La fortísima aceleración inflacionaria en diciembre, tras la liberación de precios como las naftas, prepagas y consumo masivo en supermercados y el salto cambiario de casi 120% provocó un impacto en el poder de compra de los salarios, que podría ser incluso superior al 10% en un solo mes. Como comparación: tras el inicio de la crisis cambiaria de 2018 los ingresos tardaron casi un año para caer en una proporción similar.
Las consultoras privadas estiman que en el último mes del 2023 el ritmo de suba de precios estuvo en un rango de entre 23 y 29 por ciento, lo que implicaría un aceleración respecto al 12,8% de noviembre. El dato oficial será difundido por el Indec este jueves. Para enero las proyecciones muestran que habrá un arrastre estadístico que no permitirá una desaceleración marcada del IPC.
Por lo pronto, las negociaciones paritarias sindicales se preparan para arrancar en estas primeras semanas del año ya que los gremios buscarán recomponer los ingresos de sus trabajadores luego de la estampida de precios de fin de año, en medio de un clima tenso por el llamado a un paro general de la CGT el 24 de enero. El Gobierno ya anticipó que además convocará al consejo del salario mínimo a fin de mes.
Las negociaciones paritarias sindicales se preparan para arrancar en estas primeras semanas del año ya que los gremios buscarán recomponer los ingresos de sus trabajadores luego de la estampida de precios de fin de año
Pero el efecto de la inflación de diciembre en las remuneraciones ya tuvo lugar y algunos estudios privados empezaron a medirlo. El último dato oficial de salarios formales estables (RIPTE) que mide la Secretaría de Trabajo, llega hasta noviembre (que dio 6,3%, la mitad del 12,8% que marcó el IPC del Indec). Para la consultora Equilibra “los salarios aún no reaccionaron al fogonazo inflacionario de diciembre”.
“Más allá de la reforma laboral incluida en el mega DNU que no está vigente por un amparo en la justicia, el Ejecutivo avisó que no intervendrá en las paritarias (’negociaciones entre partes’), por lo que desde enero los salarios van a intentar recomponer o empardar la inflación para no repetir el desplome del salario real de diciembre. Estimamos que el Ripte habría caído 11% en términos reales en dicho mes, récord para la serie que arranca en 1995″, estimaron.
Eso tendría lugar porque los salarios crecerían, en términos nominales, 11% frente a una inflación que calcularon en 26 por ciento. Esa diferencia de 15 puntos porcentuales implicaría una pérdida de poder de compra de 11 por ciento. Equilibra planteó además que en enero la suba de precios, de por sí, será otra vez muy elevada, en torno del 25 por ciento. La consultora tomó en consideración al Ripte, que es el índice que incluye a los salarios formales estables. Si se tomara en cuenta el resto del mercado laboral, el impacto en el salario real habría sido incluso mayor.
Para Luis Campos, director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, todavía es temprano para estimar cuánto aumentaron los salarios en diciembre por la alta nominalidad de la economía, pero puso en perspectiva, en diálogo con Infobae, la rapidez del impacto en los ingresos de los hogares que tuvo este último fogonazo inflacionario.
Según sus estimaciones, cuando se inició la crisis cambiaria de 2018, durante el gobierno de Mauricio Macri, las remuneraciones tuvieron una caída de esa magnitud (11,4%) entre mayo de 2018 y abril de 2019. Dicho de otra forma, solo en diciembre pasado el poder de compra de los ingresos cayó lo mismo que en prácticamente un año entero.
Un ejercicio similar pero para las jubilaciones fue ensayado por la consultora PxQ. En un informe reciente que tituló “Jubilados Violentos”, en referencia a una canción de la banda Illya Kuryaki and the Valderramas, y con un escenario de base de un IPC de 27,3% en diciembre, “la jubilación mínima de enero pierde 21,8% de poder adquisitivo contra noviembre (último pico) y 17% si se las compara con su nivel de enero de 2023 (todo esto asumiendo una inflación de 30% para enero de 24)”, mencionó.
“La dinámica del haber mínimo jubilatorio viene siendo tendencialmente negativa desde septiembre de 2015, con un breve período de recuperación durante de 2022, para luego sufrir los embates de la aceleración inflacionaria que tuvo lugar en los últimos 2 años. La fórmula de ajuste primero, y la discrecionalidad del gobierno del FdT después, implicaron no solo una reducción del poder adquisitivo de los jubilados que cobran el mínimo, sino también una fuerte volatilidad en el último tramo producto de la utilización del esquema de bonos discrecionales”, analizó PxQ.
Según Equilibra, los salarios crecieron en diciembre en términos nominales, 11% frente a una inflación que calcularon en 26 por ciento. Esa diferencia de 15 puntos porcentuales implicaría una pérdida de poder de compra de 11 por ciento
Por su parte, Fundación Mediterránea, el centro de estudios que hasta las elecciones presidió Carlos Melconian, estimó que “la devaluación de diciembre de 2023 bajó el salario privado formal hasta los 990 dólares, si se mide con el tipo de cambio oficial, o 660 dólares con el blue. Quiere decir que, actualmente, el salario formal privado en dólares resulta 41% menor al de noviembre de 2023, y un 74% inferior a noviembre de 2015″.
“Dicha devaluación de diciembre acercó nuevamente los salarios industriales formales en dólares en Argentina y Brasil: USD 990 en Argentina versus USD 808 en Brasil, con una diferencia del 22 por ciento. Un mes antes, los salarios argentinos superaban en 111% a los de Brasil”, estimó. “Esta situación obedece a fenómenos como la alta inflación, las distorsiones en los mercados de divisas y las políticas económicas que adoptó Argentina”, planteó Ieral.
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