Además del largo “feriado virtual” en materia cambiaria debido a las medidas regulatorias y la serie de allanamientos y controles que dispuso el gobierno para evitar nuevos saltos del dólar en la previa de las elecciones presidenciales, un sector clave de la economía, vital en el aporte de divisas, también está casi parado: el campo.
“Mientras el mercado de granos internacional mira otras cosas, el cortoplacismo local que genera la inestabilidad del dólar libre, y la proximidad de la elección presidencial, llevó prácticamente a la paralización del mercado de granos”, dijo Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
“Los precios de soja se dispararon y esto no traccionó ventas; se está operando menos de un tercio de lo que se trabajó el mes pasado” (Dante Romano, profesor de Agronegocios de la Universidad Austral)
“El productor prefiere demorar decisiones y quedarse con el poco grano disponible tras la seca, por lo que la demanda está reducida. Los compradores, por su parte, intentan colocar su capital de trabajo en granos, aún a pérdida, ya que esto les resulta más orgánico y hasta una pérdida menor que dolarizarse con activos financieros”, explicó Romano. “Todos quieren comprar, nadie vender, los precios suben, pero sin negocios. De hecho, ni siquiera la extensión del dólar agro y la inclusión de más productos logró despertar los negocios”.
Si bien el gobierno prorrogó la cuarta versión del “dólar soja” hasta el 25 de octubre e incluyó también a la cebada, el girasol y el sorgo, Romano señaló que el remanente de esos productos es menor y las operaciones están frenadas. Peor aún, dijo, “los precios de soja se dispararon y esto no traccionó ventas, todo lo contrario, se está operando menos de un tercio de lo que se trabajó el mes pasado”.
La Bolsa de Comercio de Rosario informó que tras el fin de semana largo la vuelta a la actividad en el mercado de granos registró “un acotado nivel de actividad”. De hecho, en el primer día “el trigo contó con un solo comprador activo” en tanto la soja y el girasol “no registraron valores abiertos de referencia” y el sorgo “no presentó mayores novedades”.
Diego Napolitano, de la Cámara Empresaria de Distribuidores de Agroquímicos, Semillas y Afines de Buenos Aires (Cedasaba), describió el mismo panorama. “El nivel de actividad tiende a cero”, dijo a la publicación especializada Infocampo. Las operaciones están frenadas, ahondó, tanto en materia de insumos como de compra-venta de granos debido a la incertidumbre electoral y lo que pueda suceder a partir del lunes con el dólar.
Pesos, no querer
“Desde el jueves estamos en un feriado virtual hasta luego de las elecciones, la actividad tiende a cero”, explicó Napolitano. “En los comunicados que envían a los distribuidores estamos encontrando que para recibir diferentes medios de pago, ya sea e-checks, cheques físicos, tarjetas rurales o transferencias, que se hacen hasta determinada cantidad de días, en algunos casos se sigue respetando, pero en la mayoría no quieren absorber más pesos. Y esto lleva a un nivel de actividad casi nulo”.
La situación internacional y el clima también forman parte del combo que tiene casi paralizada la actividad comercial del campo. Debido al ataque terrorista de Hamas y la guerra en Israel, “los precios fueron empujados a la suba hasta tanto se tenga mejor noción de cómo seguirá el conflicto; en medio de todo esto, el USDA (Departamento de Agricultura de EEUU) presentó un reporte de oferta y demanda con rindes más bajos que los esperados en maíz y soja. El trigo en tanto sigue cargado por una oferta muy barata y voluminosa de Rusia, aunque otros países como Australia y Argentina siguen bajando producción”, explicó Romano.
La baja de la producción triguera en la Argentina se debe, a su vez, a la falta de lluvias y la prolongación de la sequía en varias áreas del país. La cosecha esperada de trigo se reducirá fuertemente, reduciendo también el ingreso de divisas derivadas de las exportaciones trigueras. Además, la prolongación de la sequía hace que muchos productores desechen la posibilidad de maíz temprano y opten en cambio por la siembra de maíz “tardío”, lo que estirará el plazo hasta el inicio, en 2004, del ingreso de “los dólares del campo”.
“Lo que no se siembre de temprano, iría en una proporción menor a soja”, explicó Romano. De hecho, la Bolsa de Comercio de Rosario estimó que unas 400.00 hectáreas de maíz temprano pasarían a soja.
Inicio complicado
Son todas malas noticias para el actual gobierno, pero sobre todo para el que asuma el próximo 10 de diciembre. Al respecto, el consultor Horacio Busanello, ex CEO del grupo Los Grobo y de la multinacional Syngenta advirtió que la primera mitad de 2024 será extremadamente complicada en materia de divisas, ya que la fuerte reducción en la cosecha de trigo (incluso afectada en los últimos días por heladas tardías) y el pase de maíz temprano a maíz tardío o soja, demorará algunos meses el ingreso de divisas por exportación. Una estimación de AZ Group estimó la pérdida de exportaciones trigueras en cerca de USD 900 millones. Y los dólares de la cosecha gruesa empezarían a ingresar recién en mayo, con lo cual el próximo gobierno tendrá que aguantar al menos 6 meses para empezar a tener alivio cambiario.
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