El gigante bancario HSBC anunció este martes la venta de su filial en la Argentina al Grupo Financiero Galicia por un total de 550 millones de dólares. De esta manera, la decisión de vender todo incluye la totalidad del negocio local como el Banco, Asset Management y las compañías de Seguros.
La decisión de la entidad bancaria de origen británico tiene que ver con la decisión de enfocar sus actividades en Asia. “Esta transacción es otro paso importante en la ejecución de nuestra estrategia y nos permite enfocar nuestros recursos en oportunidades de mayor valor en nuestra red internacional”, indicó el director general de HSBC, Noel Quinn, en un comunicado.
El tamaño del mercado argentino y los vaivenes cambiarios y monetarios a los que está sometido no fueron pasados por alto al decidir la operación. Particularmene, las fuertes devaluaciones del peso tuvieron su mención: “HSBC Argentina es un negocio principalmente enfocado en el mercado doméstico, con una conectividad limitada con el resto de nuestra red internacional. Además, dado su tamaño, también genera una volatilidad sustancial en las ganancias del Grupo cuando sus resultados se convierten a dólares estadounidenses”, explicó Quinn.
“HSBC Argentina es un negocio principalmente enfocado en el mercado doméstico, con una conectividad limitada con el resto de nuestra red internacional. Además, dado su tamaño, también genera una volatilidad sustancial en las ganancias del Grupo cuando sus resultados se convierten a dólares estadounidenses”
Pero Argentina no es el único país del que la multinacional quiere irse. Este año HSBC completó la venta de su unidad de Canadá y su negocio de banca minorista en Francia. Anteriormente, también acordó vender sus operaciones en Grecia y Rusia. La empresa hizo público que buscar abandonar o reducir su presencia en doce mercados, aunque no especificó cuáles.
“Galicia adquirirá todos los negocios de HSBC Argentina que incluyen el Banco, Asset Management y Seguros junto con USD 100 millones de la deuda subordinada emitida por HSBC Bank Argentina y en poder de otras entidades de HSBC, por una contraprestación de USD 550 millones, que se ajustará por los resultados del negocio y las ganancias o pérdidas de valor razonable de la cartera de valores de HSBC Argentina durante el período entre el 31 de diciembre de 2023 y el cierre de la operación”, detalló el aviso oficial, que aclaró que parte del pago se hará con acciones del banco de capitales argentinos que cotizan en Wall Street.
“HSBC espera recibir la contraprestación de la compra en una combinación de efectivo, nota privada y American Depositary Receipts (ADRs) de Galicia, representando los ADRs alrededor de la mitad de la contraprestación recibida, que representan menos del 10% del interés económico en Galicia”, añadió.
HSBC tiene más de 100 sucursales en Argentina con alrededor de 3.100 empleados. En 2023 reportó 239 millones de dólares de ganancias antes de impuestos en el país.
HSBC tiene más de 100 sucursales en Argentina con alrededor de 3.100 empleados
El Galicia es el tercer banco más grande del país en el ranking por activos. Y el número uno entre las entidades privadas, ya que sólo es superado por el Banco Provincia y el Banco Nación. HSBC, por su parte, administraba el sexto activo más importante del país entre las entidades privadas y ocupa la novena posición en el ranking que incluye también a los bancos públicos.
Con esta compra, el Galicia se transformará en el segundo banco del país, sólo detrás del Banco Nación, ya que la suma de sus activos alcanzaría los 7,928 billones de pesos, contra los 6,119 billones que administra el Banco Provincia.
En un mensaje a sus clientes, el HSBC señaló que “se espera que la venta se complete dentro de los próximos 12 meses, sujeta a la aprobación de los reguladores”. “Tenga la seguridad de que estamos comprometidos a apoyarlo y haremos todo lo posible para garantizar una transición ordenada”, agregaron en el comunicado.
El 2023 fue un año de enorme rentabilidad para los bancos que operan en la Argentina. El último informe sobre Bancos del Banco Central explicó que “el conjunto de entidades financieras acumuló resultados totales integrales en moneda homogénea equivalentes a 5,4% del activo (ROA) y 27,6% del patrimonio neto (ROE)”.
El ROA permite evaluar la rentabilidad de una empresa en relación con sus activos totales y el ROE determina la rentabilidad de una empresa respecto del patrimonio de sus accionistas.
Entre las principales causas que explican esa disparada de la rentabilidad bancaria está el aumento de los ingresos por margen financiero —la diferencia que obtienen por las tasas que cobran por préstamos o inversiones y las tasas que pagan a sus depositantes— gracias, más que nada, a las altas tasas que pagó el Tesoro por sus emisiones de deuda en pesos.
Sin embargo, la alta rentabilidad de sus operaciones no implica necesariamente una marcha saludable de los negocios. En los últimos meses, muchas entidades empezaron a desarmar sus activos ante la baja de tasas de referencia combinada con la fijación de un piso para lo que pagan por depósitos a plazo. El negocio de colocar préstamos, en medio de la alta inflación y la caída de la actividad, tampoco aparece como interesante.
En ese contexto, HSBC no es el primer banco de capitales extranjeros que analiza salir del mercado local. El año pasado, por ejemplo, el brasileño Itaú vendió sus operaciones en el país al Banco Macro. Los que analizan irse suelen bancos multinacionales que, en cada mercado en el que operan, se encuentran entre los líderes. Itaú nunca alcanzó ese rol en el país, pero HSBC si juega entre los pesos pesados del mercado local.
Sin embargo, el crecimiento del negocio argentino no apareció como promisorio para muchos de ellos. Y las entidades de capitales nacionales aprovechan el poco interés de los bancos globales para ampliar su participación en el mercado local.
Sin ir más lejos, la calificadora de riesgo Moody’s dijo que la perspectiva para las entidades argentinas es negativa.
“La perspectiva del sistema bancario sigue siendo negativa debido a las severas condiciones operativas que restringen el potencial de generación de utilidades y las actividades bancarias”, explicó en un informe.
“La recesión prevista, el aumento de la inflación en 2024 y la ambiciosa agenda de reformas del nuevo gobierno impondrán importantes riesgos de implementación. Los cambios en la política monetaria, incluyendo los recientes recortes de las tasas de interés, presionarán los márgenes y la rentabilidad en general, aunque desde los máximos históricos de 2023″, agregó Moody’s.
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