Hoy por la mañana, la defensa del empresario Francisco Sáenz Valiente, acusado de la muerte de la joven brasileña Emmily Rodrigues, presentó un recurso de apelación ante la Sala VI de la Cámara Criminal y Correccional, que el mes pasado había procesado a Sáenz Valiente.
El recurso presentado por los abogados Facundo Orazi y Rafael Cúneo Libarona se introduce un día después de que la jueza federal María Eugenia Capuchetti declinó la competencia del expediente, que la Sala VI le había remitido. Sáenz Valiente se encuentra procesado por el delito de homicidio culposo. La muerte de Rodrigues ocurrió en la mañana del 30 de marzo. Cayó seis pisos al vacío en el pulmón del edificio de Sáenz Valiente en la calle Libertad en Retiro, tras ser invitada a una fiesta de consumo de drogas.
Los análisis posteriores encontraron una variedad de estupefacientes en su sistema como cocaína, ketamina y marihuana. La autopsia realizada en la Morgue Judicial determinó que la muerte fue causada por las heridas que sufrió al caer.
La Sala VI razonó que Sáenz Valiente -que llamó al 911 en repetidas ocasiones antes y después de la caída y esperó a la Policía de la Ciudad en el lugar- provocó la muerte al brindarle a Emmily las drogas que consumió. Luego, el expediente fue remitido al fuero federal, por el posible delito de suministro de estupefacientes, conexo con el de homicidio culposo.
Ahora, tras la incompetencia declarada por Capuchetti y el fiscal Ramiro González, los defensores presentaron la apelación, un documento de 54 páginas, al que accedió Infobae.
La apelación apunta a que la resolución de la Cámara que procesó al empresario es “arbitraria”. También, apunta a la acusación de suministro de estupefacientes, algo que, en parte, la defensa niega. Para los abogados, Rodrigues mantuvo su “autodeterminación” al consumir hasta que comenzó su brote. “Los magistrados en ningún momento explicaron cuáles fueron los motivos que los llevaron a pensar que se hallaba en esta condición”, aseveraron.
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Antes de la fiesta en Retiro, Emmily había asistido con varias amigas -que también participaron en el encuentro de Sáenz Valiente- a una fiesta en la discoteca Isabel, donde se encontraron con Romario, astro del fútbol brasileño.
Una de esas testigos afirmó que “en el ambiente de la noche, todas las chicas consumen tusi”, en referencia a la tusi o cocaína rosa, euforizante que había comprado Sáenz Valiente. “Yo creo que Emmily si consumía, porque en las fiestas es lo que toman las chicas, yo la vi consumir tusi, supongo que sí que no era novata, cuando preguntó si era tusi, parecía que ya lo conocía. Por lo general quienes van a Isabel, Jet y los lugares de la noche, consumen ese tipo de cosas.”, siguió.
Así, los defensores razonaron que “no puede sostenerse racionalmente que consumidores habituales de sustancias estupefacientes que salen a eventos sociales esperen necesariamente al final de la salida para comenzar a consumir”.
“Las personas pudieron llevar sus propias drogas Hemos ya demostrado que Emmily concurrió con un vaporizador con THC y con medio cigarrillo de marihuana”, continuaron.
Emmily, dijeron, “fue desaprensiva con su vida, mezcló y consumió diferentes drogas a sabiendas de su poderío, luego nuestro defendido intentó salvarle la vida con forcejeos y llamados al 911 pero no pudo cumplir su objetivo de salvataje y, por consiguiente, no debe ser considerado autor penalmente responsable”.
Sáenz Valiente “no es bombero, socorrista, ni posee postgrados en primeros auxilios, ni salva vidas de modo que su baremo dista de poder exigirle jurídicamente una conducta especializada en salvataje a quien consume y mezcla diferentes drogas”, continuaron luego los defensores.
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