Aunque junio terminará con más inflación que mayo, por la suba de tarifas, la desaceleración en alimentos y bebidas sigue su curso. En la tercera semana del mes el incremento fue de 0% según el relevamiento realizado por la consultora Econométrica, que estima una suba de apenas 3% mensual.
A pesar de esto, los aumentos de tarifas que se aplicaron este mes provocarían un salto de alrededor de un punto en el índice general, que terminaría por debajo de 5,5 por ciento.
El fuerte bajón registrado en mayo a 4,2% contó con algunas ayudas. Sin la postergación de tarifas que se definió el mes pasado y la caída en prepagas (por el reajuste de precios), el índice hubiera sumado 2,5 puntos adicionales por lo que hubiera rondado el 6,7%. Así lo estimó la consultora Equilibra.
Es importante quebrar la resistencia del 4% mensual para que la inflación converja al ajuste del 2% del dólar oficial que mantiene el Gobierno desde principios de año
Una de las incógnitas que se abren en relación al proceso de desinflación es si durante el segundo semestre se logrará romper el piso de 4/5% mensual. Se trata de un dato trascendente por varias razones.
Piso a perforar
Es importante quebrar esa resistencia del 4% para que la inflación converja al ajuste del 2% del dólar oficial que mantiene el Gobierno desde principios de año. En la medida que se logre, se irán diluyendo las advertencias sobre atraso cambiario.
Una reducción adicional de la inflación también permitirá que se acelere la recuperación de los ingresos. Los últimos números oficiales muestran que por ahora la reactivación se hace rogar. Las compras en supermercados de abril, por ejemplo, mostraron una caída superior al 3% en relación a marzo. Y las importaciones caen a un ritmo superior al 30% interanual, lo que refleja una demanda que por ahora no reacciona.
La baja de la inflación de los primeros seis meses también ayudó para mantener alto el nivel de aceptación de Javier Milei, que priorizó la desaceleración de precios aún a costa de una caída mayor de la actividad y una abrupta caída en los ingresos reales de las familias.
Pero el tema que dominó la semana económica fue el Staff Report del FMI, que se conoció el último lunes. Este informe tiene un problema de base: es redactado muchas semanas antes de su divulgación. Por lo tanto, no contiene algunas consideraciones importantes en una economía tan cambiante como la Argentina.
Ruido con el dólar
Un aspecto que hizo mucho ruido toda la semana por este motivo fue la continuidad del “dólar blend” para los exportadores. Los técnicos del Fondo indicaron que se eliminaría en junio. Sin embargo, fueron necesarias dos desmentidas del equipo económico, primero de Pablo Quirno (secretario de Finanzas) y ya sobre el cierre del viernes del propio Luis “Toto” Caputo, quienes aseguraron que el esquema sigue y seguirá vigente.
El futuro acuerdo con el FMI aún está verde; Economía reconoció que aún ni arrancaron las negociaciones. Una posibilidad es cerrarlo en la Asamblea Anual del Fondo, en Washington, pero eso será recién a fines de octubre. Cuatro meses es un plazo muy prolongado para las urgencias del Gobierno
El ministro de Economía tuvo incluso que salir a aclarar por qué se hacía en el reporte una referencia explícita a este tema. “Está en el comunicado porque viene de antes, cuando estimábamos que la ley Bases podía pasar en marzo”.
La continuidad del “dólar blend” por un lado tranquiliza pero al mismo tiempo agudiza algunos problemas. Como los exportadores seguirán liquidando un 20% de las divisas que entran por el contado con liquidación, esto representa un importante techo a los dólares financieros.
Aproximadamente son USD 1.200 millones mensuales que entran por el mercado bursátil, pero que como contracara deja de comprar el Central, en momentos que precisa seguir acumulando reservas.
Luego de comprar más de USD 17.000 millones desde el arranque del nuevo Gobierno, en junio se cortó abruptamente la dinámica y en la mayoría de los días el Central terminó con saldo vendedor. El último miércoles fue la jornada de mayor saldo negativo de la nueva administración, con un rojo de USD 156 millones.
