La cuestión de la seguridad vial es un tema recurrente en la agenda de la sociedad. Y a punto de finalizar el cuarto mes del año, el año ya presenta una cantidad importante de incidentes viales marcados por los factores de siempre: imprudencia, alcohol o celulares al volante, exceso de velocidad e incumplimiento de las normas de tránsito. Aún faltan estadísticas, pero lo cierto es que son muchas las personas que han fallecido en el último tiempo producto de estas situaciones.
La serie histórica oficial de víctimas fatales entre 2006 y 2022 muestra dos datos que merecen un pequeño análisis: el primero, es que la cantidad neta de fallecidos muestra una curva descendente importante, al punto de que en el pasado año la cantidad de casos fue solo igual al 50% de los registrados en 2006. Pero claramente aún queda mucho por hacer, porque lo ideal es que no hubiera ningún fallecido por estos temas.
Pero, por otra parte, la misma estadística nos hace un llamado de atención que responde más a la forma en la que manejamos que a cualquier otra cosa: históricamente, la cantidad de siniestros fatales se suele incrementar durante los años de elecciones presidenciales (salvo por los indicadores de los años 2018-2019).
Hoy, la tecnología a bordo de los vehículos y aquella que los complementa, está un paso adelante inclusive de los niveles en los que realmente la aprovechamos. Gran parte de los problemas que tenemos en la calle tienen que ver con la forma en la que cada uno se comporta al momento de tomar el volante. Esto es parte de lo que está llevando a las compañías de seguro a querer establecer un scoring por nivel de riesgo, porque lo cierto es que los incidentes producto de fallas mecánicas son prácticamente nulos respecto del resto de casos.
Por este motivo, más en un nuevo año electoral, es clave que, al momento de subirnos a un vehículo, observemos y hagamos observar las medidas de seguridad necesarias para minimizar los riesgos y ser prudentes en la forma en la que conducimos. Y cuando hablamos de esto, no se trata sólo de lo que hacemos nosotros, sino también tener en cuenta que debemos estar atentos a lo que otros hacen en la calle. En este sentido, los accidentes fatales suelen incluir dos componentes: uno es aquel que cometió una imprudencia y a otro que no estaba con los parámetros de seguridad mínimos necesarios.
La realidad es que no nos cuesta mucho hacer lo básico para viajar seguros y ser responsables con los demás: tener encendidas las luces, ponerse el cinturón de seguridad, tanto adelante como en los asientos de atrás, respetar las normas de seguridad, frenar en cada esquina, dejar el celular guardado mientras manejamos, ir atentos al volante…. Esto sólo por hablar de lo que debemos hacer, además de un buen mantenimiento del vehículo.
Cuidar la vida, vivir tranquilos y respetar las normas es un trabajo de todos y que requiere, de alguna manera, que todos bajemos, figurada y literalmente, un cambio al momento de trasladarnos. Porque lo importante es llegar donde te esperan.
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