Los cuatro años de la Presidencia de Alberto Fernández mostraron una creciente dependencia de los bancos al sector público, cuya participación en la cartera de activos sujetos a riesgo de crédito pasó de ser inferior a la del sector privado a más que triplicarlo, al punto que en diciembre de 2023 representaron, respectivamente, el 78% y el 22% del total, según datos del Banco Central relevados por la consultora Quantum Finanzas.
La entidad dirigida por el ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, señaló que entre diciembre de 2019 y el mismo mes de 2023 “los préstamos totales al sector privado cayeron 37% en términos reales (los de pesos cayeron 27% y los de dólares 66%), mientras que la exposición al sector público subió un 113% en esos términos, compuesto por un incremento en la tenencia de títulos del Tesoro del 197% e instrumentos del BCRA del 74%”.
“En consecuencia, a fin de diciembre de 2023 del total de la cartera de activos sujetos a riesgo de crédito, el 78% estaba expuesto al sector público (55% BCRA y 45% Tesoro Nacional) y el 22% al sector privado (préstamos y leasing)», una proporción completamente diferente a la de los inicios de la gestión del ex presidente, cuando «la relación era prácticamente 50-50%”.
Quantum destacó en su análisis que «si bien no cambia la relación entre la exposición al sector público y privado mencionadas, hay mayor alcance de lo atribuido al BCRA porque una parte de los títulos del Tesoro en cartera de los bancos tienen la opción de liquidez que dio el BCRA (recompra a precio de mercado del día previo a la opción)” y que el stock de puts de liquidez vendidos por la autoridad monetaria “estaría superando los $10 billones, alrededor del 50% de los títulos en cartera de los bancos”.
Para la consultora, “avanzar en la normalización de la economía implicará, entre otras cosas, la reversión gradual de la composición de la cartera de activos de riesgo de los bancos, reduciendo la participación del financiamiento al sector público en favor de un mayor financiamiento al sector privado”.
Más allá del impacto en el sistema financiero que puede traer una excesiva exposición de las entidades financieras a los activos del sector público, los datos relevados por Quantum confirman la tendencia acentuada desde incluso antes del gobierno de Alberto Fernández: la actividad de los bancos cada vez está más enfocada en un único cliente que es el Estado, ya sea a través de la compra de deuda pública o bien de los pasivos remunerados del Banco Central.
El impacto de la inflación y de la emisión monetaria desembocó en la necesidad de esterilizar muchos pesos y para esa tarea los bancos requieren una tasa de interés cada vez más elevada.
La intensificación de ese mecanismo, además, lleva a que el crédito al sector privado sea cada vez más escaso, desplazado por el crédito al Estado. En ese sentido, la comparación con otros países de América Latina deja en evidencia la baja participación del sector privado en la cartera de préstamos bancarios, con apenas un 6% del PBI en la Argentina, ocho veces menos que el 47% del promedio regional y catorce veces inferior al 83% registrado en Chile.
Por otra parte, este escenario resultó beneficioso para la rentabilidad de las entidades. Los bancos lograron el año pasado una tasa de ganancia nominal y una rentabilidad real muy superior a la de los años previos. Según el reciente Informe sobre Bancos del BCRA, “el sistema financiero cerró 2023 con niveles de rentabilidad superiores a los verificados en los años previos”.
La entidad que preside Santiago Bausili precisó que en 2023 “el conjunto de entidades financieras acumuló resultados totales integrales en moneda homogénea equivalentes a 5,4% del activo (ROA) y 27,6% del patrimonio neto (ROE)”, en base a una estimación realizada con el ajuste por inflación.
Con información de ANP
Hacer Comentario