El proceso de transición entre las últimas tres semanas del gobierno de Alberto Fernández y el inicio del mandato presidencial de Javier Milei estará marcado por una serie de urgencias económicas que necesitarán definiciones del jefe de Estado entrante, como una nueva etapa en el proceso de negociación con el Fondo Monetario Internacional, un mercado cambiario bajo presión, con reservas del Banco Central en situación de extrema debilidad, una agenda que incluye a la deuda en pesos y acuerdos de precios clave de la economía que llegarán a su fin.
Sergio Massa anticipó desde su bunker que este lunes comenzará esa transición entre el presidente electo y el saliente.
Todas las miradas estarán puestas, en una primera instancia, en la respuesta que tendrá la elección de Milei como presidente en el mercado cambiario. Por lo pronto, habrá una “tregua” este lunes, ya que por el feriado nacional no habrá actividad para el dólar oficial ni los paralelos más negociados como el contado con liquidación y el MEP.
El dólar cripto, menos representativo pero que opera las 24 horas, superó los 1.000 pesos tras la confirmación del resultado del balotaje. Sí podría haber una reacción, por otra parte, de un indicador como el riesgo país, que elabora JP Morgan y que tendrá actividad normal porque se funciona al ritmo de Wall Street y que sigue la cotización de los bonos argentinos en el exterior.
En busca de certezas
La transición entre el gobierno saliente y el entrante podría buscar certezas en algunos puntos clave que la administración del libertario deberá calibrar apenas llegue a la Casa Rosada.
Una que asoma como central, en un contexto de reservas escasas en el Banco Central, será la de alinear cuál será la nueva estrategia en la relación con el FMI. Eso tiene que ver con que en las primeras semanas de mandato tendrá que afrontar vencimientos de deuda cercanos a los USD 2.850 millones. La Argentina podría recibir un desembolso nuevo del FMI, pero para eso debería primero llegar a un acuerdo por la séptima revisión técnica de metas, la mayoría ya incumplidas por el gobierno que termina.
Las grandes discusiones con el FMI, que con Massa rondarían la idea de un acuerdo nuevo, distinto al vigente, con Milei podrían virar hacia otras aristas: entre ellas, la dolarización de la economía, el cierre del Banco Central, y la puesta en marcha de un programa de ajuste fiscal que, según anticipó el libertario, sería mucho más amplio y profundo de lo que exige el Extended Fund Facility (EFF) actual.
Otra herencia que pesará durante el período de transición será el de la deuda en moneda local. Tal como reflejó Infobae, el 98% de los pasivos en pesos están indexados -ya sea a inflación, al tipo de cambio oficial o a ambos- por lo que podrían sufrir fuertes presiones ante un escenario de indefiniciones. En ocasiones anteriores durante los meses de campaña, los títulos del Tesoro en pesos experimentaron caídas marcadas ante versiones respecto a la posibilidad del pago de la deuda en pesos. Este martes, en principio, habrá una primera instancia crucial: el Ministerio de Economía había anunciado una licitación de bonos en moneda local y asoma como una gran incógnita qué respuesta dará el mercado.
Dólar, cepo y Leliqs
Una victoria del libertario, según los análisis previos, traería aparejado una demanda muy alta de cobertura cambiaria ante la llegada de un presidente que tiene entre sus planes eliminar la moneda local y reemplazarla por el dólar. Bajo esa lógica, cuanto antes se desprendan inversores y ahorristas minoristas de sus pesos, más rápidamente procedería la dolarización. Por esa razón algunos operadores esperan alguna señal, si comenzará una transición hacia un gobierno libertario, que establezca algún tipo de techo a los tipos de cambio paralelos, de modo de evitar una estampida.
Milei planteó en la última semana, en su contacto con el círculo rojo, que la secuencia con la que buscaría resolver los problemas macroeconómicos sigue un camino que va, primero, desde el desarme de las Leliq, que considera el factor de desequilibrio monetario principal, para luego liberar el cepo cambiario sin que haya, mencionó, riesgo de espiralización de la inflación aún más grave. Todo esto antes de poner en marcha el proceso de dolarización que, según precisó en los últimos días, podría tomar cerca de un año.
Sobre la problemática de las Leliq, que Milei resaltó a menudo como la principal, versó en los últimos días un informe de la consultora PxQ. “A la pregunta ‘qué hay que hacer con las Leliq’ le sigue una respuesta simple: nada. No hay que hacer nada con las Leliq precisamente porque no son una ‘bomba’ ni una ‘burbuja’. En lo que sí se debe trabajar es en un programa de estabilización que empiece planteando una salida razonable y sostenible del esquema de control de cambios con un férreo control de la inflación”, mencionó.
Tres preguntas
Abeceb planteó un escenario post balotaje con tres preguntas que sobrevuelan: qué hará el ganador con el problema del faltante de dólares, con la salida del cepo y qué tan viable es el ajuste según cada propuesta. La consultora consideró que Milei “podría gozar del beneficio de la duda”, aunque medidas más duras como las que destacó en campaña podrían venir acompañadas de “más ajuste, más recesión y más conflictos”.
Respecto al desarme del cepo, Abeceb cree que el libertario “tendría mayor ansiedad por terminar con el cepo y podría favorecer una estrategia de shock con recortes fuertes de gasto público. Pero para avanzar más rápido tendría que reconstituir reservas velozmente, lo que obligaría a una corrección mayor del tipo de cambio”, lo que implicaría mayor inflación y caída del salario.
Un análisis de Consultatio afirmó que, respecto a las ideas de Milei en el mercado cambiario, “aventurar el futuro es más incierto dada la insistencia que ha mostrado alrededor de la dolarización, que es muy difícil de instrumentar en el corto plazo. De cualquier manera, una liberación del cepo que converja hacia la unificación cambiaria más o menos rápidamente es una posibilidad con probabilidad muy alta”.
“Hacia adelante, el acotado poder de fuego del BCRA, los desequilibrios fiscales heredados, las restringidas fuentes de financiamiento y el desplome de la demanda de dinero pese a la vigencia del cepo exigirán la implementación de un programa de estabilización que busque -entre otros objetivos- volver a acumular Reservas Internacionales y equilibrar las cuentas fiscales en el corto plazo y propender a recuperar el acceso al mercado internacional de crédito”, mencionó por su parte un informe de Ecolatina.
Hacer Comentario