Jorge Ávila puede presentarse sin dudas como uno de los máximos defensores de la dolarización en la Argentina. Este economista, con un doctorado en la Universidad de Chicago, profesor de la Ucema y autor de numerosos papers y libros y consultor, dijo en una conversación con Infobae que si Javier Milei quiere dolarizar, antes debe implementar una serie de reformas de fondo.
En 2001, cuando la convertibilidad se desintegraba, promovió este sistema. Ahora tiene sus dudas, no por una cuestión conceptual, sino por los requisitos previos que exige.
En este sentido, expresó Ávila que la banca debe funcionar en forma off shore y no con Ley Argentina, como propone el economista Emilio Ocampo, asesor de Milei para la dolarización. A continuación, sus principales conceptos:
Cómo dolarizar
“Si uno quiere dolarizar tiene que hacer acuerdos con potencias, no con países vecinos, para tener financiamiento. Hay que acordar con países a los que tengamos miedo, para tener dinero para manejar el atraso cambiario. De entrada, tiene que haber equilibrio fiscal y flexibilidad laboral”.
“De entrada, tiene que haber equilibrio fiscal y flexibilidad laboral”
“Estudié la dolarización desde 2005, cómo dotarla de un prestamista de última instancia, y de un mecanismo de comercio exterior que acotara la volatilidad del tipo real de cambio, que con tipo de cambio fijo es la fluctuación de los salarios, ya que subirían mucho en una parte expansiva del ciclo, pero en la adversidad bajarían, como en el patrón otro”.
La propuesta del líder libertario
“Respeto mucho a Javier Milei por su patriada, aunque no lo conozco, valoro sus convicciones de abolir la inflación, eliminando el sobregasto público y abrir la economía urbi et orbi, con libre comercio. Esas son mis banderas, así que no puedo menos que valorarlo”.
“Pero si Milei fuera a hacer la dolarización con el sistema bancario que le propone Emilio Ocampo sería enemigo de él si permanece bajo ley nacional, porque no habría prestamista de última instancia”.
“Ellos dicen que van a crear una arquitectura en un país serio, pero esos fondos van a ser del gobierno argentino y por lo tanto no van a estar exentos de algún manotazo. El gobierno argentino puede presionar a los bancos para que le compren bonos también”.
“Ellos dicen que van a crear una arquitectura en un país serio, pero esos fondos van a ser del gobierno argentino y por lo tanto no van a estar exentos de algún manotazo”
“En cambio, yo propongo una banca off shore, es decir, que uno deposite en una sucursal de un banco internacional, es decir que queda bajo protección de ley norteamericana o europea. Y si hay una corrida acá, que tengan que responder esas casas matrices”.
“Me inspiré en el modelo de Panamá, porque ellos tienen un modelo parecido, pero bajo ley panameña, aunque la mitad de los bancos son sucursales de Estados Unidos, Europa o Asia. Pero el balance está consolidado en la casa matriz, no en la sucursal”.
“No se puede dolarizar ahora. Si dolarizara hoy, debería aplicar una regla de caja cero, no puede gastar más de lo que entra. Como Erman González en 1990, pagando con lo que tiene. O sea, un bono”, amplió el economista.
Y agregó: “Hay $12 billones argentinos que son las Leliq, que son activos de los bancos y hay que canjear por un Bonex (NdelE: bono en dólares a 10 años, con plazo de gracia para recuperar el capital) que los bancos entregarían a los ahorristas; es una afrenta, pero una vez más, hay que reconocer la realidad, pero sería menos costoso que en 1990 porque hay menos depósitos en los bancos”.
“No se puede dolarizar ahora. Si dolarizara hoy, debería aplicar una regla de caja cero, no puede gastar más de lo que entra”
“Así se reduce el déficit cuasi fiscal y lo paga al 2% en dólares cada seis meses. Luego, para la base monetaria, hay que conseguir USD 2.000 millones de un crédito de Estados Unidos explicándole que es un presidente que quiere transformar el país y un tratado de libre comercio. Con eso, se dolariza a $1.000. Si quiere una salida realista, es esa paridad”, destacó.
Otras definiciones y el tipo de cambio flexible
“Hay varias razones para dolarizar y abandonar el cambio flexible. La primera es que el grado de dolarización de la Argentina está entre las más altas del mundo, con Bolivia, Nicaragua y Rusia. Y solo se logra menor fragilidad con un tipo de cambio fijo”.
“Aunque tuviera un banco central independiente, se mantendría la inestabilidad. Además, en términos políticos, estoy convencido que si el ente emisor depende del gobierno, habrá inestabilidad”.
“Domingo Cavallo dijo en 2001 que no podía aceptar que el país no tuviera moneda. Pero si el país tiene moneda la va a usar para profundizar su atraso, porque tenemos la productividad de 1974″.
“El FMI se opone porque se le acaba el problema de Argentina y su consultoría por las eternas restricciones. Se quedan sin negocio igual que los gremios”.
El caso de Ecuador
“La dolarización de Ecuador no es la ideal, pero están mejor, sin un desastre y funciona. Más aun, el presidente Rafael Correa les quitó 7000 millones de dólares a los bancos en encajes y el público ecuatoriano no se dio cuenta porque no tiene nuestra historia trágica cambiaria. Y ahora hacen algo diferente: parte de los encajes están en el extranjero”, precisó el académico.
“El régimen monetario le dará al país estabilidad de precios, no más inflación ni cepo, ni congelamientos, ni paritarias, ni apagones. Y las tasas de interés serán bajas”.
“Si Milei no hace esas reformas complementarias, entonces que venga Massa, porque habrá una explosión con dolarización, así que así no lo quiero a Milei”.
Las chances de una hiperinflación
Sobre este punto que sobrevuela en la economía con la aceleración del ritmo de aumento de los precios Jorge Ávila precisó: “Es difícil preverla, pero hay requisitos. Si el país tiene una larga historia de alta inflación, ese es un requisito. El segundo es si la tasa de crecimiento monetario es elevada por el financiamiento del déficit. El tercero es que la demanda de dinero no es solo sea baja sino fluctuante. Cuarto, que no haya reservas”.
“Y si además el país cayera en una situación de gran fragilidad política y perdiera el vínculo con el FMI, cartón lleno. Pasó con Raúl Alfonsín después de perder las elecciones en 1989″.
“La híper se da cuando sobrepasa el piso del 50% de inflación mensual. Acá hubo una sola, de mayo de 1989 a marzo de 1990. Si se produjera, tendríamos una inflación del 12.900 por ciento”.
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