El INDEC difundirá esta tarde el dato más sensible para la gestión de cualquier gobierno: el índice de pobreza. Esa medición será un reflejo de la foto social del segundo semestre del año pasado, período para el cual se espera un incremento cercano al 40% de la porción de la población por debajo de la línea de pobreza. La cifra equivale a más de 18 millones de argentinos pobres y significa una suba de mayor a los 3 puntos respecto de la medición anterior, correspondiente al primer semestre del año pasado. En ese momento, 17,3 millones de argentinos estaban por debajo de la línea de pobreza, lo que representó un porcentaje de 36,5% de la población. El dato significó una leve mejora respecto del año anterior (37,3% en el segundo semestre de 2021) que ahora se diluyó.
En contraste con esa leve reducción, esa misma medición arrojó un dato preocupante: mientras que la pobreza general retrocedió 0,8 puntos respecto del nivel que había alcanzado en diciembre de 2021, la indigencia tuvo una evolución inversa, al pasar de 8,2% a 8,8% de la población. La línea de indigencia se mide por el costo de la canasta básica alimentaria, por lo que la inflación de alimentos resulta una variable determinante. En ese sentido, las perspectivas también resultan muy poco alentadoras ya que los precios de la canasta básica alimentaria se aceleraron en la segunda parte del año, lo que se combinó con una fuerte caída real de los ingresos del sector informal de la economía. Los salarios no registrados avanzaron apenas 65% durante todo el año pasado, lo que los dejó 30 puntos por debajo de la inflación.
Al mismo tiempo, el avance del IPC a partir de julio de 2022, que recién se estabilizó en 5% durante el último bimestre del año, contribuye a que también haya aumentado la proporción de la población que no logra cubrir la canasta de bienes y servicios básicos.
Distintas mediciones privadas anticipan que el piso de pobreza que hoy informará el INDEC se encuentra en 39,6% de la población y puede superar el 40 por ciento. Es el caso, por ejemplo, del nowcast de pobreza que publica la Universidad Di Tella. El informe realizado por la casa de estudios actualiza mensualmente la estimación de la incidencia de la pobreza, basada en la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC junto a proyecciones de la canasta básica total (CBT) utilizando el Índice de Precios al Consumidor y a proyecciones de los deciles de ingreso total familiar.
También desde el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales (Cedlas), el investigador Leopoldo Tornarolli hace su propia proyección, según la cual calculó que al menos 39,7% de los argentinos eran pobres hasta diciembre del año pasado, aunque ese porcentaje podría ser mayor. “El piso es de 39,7% y puede pasar el 40 por ciento”, advirtió.
Detrás de estas cifras, se encuentra el contraste entre la creación de empleo que no se detuvo a pasar del menor ritmo de la actividad económica registrado a partir de septiembre del año pasado y el nivel de ingresos. La aceleración inflacionaria provocó una pérdida de los salarios reales que conspiró contra cualquier posibilidad de mejora de los indicadores sociales.
De acuerdo con los datos de la UTDT, la canasta básica total promedio de la región del Gran Buenos Aires (GBA) para el semestre se estimó en $42.858 por adulto equivalente (varón adulto de 30 a 60 años). Esto es un aumento interanual de 85,3 por ciento. Para el promedio del ingreso total familiar (ITF) se proyectó para el semestre un incremento interanual de 73,3 por ciento. ”Esta proyección sugiere que el 40% de las personas viven en hogares urbanos pobres. La población urbana capturada por la EPH en el semestre de julio a diciembre de 2022 se estimó en alrededor de 29 millones de personas lo que implica que alrededor de 11,7 millones viven en hogares urbanos pobres”, señaló el informe de la universidad.
Seguir leyendo:
La actividad económica tuvo un leve repunte en enero tras cuatro meses de caída
Hacer Comentario