Fue un gesto inusual. El flamante presidente Javier Milei terminaba de recibir la banda y el bastón presidencial ante la Asamblea Legislativa, tras jurar en su cargo. Le dijo entonces a su vicepresidenta. “¿Vamos a saludar a la Corte?”, le consultó. Su compañera de fórmula asintió. El jefe de Estado entonces se movió hacia la derecha y le extendió la mano al presidente de la Corte Suprema, Horacio Rosatti y los otros tres integrantes del máximo tribunal Carlos Rosenkrantz, Juan Carlos Maqueda y Ricardo Lorenzetti. Allí también estaba el procurador interino Eduardo Casal. Hubo sonrisas y buenos deseos.
Ese clima distendido fue toda una señal en medio de las tensiones que se vivían en cada asamblea legislativa desde los últimos años kirchneristas y durante el mandato de Alberto Fernández. Solo un ejemplo: con el juicio político contra la Corte Suprema ya impulsado, a la apertura de sesiones ordinarias solo asistieron Rosatti y Rosenkrantz, como autoridades de la Corte. A Casal ni lo invitaron.
Después de la asamblea legislativa en donde Milei fue proclamado presidente, como se les indicó a todos los presentes en el Congreso, los ministros de la Corte se quedaron en el recinto esperando el discurso que Milei daría frente a la Plaza de los Dos Congresos. Y al agradecer ante la multitud destacó la presencia de los jueces de la Corte. Después de los , llegaron las palabras. No hubo un mensaje alusivo a la Justicia, ni a los cambios por venir en ese área. Sin embargo, algunas de sus palabras fueron leídas “en modo judicial”.
“En cuanto a la clase política argentina, quiero decirles que no venimos a perseguir a nadie. No venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacio de poder”, aseguró. El jefe de Estado también advirtió que “quieren utilizar la violencia o la extorsión para obstaculizar el cambio les decimos que se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles que utilizará todos los resortes del Estado para avanzar en los cambios que nuestro país necesita”. Y también advirtió trabajar por " un país en el que el que las hace las paga”.
“Argentina se ha convertido en un baño de sangre. Los delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó totalmente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia”, dijo Y añadió: “Nuestras fuerzas de seguridad han sido humilladas y maltratadas durante décadas. Han sido abandonados por una clase política que le ha dado la espalda a quienes nos cuidan. La anomia es tal que sólo el 3% de los delitos son condenados. Se acabó con el ‘siga, siga’ de los delincuentes”. Varios punguistas que fueron a “trabajar” a la plaza terminaron escrachados por los manifestantes y detenidos.
Los jueces de la Corte no solo estuvieron presentes en el Congreso. Por la tarde, también asistieron a la Casa Rosada para participar del acto de la jura de ministros.
Milei ya había enviado mensajes de pacificación hacia la Corte Suprema, en manos de su ministro de Justicia Mariano Cuneo Libarona. No solo fue a presentarse apenas días después de ganar el ballotage, más allá de que se trata de un abogado de tribunales. También afirmó: “el juicio político a la Corte es infame; político no tiene andamiaje, ni factico ni jurídico, es algo ilegítimo que tiende a presionar y perturbar la honorabilidad de los jueces sin sustento alguno. Ha sido para dañarlos públicamente”.
Desde hace años están vacante el cargo de Procurador pero también una de las sillas de la Corte Suprema, dos puestos para los que necesita una mayoría especial de dos tercios de los votos de la Cámara Alta. Pero también son muchos los cargos vacantes que no necesitan mayoría especial. En tribunales esperan novedades sobre esas futuras designaciones.
La mira judicial promete ser clave en esta etapa. Sobre todo teniendo en cuanta las transformaciones a las que se aspiran. El fuero en lo contencioso administrativo, el llamado “fuero del poder”, promete ser clave. Aún así todos las miradas apuntan a la Corte.
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