A nivel global, la preocupación por los altos niveles de inflación no cesa. Recientemente, Gita Gopinath, Primer director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), en una presentación para el Banco Central Europeo, sostuvo que, si bien la inflación a nivel general ha disminuido, los componentes más rígidos siguen persistentemente altos. Es por ello que los bancos centrales se encuentran en la disyuntiva sobre cuándo y cómo modificar su estrategia monetaria; es decir, ajustar sus tasas de interés a la baja.
Gopinath expuso tres verdades incómodas sobre la política monetaria: i) La inflación está tardando demasiado en volver a la meta, lo que se evidencia en que los niveles de inflación están muy por encima de las estimaciones de los bancos centrales; ii) Las presiones financieras generarían tensiones entre las metas de inflación y las de estabilidad financiera, puesto que, si bien los bancos centrales pueden prestar un amplio apoyo de liquidez a los bancos, estos no estarían preparados para hacer frente a problemas de insolvencia de los prestatarios; y, iii) Es probable que los bancos centrales experimenten más riesgos de inflación al alza que antes de la pandemia, debido a cambios estructurales que incidan sobre la oferta de bienes y prestación de servicios: factores climáticos, la guerra entre Rusia y Ucrania e incluso decisiones de países de aplicar políticas restrictivas.
De momento, en el Perú, vemos como luego de 28 meses de aumentos ininterrumpidos, la inflación registró un resultado negativo. De acuerdo con el último Informe Técnico de Variación de Precios del INEI, en junio, el índice de precios al consumidor a nivel nacional registró una disminución del 0.16%, debido, principalmente, a las caídas en las divisiones de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (-1.11%), Transporte (-0.36%) y Alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles (-0.2%).
No obstante dichos resultados, en el periodo enero-junio de 2023 la inflación acumulada fue de 2.81%; mientras que la de los últimos doce meses (julio 2022-junio 2023) fue de 6.71%, aún elevadas, y terminarían el año fuera de la meta. Cabe mencionar que la inflación de la división de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas en lo que va del año fue de 5.42%, y en los últimos doce meses fue de 12.89%.
En un contexto mundial en el que se confirmó la presencia del Fenómeno El Niño Global en lo que resta de 2023 y los primeros meses de 2024, además de la presencia del Fenómeno del Niño Costero en nuestro país, las presiones para los precios de los alimentos son casi un hecho. Es por ello que, para mitigar los efectos de estos eventos climatológicos en nuestro país, el Ejecutivo viene tomando el toro por las astas. No solo se destinarían recursos hasta por S/ 3,000 millones, sino que también se realizarían trabajos concretos. Por ejemplo, en Piura, uno de los departamentos que sería de los más afectados por el Niño, el Gobierno central realizaría trabajos de limpieza de puntos de drenes, ríos y quebradas.
En ese sentido, urge que los Gobiernos regionales a nivel nacional y las municipalidades de las provincias, sobre todo las de Lima, Trujillo, Chiclayo y Piura, también echen a andar sus equipos. Al 4 de julio último, según cifras del Ministerio de Economía y Finanzas, en conjunto han ejecutado menos del 20% de su presupuesto de obras para la reducción de vulnerabilidad y atención de emergencias por desastres.
Evidencia sobre los efectos de los fenómenos climatológicos en la producción de bienes de primera necesidad, alimentos principalmente, así como en infraestructura y conectividad, tenemos de sobra. Estos alteran la dinámica de las economías, pues limitan sus actividades productivas, con el consecuente impacto en precios. El Gobierno central le viene poniendo punche, y las autoridades en el interior del país deben seguir ese ejemplo.
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