El concepto de desarrollo sustentable está creciendo exponencialmente en la estrategia de las organizaciones, las cuales necesitan trabajar en la sensibilización de estos temas y contar con capital humano idóneo que lleve a cabo las gestiones necesarias.
Diversos organismos internacionales tienen en agenda programas con el fin de promover el crecimiento sostenible. Los involucrados (stakeholders) tienen en claro que cumplir las recomendaciones, aún voluntarias, reduce costos muy significativamente a través del enfoque de la salud ocupacional, e impactan positivamente en la economía y en la comunidad. Por lo tanto, las empresas tienen la oportunidad de formar equipos de trabajo que generen proyectos incluso antes de que las legislaciones los obliguen a hacerlo.
Veamos algunos ejemplos:
– Cumplir con estándares internacionales de salud y seguridad ocupacional sobre el manejo de sustancias peligrosas puede prevenir accidentes y enfermedades al trabajador, reducir contingencias y, además, la generación de residuos tóxicos para el medio ambiente.
– Cuidar la ergonomía de los puestos laborales mejorando la iluminación y la calefacción, puede mejorar la eficiencia en el consumo de energía y reducir la huella de carbono.
Las empresas tienen la oportunidad de formar equipos de trabajo que generen proyectos incluso antes de que las legislaciones los obliguen a hacerlo
– Si se fomenta el uso de la bicicleta y la práctica de la utilización de vehículos compartidos para los empleados, no solo se está promoviendo la actividad física, la salud cardiovascular y el mejor vínculo entre los trabajadores, sino también se están disminuyendo las emisiones de carbono.
– Los programas de reciclaje en las empresas reducen la cantidad de residuos en los basurales y si se obtuviera un beneficio económico por ello se podrían financiar prácticas de pausas activas, con ejercicios de estiramiento y relajación.
– Los programas de salud mental en el trabajo, que ofrecen apoyo emocional y capacitación de la gestión del estrés, no solo aumentan la productividad de la empresa, sino que además mejoran el vínculo del trabajador con su familia.
– El uso responsable de recursos naturales, como por ejemplo las prácticas agrícolas sostenibles que reducen el uso de químicos nocivos, protege la salud de los trabajadores y además preserva la calidad del suelo y del agua.
– En la industria alimentaria, las prácticas seguras en la manipulación de los alimentos protegen la salud del trabajador y reducen el riesgo de brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos.
Los programas de salud mental en el trabajo no solo aumentan la productividad sino que mejoran el vínculo del trabajador con su familia
– La utilización de los elementos de protección personal en la industria manufacturera reduce las lesiones laborales, hacen más eficiente la producción y disminuyen los residuos en los procesos de fabricación.
– La industria de la construcción sostenible hace una gestión adecuada de desechos y reducción de polvo que protege el sistema respiratorio del trabajador y disminuye la contaminación ambiental.
– Los programas de salud para trabajadores de la logística y conductores, al realizar exámenes médicos periódicos, tienden a la reducción de accidentes de tránsito, mejora costos de seguros y hace más eficiente el consumo de combustible.
En conclusión, gestionar la salud de los trabajadores es una actividad estrechamente ligada con la economía empresaria y los mejores hábitos de sustentabilidad.
El autor es médico especialista en salud ocupacional
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