Una sensación de urgencia empezó a contagiarse en el seno del Frente de Todos. La conciencia de que los tiempos se acortan y que prolongar la indefinición sobre las candidaturas puede conducir al peronismo a un desastre ya es compartida por los principales líderes de la coalición de gobierno, aunque no por todos. Por eso, referentes clave del oficialismo decidieron subir el tono para apurar las decisiones electorales que despejen incertidumbres.
Cuando esta tarde, a las 16, el INDEC publique otro dato -presumiblemente malo- de inflación, quedará expuesto uno de los dos “enemigos” más peligrosos con los que tiene que lidiar el Gobierno. Es el que más daño provoca, sobre todo en la población con menos ingresos y que vive en la informalidad, pero no es el único. El otro es Javier Milei, el líder libertario que quiere ser presidente y que crece en intención de votos a medida que se agudiza la crisis.
Ambos factores son los que preocupan a uno de los tres accionistas del Frente de Todos: Sergio Massa. El ministro de Economía durante toda la semana jugó fuerte en tándem con Cristina Kirchner y La Cámpora para que se desactiven de una vez las PASO que pretendía Alberto Fernández.
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En público y en privado, el titular del Palacio de Hacienda manifestó en los últimos días que la economía requiere como condición un orden político del que carece el Frente de Todos. “No nos entra un quilombo más”, fue la frase altisonante que pronunció este jueves Massa para machacar en esa idea, en un acto que compartió con productores agropecuarios en Navarro, provincia de Buenos Aires.
No fue casual. Durante el fin de semana el jefe del Palacio de Hacienda compartió con colegas del gabinete un fastidio creciente con Alberto Fernández. La relación entre ambos atraviesa un mal momento y el recelo, dicen los que hablan con ambos, es mutuo.
El trasfondo, es la interna del Frente de Todos. El Presidente insistía hasta ayer en que hubiera más de un candidato y que los que se presentaran tuvieran lugar para competir en las primarias del 13 de agosto. Ni Cristina ni Massa creen que esa sea la mejor alternativa ya no para ser competitivos en las PASO, sino para evitar una derrota del oficialismo que ponga en riesgo la propia estabilidad del Gobierno.
“Están perdiendo el tiempo con estas pavadas de la interna, mientras Milei no para de crecer”, le dijo Massa a un interlocutor del gabinete. La hipótesis del ministro de Economía, según pudo saber Infobae, es que Juntos por el Cambio no sólo que no está creciendo en términos electorales, sino que viene en caída y podría, a medida que avance el calendario, sufrir más desgaste.
Para el ministro, que niega una candidatura pero tiene apoyos de CFK y de un sector de La Cámpora, “hay que ordenar el Frente de Todos, dedicase a poner en valor el Gobierno y enfrentar a Milei”.
La otra novedad que tiene fuerte impacto en la interna del Frente de Todos es la confirmación de que el 25 de Mayo se hará una marcha masiva a la Avenida 9 de Julio para celebrar los 20 años de la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia, como una excusa para el verdadero objetivo: que Cristina defina si será o no candidata.
Fuentes partidarias revelaron a este medio que están redactando un petitorio firmado por todos los convocantes a la movilización para reclamarle a la vicepresidenta que asuma el desafío de volver a presentarse. “Hay un pedido formal hecho para que sea la única oradora, pero hasta este viernes ella no dijo nada. Ni sí, ni no”, consignaron.
La voz pública de esa movida la interpretó el polémico intendente de Ensenada, Mario Secco, que en declaraciones radiales sugirió que la vicepresidenta podría participar del acto. “Yo no hablo por Cristina”, aclaró rápido, pero luego la emprendió contra el enemigo favorito de los sectores ultra K, la Corte Suprema de Justicia. “Si a Cristina le quieren hacer lo mismo que a Lula vuelan todos en pedacitos”, dijo en referencia a los jueces del máximo tribunal.
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Corte y confesión
El subtítulo no es un error de tipeo. A 60 horas de la decisión de la Corte de suspender las elecciones en Tucumán y San Juan, Juan Manzur anunció sobre el filo de esta medianoche lo que podría haber dicho el mismo martes: que bajaba su precandidatura a vicegobernador, invalidada por ser la quinta vez consecutiva que integraba el binomio gubernamental tucumano. Fue el reconocimiento de que, más allá de su conformidad o no, se trataba de una medida inapelable que debía acatarse para no desconocer principios básicos del Estado de Derecho.
El anuncio de Manzur desconoció las posiciones maximalistas que expresaron desde el kirchnerismo sobre un supuesto ataque a la democracia y al régimen republicano, representativo y federal, que está consagrado en el artículo primero de la Constitución Nacional.
Y dejó en una posición incómoda al sanjuanino Sergio Uñac, que resistió el fallo y anunció que, a excepción de la categoría gobernador, suspendida por el máximo tribunal, la provincia elegiría todo el resto de los cargos provinciales. Se trató, en definitiva, de las reacciones de dos líderes del peronismo que no suelen hacer seguidismo de La Cámpora ni de Cristina.
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El presidente, que dio una cadena nacional, La Cámpora, la CGT, el PJ y dirigentes se habían expresado en contra de la decisión que tomaron los supremos Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda, en ausencia de Ricardo Lorenzetti, que estaba en comisión en el exterior. Los acusaron de avasallar las autonomías provinciales y de vulnerar el Estado de Derecho.
En el caso de Tucumán, Manzur acató la resolución, mientras que en San Juan, el peronista José Luis Gioja se encargó de poner en blanco sobre negro lo que pasó: “Él sabía que no podía ser candidato, se lo dijimos en todos los idiomas”.
Una de las espadas del cristinismo, la titular del Comité Nacional para la Prevención de la Tortura, Diana Conti, calificó las cautelares que impidieron la votación en ambas provincias como “un hecho de una gravedad importantísima” y advirtió “son actos extorsivos dirigidos al poder político. Lamento que la ciudadanía argentina no se movilice ante un hecho de la potencialidad del daño que esta Corte puede hacer a la Argentina”.
Se espera que este viernes un grupo ultra K haga un acto frente al Palacio de Tribunales. Es un anticipo. Vendrán más.
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