Finalmente el Indec dio a conocer el índice de inflación de junio de 2023. Si bien ya nadie necesita del organismo para visualizar el problema inflacionario que sufre la Argentina, este informe en particular tuvo una característica adicional al resto: será el último que se conocerá antes de las elecciones PASO, ya que el índice de precios del mes de Julio se conocerá recién 48 horas después de que hayamos pasado por el cuarto oscuro a cumplir con nuestras obligaciones cívicas.
Los números siguen siendo contundentes: 6% de inflación para el sexto mes del año, acumulando entonces en este 2023 un 50,7%. Cuando observamos los últimos 12 meses el indicador parece aún más descontrolado: 115,6% (cifra que no se registraba desde septiembre de 1991). Todo esto se desarrolla dentro de un contexto donde el valor dólar oficial sufre un brutal atraso y muchos precios de la economía sufren regulaciones o controles que en algún momento pasarán factura.
El problema inflacionario no es un asunto que solo es atribuible a la desopilante gestión de Alberto Fernández como Presidente de la Nación. Sin embargo los números no lo acompañan: desde que asumió los precios se incrementaron un 503,2%. Los datos son peores en rubros sensibles como “alimentos y bebidas” e “Indumentaria”: en ambos la inflación desde diciembre de 2019 hasta hoy ha sido del 547,8% y del 741,3% respectivamente.
En marzo de 2022 el Presidente de la Nación –en un extraño acto público ocurrido pocos días después de haberse iniciado la invasión rusa a Ucrania- le declara la “guerra a la inflación”. Desde aquél momento en el que se desató su figurativa hazaña, los precios aumentaron un 170% (a razón de 6,4% promedio mensual). Nada ha funcionado en materia inflacionaria para el actual gobierno.
Lo cierto es que el aumento de precios ha sido un dolor de cabeza al que la política no le ha encontrado solución, o al menos no lo ha hecho desde enero de 2002, momento en el que se derogó la Ley de Convertibilidad sellando su certificado de defunción. Desde aquel momento hasta hoy la inflación acumulada fue del 30.700%: hoy necesitaríamos casi 31.000 pesos para comprar lo que en aquel momento comprábamos con un billete de 100 pesos (billete éste que en aquel momento representaba nuestro papel de mayor denominación).
Todas las presidencias desde la salida de la convertibilidad fueron un gran fracaso en términos inflacionarios. Néstor Carlos Kirchner multiplicó la inflación por 4 y acumuló un incremento de precios en torno al 60%. Cristina Fernández de Kirchner acumuló en su gobierno un 610% de inflación. Mauricio Macri hizo lo suyo: 275% de inflación en sus cuatro años de gobierno. Alberto Fernández por supuesto fue quién se llevó hasta aquí la peor marca, solo superado en estos 40 años de democracia por la suba de precios acumulada en el período de Raúl Alfonsín.
La política ha fracasado. El populismo ha pulverizado la moneda, las cuentas públicas y al BCRA. La emisión monetaria empujada por un Estado ineficiente, electoralista y elefantiásico nos ha llevado a lugares que en algún momento nos dimos el lujo de olvidar. La política en algún momento deberá entender que la inflación no significa otra cosa que menor crecimiento, falta de previsibilidad y un nivel de pobreza cada vez mayor.
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