Karina Milei se alejó, ayer, del lugar que le habían asignado en el acto de conmemoración del ataque a la AMIA. Se sentía descompuesta, dijeron testigos, por la conmoción que le estaba causando el homenaje a las víctimas en el ataque de 1994, así que se subió al auto que la había llevado para despejarse y tomar agua. El malestar, sin embargo, no alcanzó para que pospusiera su decisión de ir luego a la Embajada de Francia a disculparse por los dichos de Victoria Villarruel sobre el colonialismo de ese país.
La movida, aunque disimulada como un intento de cuidar la relación bilateral, en realidad tuvo como principal objetivo marcarle la cancha a la vicepresidenta, admitieron en Gobierno hoy. “La ubicó. Karina es así, cuando no te banca te va a delimitar cada vez que pueda”, explicó un funcionario sobre la forma de ejercer el poder de la secretaria genera, que no soporta cuando un dirigente propio levanta el perfil sin su autorización per tampoco cuando lo pide. “Con ella no se puede forzar nada. Todos los que empujaron algo terminaron estrellados. (Ramiro) Marra, (Nicolás) Posse, Villarruel son ejemplos paradigmáticos, pero aplica para cualquiera”, contaron.
De más está aclarar que Karina Milei no le contó a la vicepresidenta que iría a disculparse por sus dichos, a pesar de que la tenía a metros en la sede de la mutual judía donde se realizó la ceremonia, en la calle Pasteur.
Tampoco le importó pedirle colaboración a la canciller, Diana Mondino, que en cualquier otra administración hubiera participado de la acción diplomática, ante las cámaras, o tras bambalinas. En Gobierno dijeron que no la excluyó para dañarla -“Fue sólo contra Victoria”, aclaró un alfil, en otro palo para la vice-, pero admitieron que la ex empresaria y economista apenas está considerada en su rol -su ministerio está intervenido por la asesora karinista Úrsula Basset- y sólo sigue porque aún no le encontraron reemplazo. “Karina fue en calidad de Presidenta, no tenía por qué hablarlo con sus subordinados”, sostuvo un portavoz oficial. Algo similar había pasado con la organización de la visita de Luis Lacalle Pou a la Casa Rosada para reunirse con Milei, un proceso que Mondino vio de lejos. En el Palacio San Martín dijeron que la relación de Diana con Francia “está intacta” y avisaron sobre futuras inversiones.
Además de marcarles la cancha a sus funcionarias, la hermana del Presidente se alista para absorber más áreas. Ayer se oficializó el traspaso de Marca País a la Secretaría General. En Gobierno deslizaron que probablemente ubique a alguien propio en el Consejo de Mayo, donde Francos oficiará de presidente pero los libertarios se aseguraron otro lugar. Y se prepara para sumar la Secretaría de Cultura que depende del Ministerio de Capital Humano. Una decisión que quizá se concrete en el demoradísimo paquete de reorganización del decreto 50 que preparan desde la salida de Posse -hace dos meses- el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el asesor presidencial Santiago Caputo y la secretaria de planeamiento normativo, María Ibarzábal.
En esa dependencia, muy por lo bajo, algunos se muestran entusiasmados por las perspectivas que les ofrecería pasar a integrar la órbita de la funcionaria más poderosa. Otros ansían escapar de la política de extremo bajo perfil que los obliga a tener Pettovello, muy recelosa del contacto con los medios. De todas formas, cerca del titular del área, Leonardo Cifelli, ex productor teatral, ex funcionario porteño de Larreta y miembro del círculo íntimo de Karina Milei, dijeron que no tienen información al respecto.
Cultura es un área menor en términos de poder en comparación con otras carteras con mayor presupuesto e influencia. Pero a Karina Milei, escenógrafa profesional, encargada de los actos oficiales, le interesa especialmente por su potencial para hacer política desde el territorio, a través de las Casas de la Cultura, de los centros culturales y teatros. De hecho, Cultura es una de las estructuras que se anunciaron más temprano en el caos del desembarco de los libertarios en el gobierno nacional, el año pasado, y su titular es uno de los funcionarios de su mayor confianza junto a la legisladora Pilar Ramírez, y la diputada nacional por Santa Fe, Romina Diez.
Karina ya maneja las terminales de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES) a través de su principal espada política, el asesor Eduardo “Lule” Menem. Sin embargo, en los papeles la caja jubilatoria está presidida por Mariano de los Heros, cuadro técnico importado por Nicolás Posse, que supo integrar el PRO pero no es considerado “militante” y es bien digerido por “el Jefe”. Y hay quienes avisan que es cuestión de tiempo hasta que la Secretaria sume a su parte del organigrama la caja jubilatoria y formalice el control sobre el área.
Si así fuera, constituiría otra pérdida para Sandra Petovello, con quien Karina tiene una relación ambigua. Esta semana, por ejemplo, se sumó a una actividad en un comedor con la jefa de Capital Humano, y se dejó fotografiar tomándola de la mano. En privado, en cambio, dicen que desaprueba su reticencia a usar las herramientas del Estado para hacer política. Por lo pronto, en su cartera negaron rotundamente el traspaso de Cultura. “Es mentira”, dijeron.
Del encuentro en la embajada, anoche tarde, Karina Milei tuvo tiempo para una visita más. Esta vez, a la Legislatura, para tomarse una foto con la parte del bloque que le quedó tras el conflicto más reciente con Marra. “Si no te quiere, agarrate. Pero si está con vos, te va a apuntalar como nadie”, dijo uno de sus fieles.
Hacer Comentario