La división inglesa de Ford Motor Company ha anunciado que comenzará un período de ensayos con ocho unidades Ford Transit, que estarán equipadas con un motor eléctrico como las actuales E-Transit, pero que en lugar de estar alimentado por una batería de iones de litio que se cargue conectando el vehículo a la red, reciba la electricidad por medio del proceso conocido como Fuel Cell o pila de combustible de hidrógeno. Las pruebas serán exhaustivas en la extensión del tiempo, y en el funcionamiento del vehículo, por eso se han planteado como objetivo, analizar los resultados recién a finales de 2025.
La realidad es que desde el momento en que Tesla ha presentado un camión de cargas pesadas 100% eléctrico, el Tesla Semi representa mucho más que la iniciativa de Elon Musk de adelantarse al mundo de la industria automotriz mundial. Lo que muestra es que conforme va pasando el tiempo, lo que parecía ser una tecnología casi reservada únicamente a los automóviles pequeños no sólo ha llegado a los medianos, grandes y SUV, sino al otro extremo de la movilidad.
En el medio, quedan incluidos todo tipo de vehículos, y por eso Rivian fue el primero en lanzar una pick-up eléctrica con la R1T, ganando ese privilegio nada menos que a Ford y su famosa F-150 Lightning, y por eso Mercedes-Benz está probando camiones eléctricos de media distancia y muchos otros fabricantes lo hacen con camiones de recorrido urbano también.
Pero en todos los casos, el problema sigue siendo el de la autonomía y el peso del vehículo. Hay una ecuación que nunca se debe olvidar. Para tener más capacidad de kilometraje, el camino más corto que puede transitar el fabricante de un vehículo eléctrico es agrandar su batería. Y agrandar la batería, puede no significar una reducción de la capacidad de carga, pero sí un aumento de peso que termina generando más consumo. El punto justo en el que consumo extra “se come” el aumento de la autonomía, es el límite.
El transporte urbano de cargas livianas, como los repartos de logística y correo, tiene desde hace un tiempo bastante prolongado, algunas alternativas 100% eléctricas, como ha sido el caso de los furgones que Amazon compró precisamente a Rivian, de los cuales ya están funcionando unas 3.000 unidades en distintas ciudades de Estados Unidos. Pero el problema que tienen es la autonomía, porque está limitada a 200 millas, lo que equivale a 320 kilómetros.
Este es el punto por el que ya son varios los fabricantes que han decidido pensar en otra opción de propulsión sustentable, e inevitablemente han recurrido a la pila de combustible de hidrógeno como la más adecuada para un vehículo que necesita hacer más kilómetros continuos, es decir, sin tener que detenerse a recargar energía.
El sistema Fuel Cell ha sido adoptado por Toyota en su modelo Mirai, que funciona exitosamente en varias capitales europeas como París, Londres, Amsterdam y Madrid. También ha sido adoptado por Hyundai para su SUV-C Nexo y por BMW para una flota experimental que ha empezado a distribuirse en distintos mercados de todo el mundo que incluyen Europa, Estados Unidos y Japón, a través del iX5 Hydrogen. Y la misma marca coreana ha anunciado el inicio de la producción en serie del camión pesado de cargas Hyundai X-Cient Fuel Cell también para el mercado norteamericano.
Al igual que ocurre con los taxis y el transporte pesado de cargas, la entrega y distribución de cargas livianas, necesita vehículos con una autonomía mayor a la que la electro movilidad ofrece actualmente, ya que cada minuto que no está trabajando, es una pérdida para la compañía que utiliza la flota de reparto. Así lo han entendido en Renault, ya que se encuentran desarrollando furgones Master conjuntamente con Hyvia, especialista en ecosistemas de hidrógeno, en la fábrica de Flins, en las afueras de París, con la intención de comenzar a comercializar el año próximo dos modelos distintos de sus famosas van, con especificaciones para mayor y menor distancia. Citroën y Peugeot también están ensayando el sistema Fuel Cell en furgones medianos de sus modelos ë-Expert Hydrogen y ë-Jumpy Hydrogen.
Ahora, Ford ha decidido ir por el mismo camino, pero con la intención inicial de evaluar el funcionamiento de la tecnología antes de decidir si es viable como solución para el transporte. El proyecto tiene financiación de Blue Oval, la dependencia de Ford especializada en vehículos comerciales, y al igual que otros de distintos fabricantes en el Reino Unido, y del Advanced Propulsion Centre (APC), una organización sin fines de lucro creada en la Universidad de Warwick, con la finalidad de generar incentivos para desarrollos de energía sustentable .
La reducida flota de prueba de ocho Ford E-Transit FCEV (Fuel Cell Electric Vehicle) funcionará durante períodos de seis meses durante el proyecto de tres años hasta 2025. Los datos de la flota de prueba proporcionarán información sobre el costo total de propiedad y operación de una camioneta grande, con mayor rango y horas de funcionamiento para igualar su equivalente con motor diésel y sin necesidad de cargar.
El prototipo de Ford E-Transit estará equipado con una pila de combustible de alta potencia, junto con una importante capacidad de almacenamiento de hidrógeno, optimizada en cuanto a seguridad, capacidad, costo y peso. Un elemento importante del proyecto evaluará el reciclaje eficiente y viable de los componentes al final de su vida útil.
Tim Slatter, presidente de Ford en Gran Bretaña, dijo en la comunicación oficial de este proyecto que “Ford cree que la aplicación principal de las celdas de combustible podría estar en sus vehículos comerciales más grandes y pesados para garantizar que estén libres de emisiones, al tiempo que puedan satisfacer los altos requisitos de energía diarios que demandan nuestros clientes”.
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