“La importación de prendas ha sido muy baja en los últimos años. Tal vez, si hubiera entrado más producto del exterior, los precios de la ropa no serían tan altos”, reconoció un importante referente del sector de la indumentaria. De todos modos, las estadísticas oficiales muestran que este año hubo un crecimiento fuerte en las importaciones de producto terminado, a pesar de la crítica escasez de divisas.
Los industriales textiles adjudican parte del efecto inflacionario a este fenómeno, a raíz de la alta incertidumbre que existe en materia cambiaria y la “especulación” de algunos comerciantes, pero en el sector de la indumentaria aseguran que la principal causa de que los precios suban es la escasez. Afirman que no sobra mercadería, a pesar de que reconocen que hubo un aumento de las prendas importadas respecto del primer trimestre del año pasado.
Los datos que reflejan este crecimiento fueron informados por la Fundación Pro Tejer, ante la consulta de Infobae, y también serán compartidos por sus directivos con el Gobierno. Concretamente, entre enero y marzo de este año, las importaciones de prendas de vestir crecieron, en toneladas, un 74% respecto del mismo período de 2022, frente a una caída del 50% en el ingreso de hilados y del casi 40% en tejidos. A su vez, si sólo se considera marzo, el alza interanual trepó al 167% y de 220% respecto de las de febrero, de acuerdo con el informe.
“El impacto del crecimiento de los precios en el rubro de indumentaria se da en un contexto de fuerte crecimiento de las importaciones de prendas de vestir, que no dejaron de crecer en un contexto de caída de las importaciones textiles en general (en total, la baja fue del 33% en el trimestre, en toneladas)”, destaca el documento de la fundación.
Además, agrega que la suba de los precios se da en un “contexto de estancado nivel de producción industrial y bajo uso de su capacidad instalada, así como de respeto al acuerdo de precios firmado con el gobierno por parte de los proveedores de insumos textiles”. “Los aumentos de precios parecerían estar relacionados con maniobras comerciales, ajustes por los movimientos del tipo de cambio, y otros motivos que se encuentran ajenos al comportamiento y evolución de la industria productora de insumos industriales”, sostiene la entidad que dirige Luciano Galfione.
El IPC de prendas y calzado muestra una variación acumulada de 28,9% en el primer cuatrimestre, con los últimos dos meses con los mayores incrementos mensuales (marzo, 9,4%; y abril, 10,8%) debido al cambio de temporada. El informe de Pro Tejer remarca que si bien el rubro fue el de mayor crecimiento el mes pasado, en el acumulado de los cuatro meses se encuentra por debajo del IPC general y del IPC de alimentos, que ya lleva tres meses consecutivos con variaciones mensuales superiores al 9%.
En el rubro de indumentaria reconocen que la actividad comenzó a estancarse, pero aseguran que los primeros eslabones de la cadena son los que más se están sintiendo por ahora. En el caso de la ropa, la financiación y las promociones -que no mide el Indec- todavía sostienen las ventas, aunque no en todos los casos. Afirman que todavía no sobra ropa y que cuando eso pase los precios bajarán. De hecho, ya hay muchas marcas -las de chicos, por ejemplo- que hacen permanentemente promos para vender (2×1, 3×2 o descuento de hasta 50%).
La industria textil está cumpliendo con el acuerdo de precios de 3,2% mensual hasta el 30 de junio. Pero como en enero la suba fue de 5,8% y en febrero, de 7%, el acumulado de aumento hasta abril es de 20,6%. “Los fabricantes de insumos textiles han cumplido con el cronograma acordado, lo que se ha visto reflejado en el dato del IPIM (precios mayoristas), que muestra una variación acumulada para los productos textiles del 19,1%. Este número no sólo es inferior al acumulado acordado, sino que también es inferior a la variación acumulada del dólar oficial a ese período (23,9%), a la de la inflación mayorista de productos manufacturados (25,9%) y al de la inflación general (32%)”, aseguró la entidad.
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