Está acusada de incumplimiento y estafa por unos 3.000 inversores que depositaron sus ahorros en fideicomisos privados por más de 35.000 millones de pesos. En ese contexto y luego de casi dos meses de tensión, en el que sumó más de 200 despidos y contagió a sus negocios en Uruguay y España, Wenance pidió la convocatoria de acreedores.
Desde la fintech que comanda Alejandro Muszak habían hecho una propuesta a sus inversores, que ahora queda sin efecto. “Es la forma jurídica que encontramos para avanzar”, aseguran y dicen que de esa forma podrán “seguir funcionando”. Sin embargo, lejos de solucionarse, su situación parece ser cada vez peor.
“Una vez establecido el real pasivo de la empresa, a través de un proceso de negociación se le efectuarán propuestas de pago a los acreedores para que estos puedan dar su conformidad o no con las mismas”, dicen en la fintech.
“Es todo un bleff. La reestructuración era totalmente inviable. De repente se dio cuenta de que la gente empezó a demandarlo porque no les pagó. La reestructuración ya fue. Ahora queda todo en el aire. El dólar se va a las nubes, se licua todo. Hacerle juicio ya no sirve tampoco, porque cae en saco roto. Si hay concurso o quiebra vas a la fila con todo el resto”, aseguró esta tarde uno de los inversores.
El ahora cuestionado modelo de Wenance es el siguiente: le presta dinero a la base de usuarios de menores recursos, con intereses altos. Del otro lado del negocio, tomaban fondos de inversores grandes y ahorristas –que reunía en fideicomisos privados y sin control de los reguladores–; a ambos tipos de clientes les prometía retornos muy por sobre el promedio del mercado.
La semana pasada, la División Antifraudes de la Policía Federal allanó a Muszak en su domicilio de la Avenida del Libertador, en Palermo, por órdenes del Juzgado de Instrucción N°3 de Ushuaia, Tierra del Fuego. Es por una causa por estafa centrada en fideicomisos de la empresa. La PFA ingresó también en Promotora Fiduciaria (PF), en la avenida Maipú al 1300, una firma vinculada a la empresa, donde secuestraron libros contables. El empresario Martín Santiago Albacens, presidente de PF, se encuentra entre los investigados. Según un mail al que accedió este medio –y que Albacens habría enviado ayer por la tarde a todos los clientes de Wenance– Muszak y su entramado comercial “se la quedaron toda”.
Además de la denuncia en Tierra del Fuego, Muszak y algunos de sus socios fueron citados en otra causa. El juez Alberto Baños los indagará en los próximos días luego de que la fiscal de Instrucción Mónica Cuñarro los imputara por supuestas estafas reiteradas y otros delitos. Entre ellos está Santiago Hardie, ex secretario de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial del ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca durante el gobierno de Mauricio Macri.
La semana pasada, en medio de los allanamientos, se intensificaron los despidos. En los telegramas que envió en estos días, la empresa reconoció la crisis, pero le echó la culpa de la situación al Gobierno. “Notificamos que prescindimos de sus servicios a partir del día de la fecha, atento a la grave situación económica que transita la empresa la que impide la continuidad del vínculo. En consecuencia su indemnización será abonada a la espera de algún ingreso de dinero que lo permita”, dice el telegrama.
Y cierra argumentando que la situación de la compañía “obedece a la grave crisis económica que atraviesa el país que llevó a esta Empresa a resultar imposible el recupero del dinero prestado”.
No va a pagar reestructurando la deuda, como prometía desde que empezó el escándalo. Ahora deberá atender su convocatoria de acreedores.
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