Más preocupado por sus perros que por su sentencia, Óscar García Guzmán llamó a su mamá para saber cómo estaban sus animales, confesar sus crímenes y advertirle que sólo tenía tres opciones en su vida: el homicidio, el suicidio o la muerte dentro del Centro Penitenciario y Reinserción Social de Tenango del Valle, Estado de México, entidad donde cometió seis asesinatos, cuatro de ellos feminicidios.
De voz tranquila y preguntando por sus perros, García Guzmán respondió a su mamá, la cual le explicaba que lo iba a ir a visitar en su audiencia del día siguiente, pero el feminicida le mencionó el panorama que le esperaba para que no se hiciera ilusiones.
“Mira, mis tres opciones son estas. Escúchalas, pero no sientas gacho. Hay de tres sopas: o me matan, o me suicido o muero aquí de viejo y es lo único que hay para mí, ¿va?”, aseguró el hombre al que los medios de comunicación llamaron “El Monstruo de Toluca”.
En esa llamada, Óscar, de casquete corto tipo militar y que siempre vestía una camisa negra metida en pantalones y con botas hasta la pantorrilla, confesó a su mamá que ya le había dicho al “detective” que solamente quería saber si sus mascotas estaban bien.
“O sea, todo lo que dije, pues sí es neta, para qué te miento, para qué te echo choro. Sí, yo maté a papá… yo lo maté. A la hermana de tu novio, o sea, sí me la estoy pasando gacho, pero es lo que es. Soy un asesino, tampoco es para que me la esté pasando chido. O sea, si te llegas a enterar que me pasó, tú tranquila, tú ni me entierres, ya que sea de mí lo que sea, ¿va?”, menciona el feminicida que ahora tiene 31 años.
En el audio, que se dio a conocer en redes sociales en enero del 2020, García Guzmán quería que su familia no tuviera problemas por él, luego de que sus conocidos, según contó, habían sido acosados para dar con su paradero.
El estudiante de psicología comenzó sus crímenes en el 2006, cuando asesinó a su padre, homicidio del cual no se conocen muchos detalles, pero que formó parte de su actuar en un futuro, cuando mató a Mónica Chávez Cuate y su papá Thomas Chávez en septiembre del 2012.
Los cuerpos de estas víctimas fueron encontrados el 1 de octubre del 2019 en una fosa común del municipio mexiquense de Huixquilucan. Dos años antes, en marzo del 2017, Óscar García Guzmán comenzó con los homicidios de tres de sus compañeras de universidad.
La primera víctima fue la joven estudiante de 27 años, Adriana González Hernández, quien fue compañera de García Guzmán en la facultad de Psicología de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC) campus Toluca, en la capital del estado, y que fue reportada como desaparecida el 24 de marzo.
En febrero del 2019, Martha Patricia Nava Sotelo, de 25 años, estudiante de Leyes y Criminología de la misma universidad, se sumó a la lista de desaparecidas y al conteo de feminicidios de Óscar García.
La última en su lista fue la joven Jessica Guadalupe Jaramillo Orihuela, de 23 años, que no se supo de su paradero a partir del 24 octubre del 2019. Su cuerpo fue encontrado seis días después de su desaparición por las autoridades en un predio de la colonia Villas Santín, a unos 19 kilómetros de su universidad donde estudiaba psicología.
De acuerdo con el diario británico The Guardian, Jessica no llegó al lugar donde sus padres la recogían normalmente luego de su jornada escolar y fue la misma joven quien llamó a sus papás para informarles que iba a salir, aunque colgó rápidamente. La mujer de 23 años envió un mensaje casi al instante para avisar que no se preocuparan porque iba a ir a una reunión y que estaba con Óscar.
En un principio creyeron que se trataba del padre del hijo de 10 meses de Jessica, con el cual ya no tenía contacto, aunque luego pensaron que habían estado en comunicación, pero todo cambió cuando la joven no llegó a dormir a casa y las llamadas los enviaban al buzón.
Tras rastrear el teléfono celular de Jessica, un indicador prendió las alarmas de la familia Jaramillo, pues su registro marcaba la colonia Villas Santín, lugar donde vivía Óscar García, no la ex pareja de Jessica, sino el feminicida que la familia conocía que acosaba a la joven de 23 años.
Jessica fue encontrada tras una serie de anomalías que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) dejó pasar y que gracias a la ayuda de la activista Frida Guerrera pudieron dar con el paradero de la joven estudiante, así como encontrar otros cuerpos.
“Este sujeto (Óscar García) no es más que otro asesino, un don nadie que necesitaba atención, una escoria que asesinó impunemente en la soledad de la casa que se robó y amparado del miedo que generaba en algunos vecinos que preferían no tener problemas con él”, describió Frida Guerrera en su “Columna Rota: Jessi no era novio de Óscar; le tenía terror”, publicado en FrojiMX.
Finalmente y luego de permanecer prófugo de la justicia, Óscar García fue detenido el 7 de diciembre del 2019 por autoridades del Estado de México y ahora cumple una pena de 217 años de prisión por dos feminicidios, con una multa de un millón 132 mil 350 pesos. Aunque faltan dos sentencias a las que están en vías de efectuarse.
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