Pocos días atrás, Darío Epstein, uno de los integrantes del equipo económico de Javier Milei, sostuvo que la baja del gasto público en 5 puntos del PBI iba a generar una importante recesión inicialmente.
Considerando que desde La Libertad Avanza (LLA) se definen como libertarios y acérrimos enemigos del keynesianismo, llama la atención semejante afirmación, porque tiene contradicciones lógicas, o razonamientos con groseros errores de análisis económico.
De las cuatro formas que tiene el Estado para financiar el gasto público, solo en un caso puede haber una disminución en el nivel de actividad, y no es el caso que justamente atraviesa la Argentina actualmente.
Las formas que tiene el Estado para financiar el gasto, con o sin déficit fiscal o no -exceso de erogaciones por sobre los recursos tributarios- son: 1) impuestos, 2) deuda en el mercado externo, 3) deuda en el mercado interno y 4) emitir moneda.
En el caso de la segunda forma, la colocación de deuda externa, hoy no se tiene acceso, y, por lo tanto, no es opción de financiamiento del gasto. Sí es cierto que, si el gobierno aumenta el tamaño del Estado y lo financia tomando deuda externa, la economía puede tener, en el corto plazo, un aumento artificial en el nivel de actividad, porque recurrir al ahorro del dentista japonés, el ingeniero norteamericano o del contador alemán, no tiene que aumentar la carga tributaria en Argentina y restar ingreso disponible al resto de los agentes económicos: familias y empresas.
Pero llega un punto en que hay que pagar los intereses de esa deuda o el capital y, en ese momento hay que aumentar la presión impositiva o generar una bola de nieve con el rollover de la deuda y los intereses hasta que explota, porque esos acreedores dejarán de financiar al país y, en ese punto, sí dará lugar a un ciclo recesivo.
Es lo que pasó con el gobierno de Cambiemos, cuando perdió el crédito privado en abril de 2018 y se produjo la corrida contra las Letras del Banco Central (Lebac), mecanismo de endeudamiento que defendía a muerte Milei, hasta que renunció el presidente de la entidad Federico Sturzenegger, por quien tengo un respeto profesional y personal y con quien hemos conversado personalmente muy respetuosamente este tema.
En 2016 Javier Milei consideraba que si la tasa de inflación superaba a la tasa de interés el modelo convergía al equilibrio porque se licuaba la deuda
En noviembre de 2016, en un debate que tuve con Javier Milei, en Rosario, el actual candidato a la presidencia de la Nación consideraba que si la tasa de inflación superaba a la tasa de interés el modelo convergía al equilibrio porque se licuaba la deuda. Es decir, quien hoy dice que la inflación es un robo, en noviembre de 2016 consideraba que ese robo servía para entrar en un modelo de convergencia.
Sí el gobierno baja el gasto en 5 puntos del PBI automáticamente tiene que cobrar menos impuestos, menos deuda interna o bien disminuir el impuesto inflacionario.
Si el gobierno cobra menos impuestos, no hay recesión por la baja del gasto, porque lo que antes disponía el Estado lo usará el sector privado, y seguramente de modo más eficiente. Si el Estado gasta $10 menos automáticamente el sector privado puede gastar $10 más, salvo que se piense, al estilo keynesiano, que el gasto en manos del Estado produce la multiplicación de los panes.
Si el Poder Ejecutivo toma menos deuda interna, el Estado dejará de hacer crowding out -desplazamiento del sector privado en el mercado crediticio- y quedará más ahorro a tasas de interés más bajas para el resto de los agentes económicos. Nuevamente, se contrae el consumo del sector público y se expande el consumo o la inversión del sector privado.
Considerando el nivel de endeudamiento de la Tesorería y del BCRA, si se reduce liberará recursos para consumos del sector privado.
Si, la baja del gasto tiene como contrapartida la reducción de la expansión monetaria, disminuye el impuesto inflacionario y, en líneas generales, afectará mucho menos al sector de menores ingresos de la sociedad que pasa a ver cómo ya no cae el salario real y puede sostener su nivel de demanda en vez de verlo caer mes a mes.
Según me contestó Darío Epstein, la reducción del 5% del PBI del gasto público es para llegar a 0% de déficit fiscal, y, por tanto, según su estimación podría generar recesión. Desconozco qué cálculos hizo, pero es bueno recordarles a los impulsores de la LLA que la economía no es una ciencia exacta y que los modelos econométricos han demostrado ser un gran fracaso a la hora de hacer estimaciones.
La economía es la ciencia de la acción humana y, por lo tanto, no hay reacciones como las ciencias físicas o químicas en las cuales pueda hacerse un modelo matemático o econométrico que prediga resultados. Si esto fuera así, todos los economistas seríamos millonarios porque podríamos adivinar el futuro.
La economía es la ciencia de la acción humana y, por lo tanto, no hay reacciones como las ciencias físicas o químicas en las cuales pueda hacerse un modelo matemático o econométrico que prediga resultados
A todos aquellos que descubrieron hace poco que existe la escuela austríaca de economía, les sugiero que lean a Ludwig von Mises en la Acción Humana sobre las matemáticas. Ese fallido solo muestra que poco han leído sobre la escuela austríaca, aunque la nombren todo el tiempo.
Finalmente, no deja de llamar la atención un error bastante grueso de los economistas de la LLA y del propio Javier Milei. Dicen que pueden recortar el gasto del Estado en 5 puntos del PBI eliminando las transferencias discrecionales del Tesoro a las provincias y así disciplinarlas financieramente. Digo grosero error porque esas transferencias discrecionales representaron 0,8% del PBI en 2022 y en el primer semestre de este año fueron equivalentes a 0,65% del PBI.
Al igual que cuando instalaron la idea de la dolarización sin tener dólares, en el frente fiscal, los líderes de La Libertad Avanza están haciendo promesas de reducción del gasto con los números equivocados.
En síntesis, surgió una fuerza política que llama la atención por lo disruptiva de sus propuestas, pero los economistas profesionales advertimos mucho humo detrás de esas promesas. No vaya a ser cosa que, de llegar al poder, las ideas liberales queden desprestigiadas por décadas cuando se advierta la improvisación con que se formulan medidas que hoy, aun cuando pueden ser compartirlas, no pueden ser llevadas a la práctica como proponen.
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