Mantener la acumulación de reservas es fundamental, porque de esto depende el levantamiento del cepo cambiario. El freno en junio llegó antes de lo esperado, porque aún es época de liquidación de la cosecha gruesa. Conseguir USD 10.000 millones antes de fin de año solo sería posible con un desembolso extraordinario del FMI
Caputo tomó una decisión arriesgada: mantener un flujo de dólares de los exportadores para contener al mercado cambiario y que no se escape la brecha. Pero al mismo tiempo privó al BCRA la posibilidad de acumular más de USD 1.000 millones mensuales.
Esta decisión se vuelve más polémica en un momento en el que se empieza a normalizar la demanda de divisas por parte de los importadores, lo que explica por qué el BCRA no logra acumular reservas. Y también es comprensible por qué el FMI insiste con eliminarlo, pese a que el propio ministro de Economía aseguro que el organismo “no tiene problemas con el dólar blend”.
La lógica indicaría que se trata de un beneficio que no puede ser sostenido mucho más allá del tercer trimestre. Para ese momento será necesario fortalecer al Central pero al mismo tiempo prescindir de instrumentos que mantienen artificialmente controlado al tipo de cambio y la brecha.
Advertencia del FMI
El propio informe del FMI advierte que será muy difícil seguir acumulando reservas en el segundo semestre. Incluso se espera una caída por motivos estacionales a partir de julio o agosto, cuando se reduzca la liquidación del agro.
Las reservas netas tuvieron una gran evolución en la primera parte del año. Pasaron de un negativo de USD 10.000 millones cuando se fue el gobierno anterior a cerca de un positivo de USD 1.000 millones. Pero el propio FMI advierte que se trata de un nivel “insuficiente” para asegurar la estabilidad del mercado cambiario.
La baja de la inflación es uno de los principales resultados que consiguió el gobierno de Javier Milei en sus primeros meses de gestión. Luego del repunte de junio, el desafío que se viene es perforar el nivel de 4/5% por mes que los analistas estiman hasta fin de año. Si se consigue, se evitará el atraso cambiario y que vuelva la presión para una devaluación, que volvió a ser desmentida por Caputo
Por eso, el Gobierno precisa acumular no menos de USD 10.000 millones adicionales para salir del cepo, algo que parece imposible de acuerdo al comportamiento del mercado cambiario.
La esperanza que quedaba parece desvanecerse, al menos por ahora: que sea el propio FMI quien aporte esos fondos frescos como parte de un nuevo acuerdo con el organismo. Claro que el propio Caputo tuvo que reconocer que las conversaciones ni siquiera han comenzado.
Todo indica que las chances de obtener un desembolso millonario del Fondo ahora depende del resultado de las elecciones de los Estados Unidos. Si Donald Trump vuelve a la presidencia, crecen las chances de que el Tesoro americano apoye al organismo para que fortalezca las reservas argentinas. Pero para eso habría que esperar como mínimo al primer trimestre de 2025 y con mucho viento a favor.
De la euforia a la cautela
Mientras tanto, los mercados abandonar el modo “euforia” con Argentina y pasaron a una postura de “cautela”.
Las dificultades para acumular reservas, la certeza que la salida del cepo cambiario no está a la vuelta de la esquina, las demoras para ir a un nuevo acuerdo con el FMI y las señales de una economía que por ahora son datos que en Wall Street no pasan por alto.
Al menos fueron argumentos suficientes para que el riesgo país se mantenga en niveles de 1.400 puntos y provocar una importante ola de venta de acciones argentinas, eclipsando parcialmente el impacto positivo que provocó la aprobación de la ley Bases en el Senado.
Con todo, las expectativas se sostienen. Milei buscará un nuevo impacto política el 9 de julio, con una foto que muestre un mayor empoderamiento político. Además, en esas horas se pagarán los intereses de los bonos dolarizados y la primera cancelación de capital del AL30, el bono de referencia de los mercados.
Asimismo, la sanción de la ley Bases junto al paquete fiscal podría significar un impulso para la economía en la segunda mitad del año, aunque la reactivación plena recién llegaría en 2025. El FMI proyecta una suerte de rebote en “V”, con un rebote de la actividad del 5%, que dejaría atrás el bajón de este año.
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