Las importaciones crecieron en marzo en comparación con febrero y habrían alcanzado unos USD 6.500 millones, de acuerdo a estimaciones oficiales. El aumento responde a cuestiones estacionales, aunque en el Gobierno también aseguran que las empresas registraron un aumento de la deuda comercial para financiar el pago de compras al exterior ante los plazos de aprobación de las SIRA.
De acuerdo a datos preliminares que recopilaron en el equipo económico, las importaciones del tercer mes del año habrían registrado un leve retroceso en comparación con marzo del 2022, aunque sí hubo una diferencia al tomar en consideración cuántas de esas importaciones fueron efectivamente pagadas.
Según estiman en el Gobierno, fueron unos USD 5.600 millones de los USD 6.500 millones de importaciones FOB medidas ese mes. Fuentes oficiales aseguran que la diferencia entre lo importado y lo pagado se debe a un aumento del financiamiento de las operaciones de comercio exterior. El último informe del mercado de cambios del Banco Central había marcado ya esa particularidad.
“En febrero, los pagos de importaciones de bienes totalizaron USD 3.763 millones, un 20% por debajo del mismo mes del año previo. Este valor se ubicó por debajo de las importaciones de bienes FOB de febrero, las cuales resultaron en USD 4.770 millones, lo que podría indicar un aumento en el stock de endeudamiento comercial o una disminución de los activos externos por anticipos efectuados previamente”, mencionó la autoridad monetaria.
Un informe de LCG, por su parte, había advertido que en el segundo mes del año un tercio de las importaciones no fueron pagadas. “En febrero se pagó tan sólo el 67% de lo importado efectivamente (base MULC / base ICA), 16 puntos porcentuales menos que un año atrás. Es el menor valor desde agosto de 2019, cuando el stock de reservas también se encontraba estresado”, consideró la consultora.
“Esta postergación de pagos seguirá incidiendo en los egresos por líneas de crédito, por lo que en el margen su utilidad comienza a decrecer. De haberse observado pagos en línea con el monto devengado en ICA, la cuenta corriente hubiese marcado un déficit de USD 3.060 millones”, mencionó.
Por otro lado, pronosticó con “en vistas de la sequía que golpea al sector agropecuario y generó un recorte de las proyecciones de cosecha para el año en curso, esperamos que la merma en el nivel de exportaciones sume USD 15.000 millones. Si bien las medidas anunciadas respecto a tipos de cambio diferenciales para la soja y economías regionales pueden incentivar una liquidación de divisas, entendemos que esto alterará su estacionalidad, pero no sumará saldos liquidados (a diferencia de 2022) a razón de menores cantidades disponibles. Por este motivo, esperamos cierta profundización en el esquema de regulaciones a las importaciones”, apuntó LCG.
Por su parte, Abeceb proyectó que las importaciones deberían terminar el 2023 con una caída en comparación con el año anterior. “El principal motivo que explicaría esta disminución es la delicada situación en materia de reservas del BCRA. Dada la reticencia del Gobierno a realizar un ajuste del tipo de cambio oficial, la merma en la oferta de dólares del agro se buscará compensar -parcialmente- mediante un endurecimiento de las restricciones a la importaciones -algo que ya comenzó a vislumbrarse hacia fines del año pasado”, mencionó ese centro de estudios especializado en comercio exterior.
A esa cuenta también se suma el menor volumen necesario de compras externas de energía y de “una actividad que seguirá desacelerándose -caería al menos 1% promedio durante 2023- y que por consiguiente demandará menos compras del exterior”, sostuvo Abeceb.
La cuestión del endeudamiento de las empresas para el pago de importaciones también fue abordado por un informe de Ecolatina. “El stock de deuda hasta el tercer trimestre de 2022 creció USD 10.200 millones frente al cuarto trimestre de 2021, superando los USD 40.000 millones”, estimó un informe reciente.
“Estimamos que finalizó el 2022 por encima de los USD 42.000 millones. Como resultado, en sólo un año la deuda acumulada fue similar a la generada en 2011-15. Esta dinámica difícilmente pueda continuar a lo largo de 2023, limitando una herramienta para aliviar el impacto de las restricciones a las importaciones”, consideró.
Un dato adicional que midieron en las últimas semanas en los despachos de política económica es que, aunque de manera lenta, comenzó a funcionar el esquema de comercio exterior liquidado directamente en yuanes chinos para no utilizar dólares norteamericanos de las reservas, uno de los elementos negociados con el Banco Popular de China para el uso del swap de monedas.
El uso de renmimbí para intercambio comercial todavía es marginal aunque mostró un avance. Según fuentes oficiales, a lo largo de todo 2022 se utilizaron unos 136 millones de yuanes, equivalentes a 20 millones de dólares. En lo que va de 2023, por su parte, se usaron el equivalente a unos USD 62 millones, es decir 424 millones de yuanes.
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