llegue acompañado de nuevos envíos de dólares. Es todavía una incógnita qué tiempos tiene esa negociación, que según fuentes oficiales indicaron a Infobae, todavía no inició en términos formales y no tiene fecha prevista.
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El ministro de Economía Luis Caputo había asegurado, en junio, que ese proceso daría inicio una vez que la octava revisión fuese terminada, pero el ida y vuelta entre Washington y Buenos Aires para abordar un programa nuevo nunca arrancó.
El ajuste fue tan marcado que con el último dato de julio, que redondeó en los primeros siete meses del año un excedente primario de $7,8 billones, por lo que a falta de dos meses, Hacienda ya está $167.000 millones por encima de la meta de septiembre
La pregunta que sobrevuela entre los analistas del mercado, aún en este contexto en que la negociación formal con el FMI parece enfriarse, es qué podría exigir el organismo como parte de un programa nuevo. Una pista podrían darla los últimos acuerdos de este tipo que haya firmado el Fondo Monetario, un ejercicio que realizó la consultora FMyA al analizar los convenios con Egipto, Pakistán y Etiopía.
Un informe de la consultora 1816 planteó, este jueves, que “a priori pensamos que no habrá un nuevo programa (que es lo que haría falta para tener desembolsos a partir de 2025) salvo que se libere el mercado de cambios, prior action requerido por el Fondo para aprobar desembolsos recientes a Egipto y Etiopía”.
En una situación de fragilidad de reservas -agosto, de todas maneras, muestra compras netas en un mes que generalmente es de saldo vendedor. La cuestión de los tiempos no es menor respecto a la llegada de dólares frescos del FMI. Si tal como indican desde los despachos oficiales la negociación aún no arrancó y las perspectivas son las de un acuerdo aún lejano, cabe la pregunta sobre si el Gobierno espera tener un guiño político desde la Casa Blanca en caso de una victoria republicana en las elecciones de noviembre.
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