El manual de los consultores políticos para el capítulo económico de las campañas electorales seguramente será revisado tras el triunfo de Javier Milei en las PASO. Algunos mitos muy repetidos en los últimos años quedaron desterrados. En materia económica, el candidato libertario hizo todo lo que los demás siempre dijeron que no hay que hacer. Aquello de que nadie gana elecciones dando malas noticias o explicando planes concretos, porque la gente quiere escuchar otra cosa, quedó en el camino.
Mientras el kirchnerismo siempre acusó de ser los que “traen el ajuste” a Juntos por el Cambio, y éste siempre habló de minimizar los efectos sociales de llegar al equilibrio fiscal, Milei pasó por encima de esa grieta. Prometió “una motosierra” para recortar el gasto, cerrar ministerios y privatizar empresas públicas, lo que de concretarse traerá despidos de empleados públicos y pérdida de beneficios para otros sectores.
Al mismo tiempo que los demás quieren tener lo más lejos posible al Fondo Monetario Internacional, sinónimo de recortes y tiempos duros, Milei dijo que si gana sus metas serán aún más duras y que la austeridad que pide Washington será pequeña en comparación con la que impondrá él.
“Milei habla de cuestiones macro que la gente no tiene en su cabeza, porque llega a las PASO sin fijarse en la letra chica, pero le genera una luz al final del túnel (Kleiman)
Milei lo hizo. Ganó con ese discurso. ¿Qué explicaciones hay para que gane un candidato que propone, con crudeza y hasta en detalle (cerrar el Conicet), toda clase de sacrificios que los demás ni siquiera quieren mencionar? Tal vez Milei no rompió el manual electoral de promesas económicas sino que su triunfo es la consecuencia que algunas de esas promesas ya no rinden. Y las cosas duras que sí promete Milei quedan opacadas ante la expectativa de salir de un escenario económico que ya no resulta tolerable para muchos votantes.
En términos de marketing político, “Milei vino a ocupar un nicho vacío en el electorado. Hay una enorme segmento, muy disconforme y resignado a creer que el país tiene un mal endémico, algo en su ADN, al que le apareció una alternativa”, explicó Celia Kleiman, director de Polldata y especialista en analizar el conurbano bonaerense.
La experta admite que el discurso económico de Milei “habla de cuestiones macro que la gente no tiene en su cabeza, porque llega a las PASO sin fijarse en la letra chica, pero le genera una luz al final del túnel. Se impone más su carácter rupturista que el contenido económico de su propuesta”.
“En un focus group le preguntamos a su electorado acerca de la extravagancia de Milei y su violenta oratoria. Unánimemente dijeron que lo único que querían es que Milei rompa todo” (Riorda)
El éxito de Milei se hizo más fuerte entre los jóvenes, en particular de segmentos socioeconómicos bajos y medios-bajos. “En el conurbano la gente está harta. El temporal y las inundaciones de esta semana fueron un buen ejemplo. A pesar de casi 20 años de kirchnerismo, mucha gente sigue viviendo en calles de tierra, donde no hay policía y la delincuencia enfrenta a gente del mismo barrio entre sí. A esa gente no le pueden hablar de sacarle derechos, porque ya no los tienen. No los asusta que alguien les advierta que van a perder el acceso a la salud y la educación públicas, porque entre las huelgas y la mala atención, ya lo perdieron hace rato”, explicó.
Kleiman confirma que no todos los que tienen planes sociales están conformes, muchos quieren trabajar en condiciones formales. Allí, el clientelismo y las políticas asistenciales, bien o mal implementadas, cada vez llegan con menos efecto: “El nivel de hartazgo es tan alto, que tampoco les alcanza recibir unos pesos. Milei aparece como alguien que viene a romper con la vieja política, algo nuevo después de haber visto dos opciones que no les sirvieron, que no les mejoraron la vida”.
En ese plano, no hay temores a que los libertarios vengan con mayores rigores. “Los que llegaron a ese hartazgo, prefieren hacer la prueba de pasar privaciones 1 o 2 años con una expectativa de después llegue algo mejor, frente a 15 o 20 años en los que no han progresado en ningún sentido”, aseguró Kleiman.
Otra experta, la socióloga Mariana Gené, explicó que la condición de vida supera cualquier riesgo que puedan traer las ideas extremas del candidato libertario. “Muchos de los votantes no tienen opinión sobre cerrar el Banco Central o el equilibrio fiscal, pero tienen la vivencia en carne propia que la economía argentina es un problema para sus vidas hace mucho tiempo. ¿Si tienen miedo? Muchos la están pasando muy mal, trabajando más para ganar menos, con el dinero que no les alcanza”, dijo Gené.
En ese plano, Milei aparece como alguien “con la autoridad para resolver eso, sobre todo cuando las otras dos coaliciones ya tuvieron su oportunidad, que recibe un apoyo que no se da en términos ideológicos sino que tiene que ver con el hartazgo. Ese enojo, incluso, es el que Milei transmite cuando habla, se muestra tan harto como sus electores, eso es muy disruptivo”.
Gené deja en claro el límite que tienen algunos discursos económicos muy instalados: “La retórica del peronismo, la idea de que ‘el estado presente que te salva’, para quienes experimentan día a día una relación con un estado fallido, con bienes públicos de baja calidad y una presencia fáctica muy deficiente, hay algo de eso que a muchos electores históricos del peronismo los dejó muy insatisfechos. Si se mira el mapa, Milei se hizo fuerte tanto en provincias donde esperaba ganar JxC como en otras donde esperaba ganar el peronismo”.
Rompan todo
La campaña de Milei también dio por tierra con el mito de los “feudos” provinciales o municipales, aquellos distritos en los que el peronismo siempre fue imbatible. La razón de esa hegemonía no es política sino económica: son los territorios donde abunda el empleo público como medio de vida esencial, múltiples formas de asistencia social y, en tiempos de elecciones, el clientelismo. En muchos de esos lugares, ganó Milei o al menos consiguió un caudal muy importante de votos.
“Si hacemos un racconto de las cinco principales provincias donde ganó, tenemos a Salta, San Luis, Mendoza, Misiones y Jujuy, las cuales dos son peronistas, dos son de JxC y una es de un partido provincial. Es decir, no hay ninguna lógica clara que explique esta transversalidad en su electorado. No es sencillo evidenciar el voto a Milei, pero emerge el enojo con el presente y el pasado reciente”, explicó el politólogo Mario Riorda.
“Milei recibe un apoyo que no se da en términos ideológicos sino que tiene que ver con el hartazgo. Ese enojo, incluso, es el que Milei transmite cuando habla, se muestra tan harto como sus electores, eso es muy disruptivo” (Gené)
Riorda menciona un estudio de la consultora Zuban Córdoba en la que los votantes de Milei se manifiestan en contra de muchas de sus propias propuestas, tales como arancelar la educación pública (69,6% de respuestas negativas), arancelar la salud pública (62% de rechazos) o eliminar el ministerio de las Mujeres, Género y Equidad (50%).
¿Es irracional que alguien vote a un candidato que hará cosas con las que no se coincide? A la hora de votar, juegan otras cosas. “En la puja entre el hartazgo y un análisis racional, prefieren posarse sobre el aspecto de quién es capaz de romper este estado de cosas. En un focus group le preguntamos a su electorado acerca de la extravagancia de Milei y su violenta oratoria. Unánimemente dijeron que lo único que querían es que Milei rompa todo”, concluyó Riorda.
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