Las alergias, una susceptibilidad particular en ciertas personas, provocan respuestas exageradas ante agentes externos conocidos como alérgenos. Entre estos, destacan los pólenes de las plantas, alimentos específicos, productos químicos —incluyendo algunos medicamentos—, mohos, ácaros del polvo y picaduras de insecto, capaces de desencadenar reacciones del sistema inmunológico.
Una vez que los alérgenos entran en contacto por primera vez con el organismo de individuos predispuestos, se desencadena una serie de reacciones químicas culminando en la producción de anticuerpos específicos. Estos anticuerpos se adhieren a células denominadas mastocitos, presentes principalmente en nariz, ojos y pulmones. En contactos subsiguientes con el alérgeno, los mastocitos liberan mediadores de la inflamación, como la histamina, desencadenando así los síntomas alérgicos.
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La alergia al polen
La polinosis, comúnmente conocida como alergia al polen, afecta a aproximadamente el 15% de la población, incrementándose hasta un 30% entre los jóvenes, según el Ministerio de Sanidad. Esta afección alérgica, que suele presentarse durante la primavera y el verano, provoca síntomas en ojos, nariz y pulmones. Se ha observado una mayor prevalencia de polinosis en áreas urbanas, debido a que la contaminación atmosférica intensifica el poder alergénico del polen.
La alergia al polen o polinosis es causada por la inhalación de estas partículas, que al entrar en contacto con las mucosas desatan procesos respiratorios como rinitis y asma. Los síntomas incluyen estornudos, picor, congestión nasal, inflamación en los ojos (conjuntivitis), picor de paladar, garganta, oídos y, en casos más severos, puede provocar asma, caracterizado por tos, dificultad para respirar y opresión torácica.
Estos síntomas pueden variar según el clima: son menores en días lluviosos o nublados, debido a un menor desplazamiento del polen, mientras que condiciones cálidas, secas y ventosas incrementan la distribución del polen y, por ende, los síntomas alérgicos. La polinosis, conocida también como “fiebre del heno”, representa un desafío para los afectados, quienes pueden experimentar episodios agudos durante ciertos períodos del año.
Hasta cuándo dura la temporada de polinosis
La Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC) detalla que los pólenes alergénicos más comunes en España son las gramíneas de crecimiento espontáneo tal como el Trisetum, Dactylis y otras muchas más (malas hierbas que crecen en los bordes de las carreteras, campos de cultivo, descampados, praderas..etc) resultan ser la causa más importante de polinosis.
Abril y mayo son los meses donde más síntomas desatan las alergias, sin embargo, en junio todavía se pueden presentar los síntomas. Normalmente, durante el mes de julio suelen haber desaparecido por completo.
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La sensibilización a gramíneas es dominante en el Centro y Norte de la Península a excepción del litoral Mediterráneo, donde por el contrario la Parietaria judaica (una maleza) relega a las gramíneas a un segundo lugar. Igual ocurre con la Olea (olivo) en el sur de España, en aquellas áreas con extensas superficie de olivares, tales como Jaén, Córdoba o Granada, donde este polen resulta ser la principal causa de polinosis, ocupando las gramíneas un segundo puesto.
Otros pólenes alergénicos importantes son los Plantagos, Artemisia y Salsola y Chenopodium. También pueden producir polinosis aunque con un carácter más local la Betula (abedul) en los montes gallegos y cornisa cantábrica, las Cupresáceas “arizónicas y cipreses” (enero-febrero) en Madrid o Barcelona, el Platanus o plátano de sombra (marzo-abril) en Madrid, Mercurialis (una maleza febrero-noviembre) en Tarragona, Pinus (febrero- abril) en Bilbao y Palmáceas en Elche (febrero-abril). Es probable que en futuros estudios puede extenderse a otras áreas geográficas la importancia alergológica de estos pólenes.
Siete remedios caseros para mitigar los síntomas
Una forma eficaz de contener los síntomas de la alergia es reducir la exposición a cualquier desencadenante de tus signos y síntomas de alergia. Para ello, la Cínica Mayo recoge una serie de recomendaciones:
- Quedarse en el interior de las casas los días secos y con viento. El mejor momento para salir es después de la lluvia, que ayuda a limpiar el polen del aire.
- No realizar actividades de jardinería porque levantan alérgenos ni acercarse a lugares donde las concentraciones puedan ser más altas, como en el campo o en los parques.
- Quitase la ropa que se utiliza en la calle al llegar a casa y duchase para eliminar el polen de la piel y el pelo.
- No tender la ropa afuera ya que el polen se puede adherir las sábanas, toallas y a las de prendas de vestir.
- Usar mascarilla en la calle.
- Cerrar puertas y ventanas en las viviendas, especialmente en los días secos.
- Evita la actividad al aire libre temprano por la mañana, cuando hay una mayor concentración de polen en el aire.
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