La reglamentación del RIGI (Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones) publicada este viernes en el Boletín Oficial, abrió una puerta que hasta hace dos meses parecía cerrada para que la industria automotriz encuentre un motivo que la impulse a desarrollar la electromovilidad a nivel local.
El inciso N del artículo 3° de la reglamentación de este programa de incentivos es el que detalla los sectores alcanzados por el RIGI. El punto 5 es el que está referido a Tecnología, y es ahí donde el programa detalla que se podrá aplicar para “Movilidad en base a nuevas tecnologías de motorización y tecnologías de transición energética”.
En otras palabas, este es el recurso que habían encontrado los ejecutivos de la industria automotriz argentina para intentar conseguir inversiones de sus casas matrices en nuestro país a través de electromovilidad o de otras formas de propulsión sustentables. Un ejemplo podría ser el del desarrollo de combustibles electrónicos, los conocidos e-fuels, aunque en ese caso la inversión debería hacerla una empresa de energía, ya que los automóviles actuales, con motores de combustión interna no necesitan mayores desarrollos sino sólo ajustes para funcionar con estas naftas de laboratorio.
En cambio, la electromovilidad es mucho más amplia y sí involucra a los fabricantes de automóviles, ya que dentro de ese paraguas energético están los autos eléctricos, pero especialmente los autos híbridos en todos sus conceptos: los micro híbridos, los híbridos autorecargables y los híbridos enchufables.
Una semana atrás, Pablo Sibilla, presidente y CEO de Renault Argentina, anticipó en exclusiva a Infobae: “Falta una semana y pico. Estamos charlando con el gobierno por este tema en particular. Estamos esperando la reglamentación para ver exactamente cuáles serían las condiciones, pero me animo a decir que soy más optimista que la semana pasada. Todavía no puedo decir que es un hecho, pero veo del otro lado una buena apertura en este sentido”.
Efectivamente, en menos de ese plazo se publicó la reglamentación y las automotrices tienen ahora un camino que recorrer evaluando inversiones posibles en nuestro país. En principio, la forma más rápida de entrar al programa de incentivos sería a través de los autos híbridos convencionales, los autorecargables, que es la tecnología más apropiada para las características e infraestructura de un país como Argentina.
“Claramente en el futuro, en América Latina, los autos van a ser híbridos. Brasil va a tener ensamblaje de híbridos y producción de motores híbridos también. Nosotros no nos tenemos que quedar afuera de eso porque vamos a quedar obsoletos en cinco años. Entonces la vía por la cual estamos trabajando es ver si podemos usar el RIGI para que empresas que tengan proyectos con un grado de electrificación en sus planes próximos, que pueda inscribirse en el RIGI”, explicó Sibilla.
Desde que asumió el gobierno de Javier Milei, hubo dos encuentros de los directivos de las terminales automotrices nucleados en ADEFA con el ministro de Economía, Luis Caputo, en los que se planteó que era necesario ir a la misma velocidad que Brasil en aspectos referidos a electromovilidad, porque bajo el paraguas del programa MoVer (Movilidad Verde) impulsado por el presidente Lula Da Silva, ya se han anunciado más de USD 20.000 millones para los próximos años en el principal socio de Argentina.
“Tenemos una gran aspiradora de inversiones al lado nuestro, que es nuestro vecino. ¿Cómo podemos hacer para que alguna de esas inversiones vengan para nuestro lado también? Tenemos la Ley de Electromovilidad que estamos discutiendo, y está el tema del RIGI, en el que estamos viendo si podemos ingresar de alguna forma”, explicó el máximo directivo de Renault Argentina.
Ahora empieza el proceso de análisis de la reglamentación del RIGI publicada este viernes, y en eso están todos los especialistas de las fábricas argentinas, aunque también los que podrían representar inversiones nuevas en la industria. Una de las razones de existir de este programa de incentivos que aseguran 30 años de estabilidad de condiciones es captar nuevos actores internacionales, los cuales deberán asociarse con empresas argentinas o instalarse industrialmente cumpliendo determinadas condiciones mínimas para no crear una asimetría con la industria existente.
Uno de los primeros ejecutivos de la industria automotriz argentina que habló del tema fue Martín Galdeano, presidente de Ford Argentina y Ford Sudamérica. Lo hizo en junio, cuando ya se sabía que la industria automotriz convencional no entraba al RIGI pero podía hacerlo por medio de Tecnología, como finalmente ocurrió.
“El RIGI para mí es bueno, es importante. Yo celebro la competencia porque nos hace mejores a todos, a los fabricantes porque mejoramos nuestros productos, y es mejor para el cliente también. La competencia es buena, pero tenemos que estar seguros de que todos competimos con las mismas reglas. Si me preguntas mi opinión del RIGI, yo te contesto: ‘asegurémonos de que, yo terminal, que estoy hace 110 años en Argentina, tengo las mismas reglas que cualquiera de cualquier origen que va a venir ahora´. Con eso en la mesa, para mí está fantástico”, dijo Galdeano en aquel momento.
Hoy, el ejecutivo argentino que dirige Ford en todo sudamérica desde 2023, fue también el primero en opinar de la decisión publicada en el Boletín Oficial.
“Es una excelente noticia que se haya incluido a la industria automotriz para acompañar el proceso de desarrollo y transformación tan radical que la industria está viviendo a nivel global. Este proceso demanda altos niveles de inversión, y es fundamental para que podamos consolidar de manera sostenible a Argentina como hub de producción y fuente de abastecimiento para toda la región, destino principal de la producción de Ford en Argentina y continuar aportando al crecimiento económico y social de Argentina con desarrollo tecnológico y trabajos de alta calidad. Por otro lado, es muy importante seguir trabajando en mejorar la competitividad de nuestra producción, y resolver aquellas cuestiones que afectan a la eficiencia en toda la cadena de valor”, declaró.
Actualmente, el mercado automotor argentino tiene pocos vehículos híbridos. La marca que más fuertemente ha apostado por esta tecnología es Toyota, que ofrece versiones híbridas del Toyota Corolla y el Corolla Cross fabricados en Brasil, lo que permite que tengan un precio muy similar al de los mismos modelos con motor de combustión interna. La otra es Ford, que si bien tiene tres modelos híbridos con Ford Maverick, Kuga y F-150, sólo en el primer caso llega desde un país con acuerdo de 0% de arancel de importación como México, mientras que los otros dos modelos llegan desde Estados Unidos y pagan el 35% de arancel.
En las últimas semanas otras marcas han reconocido que tienen en sus planes próximos comenzar a vender vehículos híbridos también. Es el caso de Stellantis (Fiat, Peugeot, Citroën, Jeep y RAM), Volkswagen y Renault. Además, Honda Argentina lanzará la próxima semana el Civic Híbrido también.
Bajo el nuevo régimen de incentivos para grandes inversiones, algunas marcas podrán empezar a negociar con sus casas matrices que la producción de autos híbridos se pueda establecer en la Argentina, pero también podría ocurrir que sólo se fabriquen las baterías de autos híbridos y eléctricos, especialmente aprovechando que Argentina es parte del “Triángulo del Litio”.
Sin embargo, entre la extracción del litio y la producción de baterías hay una gigantesca inversión que hacer, lo que requiere, además de los recursos económicos, de una gran escala industrial que la justifique, y para eso es fundamental que también haya condiciones que permitan ganar mercados de exportación. El camino es largo, pero se dio el primer paso.
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