Actualmente en la ciudad de Buenos Aires hay 135.000 inmuebles en venta y dentro de este sobrestock hay decenas de viviendas que se comercializan o se alquilan en dólares y con contratos temporarios en edificios icónicos.
Hay un público que las aprecia y las prefiere incluso por sobre las propiedades ultra modernas. Además, como todo el sector, bajaron sus valores de venta en un 40% en casi 5 años y también están en zona de oportunidad para quien posee gran poder adquisitivo.
Entre las opciones está el edificio Kavanagh, ubicado en Florida 1065, un símbolo de la arquitectura de la ciudad de Buenos Aires. Está en Retiro, fue inaugurado en 1936 y en su época con 120 metros fue el rascacielos de concreto más alto de Sudamérica. La construcción fue impulsada por Corina Kavanagh y se hizo en el tiempo récord de 14 meses. Cuenta con 103 departamentos que se reparten en 31 pisos y tienen distintos metrajes y distribución de ambientes.
Su arquitectura vincula lo racionalista con el Art Decó y fue distinguido patrimonio de la Unesco en 1999. También en ese año fue declarado Monumento Histórico Nacional.
Se diseñó con forma de barco. Cuenta con 28.000 metros cuadrados de superficie edificada en sus 31 pisos a los que se accede por 5 escaleras y 12 ascensores. Hay 10 locales en planta baja. No tiene cocheras ni portero eléctrico, y a pesar de la cantidad de departamentos, todas las personas invitadas deben anunciarse en recepción, algo que nunca cambió.
Además del Kavanagh, hay otros como el Palacio Estrugamou (Esmeralda al 1300), y también con acceso por la calle Juncal; el Palacio de los Gansos (Las Heras y Ugarteche), Palacio de los Patos (Ugarteche al 3000); Palacio Raggio (Moreno al 500); y el Palacio Atucha (Arroyo y Cerrito), entre otros.
“Vivir en un edificio emblemático puede tener un profundo simbolismo para quienes los habitan. Estas estructuras icónicas representan una conexión con el pasado, la arquitectura y la historia de la ciudad. Los residentes pueden sentirse parte de una tradición única, además de apreciar la belleza y la singularidad del diseño. Residir en un edificio así también puede generar un sentido de prestigio y exclusividad, estas propiedades suelen ser consideradas tesoros culturales y de patrimonio”, dijo a Infobae Sofia Moñino, de Martín Pinus Real Estate.
Sin embargo, también conlleva responsabilidades, como mantener la conservación y el respeto por la historia del lugar. La mayoría de estas joyas fueron diseñadas por arquitectos prestigiosos que se destacaron en los primeros 50 años del siglo XX.
Artistas, diplomáticos, empresarios, coleccionistas y amantes de la historia, aficionados a la arquitectura, herederos de los primeros dueños, entre otros, son quienes habitan los inmuebles icónicos porteños
Jorge Yavícoli, de Lepore Propiedades, dijo a Infobae, que “las propiedades en edificios históricos son buscadas por gente con sensibilidad artística, con valoración de la historia de cada uno, y que gusta vivir en un inmueble que se destaque por su estilo y excelencia. Mientras más nobles son los materiales de construcción, se hace más difícil la reposición y básicamente la mano de obra que implica la restauración de aquellos, puesto que debe conseguirse personal especializado en ese tipo de trabajos. De todas maneras quien adquiere estos inmuebles lo sabe y es lo que busca”.
Hay un público que buscando un estilo determinado, como por ejemplo el francés o el racionalista. También son muy buscados por extranjeros, sobre todo europeos.
“Demás está decir que las expensas son más altas porque se trata de edificios que suelen tener personal permanente día y noche y servicio de vigilancia”, agregó Yavícoli. Así, el costo de mantenimiento mensual en estos edificios icónicos superan los $80.000 mensuales y llegan a escalar hasta los $200.000, según el metraje de la propiedada o de las áreas comunes.
“Hay edificios en CABA como en el resto de las grandes ciudades del mundo, que son icónicos, tienen identidad propia, y sus habitantes lo saben, uno puede decirle a un taxista : voy al Kavanagh, sin necesidad de darle la dirección exacta”, destacó Daniel Obetko, de Interwin Marketing Inmobiliario. El Kavanagh tiene otro récord, fue el primero en tener aire acondicionado en la ciudad. Y el de Los Patos y el Estrugamou remiten directamente a París.
Obtetko aclaró que “el Palacio de los Gansos ya tiene cosas del modernismo y son inmuebles que se construyeron en terrenos de más de media manzana y ubicaciones top”.
El Estrugamou, cuya construcción arrancó en 1924 se culminó en 1929 y está en Retiro.
Su edificación la encargó el empresario Alejandro Fernando Estrugamou Larrat, hijo de vascos-franceses y terrateniente en Venado Tuerto y Junín, quien pensó en levantar un edificio de renta (como le decían a los inmuebles residenciales que se destinaban para el alquiler por entonces). En uno de sus departamentos vivió por un tiempo el cantante Carlos Gardel.
Sus departamentos tienen techos altos y son confortables. Varios de los dueños actuales los reciclaron sin perder su esencia original. Actualmente el m2 de costo de reciclado en general oscila entre USD 300 y USD 700 porque muchos materiales son importados, como mesadas, mármoles y pisos de madera. Si hay que reformar un baño completo puede demandar más de USD 700 por m2.
Son propiedades de materiales nobles y caros, y quien compra debe hacer mantener pisos, mesadas o escaleras. Moñino, dijo que “en muchas ocasiones estos departamentos se reciclan respetando materiales originales como puertas, herrajes y ventanales. Así, aumentan el atractivo y el valor de la propiedad”.
Precios de venta
Actualmente el valor del metro cuadrado promedia en USD 3.500 en el Estrugamou; USD 2.800, en el Kavanagh, y USD 5.800 en Los Patos.
En precios de publicaciones arrancan desde USD 400.000 y en algunos casos llegan a los 2 millones de dólares. Pocos superan los USD 2,5 millones.
Suelen tener más de 120 m2 cubiertos, algunos con amplios balcones, otros con terraza propia, y terminados con piso de roble de Eslavonia, marquetería, boiseries, vitraux, mesadas y pisos de mármol en cocinas y baños, herrajes traídos de Francia o Bélgica, carpinterías importadas y dameros, entre otros materiales.
“Salvo que se trate de una unidad muy particular, como puede ser aquella que cuente con terraza propia o una vista única, en cuyo caso los valores pueden trepar más aún del promedio, las cotizaciones de cierre varían entre USD 3.000 y USD 4.500 por m2. Por mantener su estilo europeo, CABA también atrae a los extranjeros que quieren invertir en esta región favorecidos por el cambio”, destacó Yavícoli.
Los alquileres temporarios en estas joyas de la arquitectura varían entre USD 1.000 y USD 3.500 por mes.
“Los precios de los departamentos en esos edificios pueden variar en cuanto a su estado, luminosidad o eficiencia del plano, pero con seguridad van a valer notablemente más que otros departamentos semejantes en la misma zona. Estar en edificios tan notables les otorga un factor exclusivo, por ser únicos e irrepetibles”, concluyó Obetko.
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