El Ministerio de Economía ingresó en las últimas horas en la recta final del diseño del Presupuesto 2024, que presentará ante el Congreso el jueves de la semana que viene, y que incluirá una propuesta para debatir con la oposición el gasto tributario (exenciones impositivas), con el que el Gobierno postulará una chance de tener superávit primario en 2024. Las proyecciones finales todavía se mantienen en reserva, aunque en términos generales el Gobierno planteará una caída en el peso que tendrán los impuestos en la economía y -a contramano de las estimaciones privadas- un rebote de la actividad económica tras la caída esperada para 2023.
La Secretaría de Hacienda trabajará hasta dentro de una semana en el versión definitiva de ese proyecto de ley, que ingresará a través de la Cámara de Diputados y que será defendido en comisiones por los funcionarios del equipo económico. La discusión estará marcada por el desarrollo, en paralelo, de la campaña electoral. Sergio Massa anticipó que la iniciativa incluirá un 0,9% del PBI de déficit primario, que podría ser menor en caso de que prospere, a diferencia del año pasado, una discusión que el oficialismo buscará motorizar.
Se trata de la estimación de gasto tributario, es decir la recaudación que el Estado resigna, por distintas alícuotas diferenciales, exenciones y programas de impulso productivo. El jefe del Palacio de Hacienda estimó que esas facilidades rondarían entre 4,8 y 4,9 puntos del PBI.
Massa anticipó que la iniciativa incluirá 0,9% del PBI de déficit primario, que podría ser menor en caso de que prospere una discusión que el oficialismo buscará motorizar sobre gasto tributario
Más allá de esa discusión, algunos elementos centrales que atravesarán el proyecto y que por ahora están bajo reserva son la estimación de suba de precios para 2024 y de actividad económica. En ese contexto, hay algunas certezas sobre la hoja de ruta que espera Massa en caso de que Unión por la Patria ganara las elecciones y el ministro pase a ser presidente.
Una de ellas tiene que ver con el peso que tendrán los impuestos en el Producto Bruto. De acuerdo a la versión anticipada del presupuesto, la presión tributaria pasaría de 22,91% del PBI en 2023 a 22,76% en 2024. “Este cambio en la presión impositiva total responde al efecto neto de modificaciones en el contexto macroeconómico y de medidas de política y administración tributaria”, consideró el Ministerio de Economía. Representaría una caída de 0,15 puntos porcentuales del PBI.
Eso tendría lugar, incluso, ante una perspectiva de fuerte recuperación de la recaudación de derechos de exportación, que este año tuvieron un desplome por efecto de la sequía. En 2024, así, serían esos ingresos fiscales cuatro veces más altos que este año, por lo que las retenciones pasarían a representar 0,7% del PBI a 1,37% del Producto.
Otros impuestos tienen perspectivas disímiles: el Gobierno espera que, a priori, el IVA pierda algo de peso entre todos los impuestos “producto de los créditos fiscales originados por las mayores percepciones aduaneras recaudadas el año previo”.
El capítulo de Ganancias tiene una expectativa de estabilidad en términos de presión tributaria, ya que tendría un incremento de 0,06 del PBI. De todas formas, el ministro de Economía aseguró que estudiará una modificación para eximir a trabajadores en relación de dependencia del pago de ese tributo, por lo cual las cifras definitivas de este impuesto, si esa iniciativa prosperara, terminarían siendo distintas.
Economía aseguró que estudiará una modificación para eximir a trabajadores en relación de dependencia del pago de Ganancias
“Por qué no comparamos cuánto le cobran a los laburantes, mientras directores de empresas no pagan Ganancias por por algunas exenciones que tiene desde el punto de vista tributario”, dijo el miércoles Massa en una entrevista televisiva.
La “separata” que fue adjuntada al Presupuesto 2023 hizo referencia a unos 2,5 puntos del PBI (3,6 billones de pesos con la nominalidad proyectada en ese proyecto de ley). Pero además hay otros componentes que no están incluidos en el apartado de gasto tributario, por otros 2,4 puntos del Producto. Entre esos dos capítulos estaría estimado esa cifra global a la que se hace referencia Massa.
Lo más relevante en términos de costo para el fisco son los gastos tributarios en términos impositivos (1,81% del PBI y una parte menor, de 0,68%, para los regímenes de promoción económica). Del primer subgrupo están las alícuotas reducidas de IVA (0,65% del PBI), como las que tienen las carnes, frutas, legumbres y hortalizas frescas, los productos de panadería, la medicina prepaga y la construcción de viviendas. Y entre las exenciones, están las obras sociales (0,21% del PBI) y servicios educativos (0,11% del PBI).
Entre las exenciones del Impuesto a las Ganancias el más oneroso es el de los ingresos de magistrados y funcionarios de los Poderes Judiciales nacional y provinciales (0,16% del Producto) y, menos de la mitad, las ganancias de asociaciones civiles, fundaciones, mutuales y cooperativas (0,07 puntos). También tienen peso, en el impuesto a los combustibles, la diferencia entre las alícuotas aplicadas a las naftas y al gasoil (0,18% del PBI).
En tanto, el régimen de promoción industrial de Tierra del Fuego le insumió al Estado este año 0,35% del PBI en términos de recaudación tributaria. El esquema especial para las pymes, que incluye un pago a cuenta en el impuesto a las Ganancias del 100% impuesto sobre los Débitos y Créditos en cuenta corriente, tiene un costo de 0,15% del PBI.
Hay otro grupo de beneficios fiscales no incluidos entre los gastos tributarios pero que tienen un peso similar a ese 2,5% que sí está listado. Entre ellos, la exención del pago de Bienes Personales para los inmuebles rurales (0,48% del Producto), el no diferimiento del ajuste por inflación impositivo para Ganancias (0,36% del PBI) y detracciones de contribuciones personales (0,19% del Producto).
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