Se concretó un esperado encuentro entre el Ministro de Economía, Luis Caputo, con los representantes de las empresas automotrices argentinas agrupadas en la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA). La reunión se realizó ayer en el Palacio de Hacienda, y sirvió para que ambas partes analicen la situación del sector productivo de automóviles. Según informó el Ministerio de Economía, en el encuentro también “se dialogó sobre la importancia de mejorar la productividad tanto para el mercado interno como el externo”.
En la reunión participaron además del titular de hacienda, el secretario de Industria y Desarrollo Productivo, Juan Pazo y el Asesor del Ministerio de Economía, Martín Vauthier. Por el lado del sector industrial, estuvieron presentes directivos y representantes de FCA (Fiat Chrysler), Ford, General Motors, IVECO, Mercedes-Benz, Mercedes-Benz Camiones y Buses, Nissan, PSA (Peugeot Citroën), Renault, Scania, Toyota, Volkswagen y ADEFA como entidad que nuclea a todos los fabricantes.
La reunión fue muy extensa y positiva, aunque naturalmente con un nivel de confidencialidad que impide a los participantes hacer declaraciones formales públicas. “Tanto ellos como nosotros sabemos del escenario desafiante que hay por delante. Pero era importante tener esta reunión porque se trataba de hablar con la máxima autoridad a nivel económico. El gobierno ya tenía agendadas nuestras inquietudes y necesidades por las reuniones previas en las que siempre hubo una gran receptividad, pero nos fue bien”, se animó a comentar un alto ejecutivo ante la requisitoria de Infobae.
Las autoridades de economía hicieron hincapié en las medidas del gobierno para normalizar la economía y mejorar la competitividad y la capacidad productiva de las empresas en general, mientras que los empresarios destacaron la importancia del sector en el empleo y las exportaciones. En general se intercambiaron ideas con el objetivo de impulsar la actividad automotriz.
La reunión había sido acordada a fines de marzo y era de vital importancia para el sector, ya que más allá de los encuentros que tuvieron los fabricantes con el Secretario de Comercio, Pablo Lavigne a pocos días de la asunción del actual gobierno, y en los que se destacó la excelente predisposición para tomar los temas de la industria, siempre se supo que aunque hay temas de suma importancia, la agenda del gobierno tiene urgencias que atender para resolver la macro economía del país en estos primeros meses.
Las inquietudes del sector ya son bien conocidas, porque las han expresado distintos actores en los últimos meses.
La alta carga impositiva que tiene fabricar y comercializar autos es uno de los principales temas que preocupa a las terminales, y también a los importadores independientes. Hoy, fabricar un auto implica importar al menos el 50% de las piezas, cuando no el 70% como en muchos casos, por lo que el Impuesto PAIS que pasó del 7,5% al 17,5% a mediados de diciembre, implica un incremento en el costo de la producción nacional de automóviles.
Pero más allá de ese gravamen en particular, hay un 54% de impuestos internos que incrementan el costo de fabricación, algunos de ellos superpuestos o duplicados de acuerdo a la etapa de producción que se trate. Esa es otra inquietud que los ejecutivos vienen planteando como una prioridad a revisar para poder bajar el precio de los autos cero kilómetro.
“Tenemos un problema muy grande que nos quita competitividad a nivel internacional, que es el hecho de estar exportando impuestos. Cuando un mercado quiere comprarle un modelo a una marca, se fija en el precio, y si nosotros somos más caros que otras fábricas de nuestra marca en el mundo, le van a comprar a ellos. Con el nivel de impuestos actual, es más barato comprarle a Indonesia que a Argentina, incluso para países de nuestra región”, dijeron desde una de las terminales que exporta más del 60% de su producción local.
El otro tema que la industria y los importadores quieren revisar es el del impuesto interno conocido como impuesto a los autos de lujo. Actualmente, después de decidir que se adelantara un mes la actualización que debía entrar en vigencia en marzo, los autos con un precio de 28,2 millones de pesos pagan el 20% nominal, un 25% efectivo en el precio, mientras que los que superan los 63 millones de pesos, pagan el 35% nominal, que representa un incremento real del 50% en el precio del vehículo.
La actualización es trimestral y debe caer a fines de este mes con vigencia de la nueva base imponible a partir del 1 de mayo. Pero la industria automotriz considera que la escala 1 afecta a muchos modelos medios encareciendo su precio a valores que generan que las ventas terminen cayendo en los modelos más bajos del mercado, lo que actúa como una distorsión y a la vez impacta en la rentabilidad de las automotrices, ya que esos vehículos son los que menos rendimiento económico tienen para un fabricante.
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