El diario The Miami Herald informa este jueves que las primeras demandas en relación con el mortífero accidente aéreo de mayo pasado en Cuba se han presentado en una corte de Chicago a nombre de las familias de tres de los 112 pasajeros que perdieron la vida.
Los demandantes se nombran Juana Cutiño Alfaro, residente en Cuba y quien perdió a sus dos hijos adultos Carlos Miguel de la Cruz Cutiño y Grettel Isel de la Cruz Cutiño; y Elba Buitrago Cabrera, residente en Estados Unidos y cuyo hermano Jorge Luis Buitrago Cabrera falleció en el desastre.
Las demandas alegan que los pilotos Jorge Luis Nuñez Santos y Miguel Arreola Ramírez perdieron el control del avión, que se dirigía de La Habana a Holguín, y que la aeronave "se detuvo en el aire, se volteó cabeza abajo y se estrelló".
En un comunicado emitido en julio, Global Air dijo que la información obtenida de las cajas negras recuperadas mostró que la tripulación despegó del Aeropuerto Internacional José Martí en un ángulo de ascenso demasiado pronunciado, lo que provocó problemas aerodinámicos que llevaron al accidente.
“Como operador de la aeronave accidentada, Global Air era legalmente responsable de garantizar que sus pilotos recibieran la capacitación adecuada sobre la aeronave accidentada para la seguridad de la tripulación y para la seguridad de los pasajeros de Global Air”, indican las demandas.
En cambio, alegan, Global Air y sus agentes en los Estados Unidos entrenaron a los pilotos "de manera negligente y temeraria".
Un informe publicado por Martí Noticias y confeccionado por un inspector de Cubana de Aviación en 2009, luego de realizar nueve auditorías a aviones de Global Air arrendados por Cubana de Aviación , consignaba problemas de mantenimiento, de cumplimiento de los protocolos y de preparación de los pilotos, como base para recomendar que no se contrataran "bajo ningún concepto" los servicios de la aerolínea.
Las demandas han sido radicadas en el tribunal de circuito del condado de Cook en Chicago y nombran a Boeing, el fabricante del avión, y AAR Corp., que se cree que poseía el avión antes de ser vendido a la compañía mexicana. Boeing tiene su sede central en Chicago y AAR Corp en Wood Dale, en el mismo estado de Illinois.
La comisión que investiga el accidente, y que incluye a autoridades cubanas, mexicanas y estadounidenses de la aviación civil, así como a Boeing y Pratt & Whitney, fabricante de las turbinas, no ha presentado aún sus conclusiones.
Publicado originalmente en Martí Noticias
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