La empresa china Huawei, uno de los ejes del conflicto tecnológico y geopolítico entre Estados Unidos y China por su rol en el establecimiento de infraestructuras de comunicación 5G, tomó una decisión ajena o cuanto menos extraña a los estándares y usos occidentales: desde abril Sabrina Meng, nombre occidentalizado de Meng Wanzhou, asumió la presidencia rotativa de la empresa fundada en 1987 por su padre, Ren Zhengfei.
Lo llamativo es que la empresa decidió encumbrar a Meng pese a que esta debió cumplir 3 años de arresto domiciliario en Canadá, acusada de fraude y robo de tecnología confidencial.
La decisión, según el portal especializado en negocios Business Insider, es parte de la preparación para la sucesión de tipo dinástico de Ren Zhengfei, el fundador de la empresa, que se desempeña como CEO desde hace 36 años, casi la mitad de tiempo de su actual edad, 78 años.
Huawei tiene un sistema en el que 3 directores se alternan en la presidencia rotativa, en turnos de 6 meses. Los otros presidentes rotativos son Eric Xu, que había ocupado el cargo hasta ahora, y Ken Hu.
Detención en Canadá
Meng se hizo muy conocida por protagonizar un caso de altísima tensión diplomática entre su país, China, y EEUU. En diciembre de 2018 fue detenida al entrar a Canadá por una orden internacional, acusada de fraude bancario y electrónico, en respuesta a un pedido de EEUU, que además pidió su extradición.
EEUU alegó que Meng había mentido al banco HSBC respecto de la relación de Huawei, en la que se desempeñaba como directora financiera, con Skycom, una empresa señalada por negociar con Irán para venderle equipos de comunicación, pese a las sanciones internacionales, encabezadas por EEUU, impuestas al régimen teocrático iraní.
Tras el pago de una fianza millonaria, Meng no fue extraditada a EEUU, como requería Washington, pero debió cumplir en Canadá un arresto domiciliario de 3 años, plazo que se cumplió en 2021, cuando pudo volver a China. Antes, había llegado a un acuerdo con el Departamento de Justicia de EEUU, en el que admitió haber incurrido en irregularidades en sus declaraciones al banco HSBC. Finalmente, el año pasado, la fiscalía norteamericana retiró los cargos y Meng se declaró “no culpable”.
Como directora financiera, cargo que seguirá detentando, Meng tiene desafíos difíciles por delante. En particular, revertir la caída de ventas y ganancias de Huawei, que chocaron en 2019 con una dura sanción de EEUU, que la considera agente de la avanzada tecnológica del Estado chino.
Menos ganancias, más sanciones
El año pasado, la empresa china pudo por primera vez detener la caída de ventas, que se había iniciado en 2018, pero no logró revertir el desplome de sus beneficios que cayeron nada menos que 68,7%, a USD 5.200 millones, en el contexto de ventas de más de USD 90.000 millones.
Sospechada como agente tecnológico y de espionaje chino, Huawei enfrenta una creciente ola de sanciones
La infraestructura de telecomunicaciones es el área de mayor facturación de la empresa y explica más de la mitad de las ventas, un 65% por sobre la venta de dispositivos de consumo.
Sospechada como agente tecnológico y de espionaje chino, Huawei enfrenta una creciente ola de sanciones. EEUU ya prohibió la venta de sus dispositivos, y también de ZTE, otra empresa china, incluidas cámaras de seguridad y radios bidireccionales que Washington, y también Gran Bretaña, que la había sancionado previamente, consideran “una amenaza a la seguridad nacional”. Alemania evalúa posibles sanciones a Huawei y ZTE, como la prohibición de componentes ya incorporados a las redes 5G, que las empresas deberían retirar y sustituir. Parecidas decisiones ya aplicaron o evalúan países como Canadá y Australia.
Recientemente, también la Argentina sancionó a Huawei: la Aduana la acusó de incumplir procedimientos legales para la importación de equipos y de evadir el pago de impuestos por el uso de licencias de software, por un total de USD 28 millones, y le aplicó una multa de 407 millones de pesos.
Además, tras la reunión bilateral que el presidente Alberto Fernández, tuvo con el de EEUU, Joseph Biden, el gobierno decidió congelar los proyectos geopolíticos de China en la Argentina, desistiendo de la compra de aviones de combate chinos, de la construcción de centrales nucleares por parte de China y de permitir que empresas chinas controlen el flujo comercial de la Hidrovía. Como quid-pro-quo, EEUU apoyaría a la Argentina en el FMI, que recientemente aceptó reducir las metas de acumulación de reservas establecidas en el acuerdo firmado en marzo del año pasado, pero insiste en mantener la meta de déficit fiscal de 1,9% del PBI y pidió, en palabras de su subdirectora, Gita Gopinath, que el gobierno acelere el aumento de tarifas a la energía y la devaluación del dólar oficial, limite la moratoria previsional, mantenga altas las tasas de interés y avance hacia la unificación del mercado cambiario, todas contraindicaciones para cualquier gobierno en un año electoral.
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