Después de cuatro años sin subir a un escenario, Luis Miguel inició su gira internacional y eligió a Argentina como el puntapié inicial de su Tour 2023. Así fue como el jueves pasado se presentó en el Movistar Arena frente a una multitud que lo ovacionó apenas salió a escena con un impecable traje negro y una camisa blanca, luciendo visiblemente más delgado y con la voz intacta de siempre.
Las que estuvieron presentes, tanto afuera del Hotel Faena en donde se hospeda, como en el estadio, fueron sus fans, que deliran ante sus canciones y esperan horas frente a la ventana de su habitación para ver y aplaudir cualquier movimiento del ídolo mexicano.
El Sol de México, con 53 años, llegó el martes pasado al país en un avión privado y prácticamente no salió del hotel de Puerto Madero. El miércoles a la noche estaba planeado que visitara una de las parrillas más reconocidas de Buenos Aires pero el cantante finalmente decidió quedarse en su habitación y pedirle al restaurante que le acercara la comida a su hotel.
Sin embargo, sus seguidoras están firmes para demostrarles su pasión con banderas, canciones y en esta oportunidad, llevaron a unos mariachis, quienes le dedicaron varias serenatas debajo de la ventana que da a su habitación. Vestidos con trajes típicos mexicanos y sombreros grandes, los músicos se dispusieron a entonar las canciones más populares del país del que se nacionalizó el portorriqueño. Entre ellos, no faltaron Cielito lindo y La Bikina, los dos temas que también entonó Luis Miguel a lo largo de su carrera.
Entre las fans del músico, hay una agrupación que encabeza la lista porque es la única autorizada por Luis Miguel: Tengo todo excepto a ti. Lleva más de 30 años siguiendo cada paso de El Sol de México en sus visitas al país. Su presidenta y vocera se llama Jorgelina, y su anhelo es volver a encontrarse con su ídolo frente a frente. Según ella misma relata, fueron seis veces las que logró fotografiarse con Micky, aunque ya han pasado veinte años desde la última vez que pudo verlo en persona.
Así las cosas, la agrupación organizó actividades para cada día del artista en Buenos Aires. Durante la mañana y parte de la tarde del sábado llevaron a los mariachis y además, a un colectivo antiguo de la línea 45, que también había estado el día anterior. En este caso, el que dirigió la puesta en escena fue Hugo Robles, conocido como El Luismi de la 45. Fanático a morir de Luis Miguel, realizó una filmación que se hizo viral y la gente empezó a reconocerlo cada vez que se sube al vehículo conducido por él.
El viernes pasado, el colectivo hizo una parada simbólica en el microcentro, dio un par de vueltas al Obelisco y enfiló para el Hotel Faena. Hugo estuvo más que feliz porque aunque no había podido conseguir entradas para ver a su ídolo, debido a la repercusión mediática que obtuvo, una cadena de hamburguesas lo invitó a ver el concierto de Micky nada menos que desde el sector VIP del recinto.
Ya en las vísperas de su tercer show en Buenos Aires, el cantante sigue sin asomarse a saludar a sus fans, aunque ellos continúan con la creatividad a toda prueba hasta que el Sol de México les envíe un saludo a través de alguna de las ventanas que resguardan su intimidad en el lujoso hotel de Puerto Madero.
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