Recién dictado el veredicto en el juicio por la muerte de su hermano, y casi sin tiempo suficiente para procesar los acontecimientos, el cineasta Mariano Cohn (48) se paró a la salida de los tribunales de San Isidro y dijo a la prensa: “Creo que se está haciendo justicia, de a poco vamos a llegar a la verdad. Todavía hay muchas preguntas que la justicia y el hospital deben responder”. Luego aseguró: “Esto no termina acá”.
Con la resolución este viernes del juez Facundo Ocampo, a cargo del Juzgado Correccional N°4, quedó sellada la instancia donde se juzgó el homicidio culposo de Alejandro Cohn (35), quien ingresó consciente al hospital municipal “Melchor Posse” tras sufrir en la calle un episodio de hipoglucemia y terminó, dos días después, con muerte encefálica e inexplicables politraumatismos. El fallo impuso penas de hasta tres años y medio de prisión contra tres de los seis médicos que llegaron al tramo final como imputados. Ya en los alegatos otros tres profesionales habían sido absueltos por el retiro de cargos del fiscal Diego Molina Pico y el querellante Juan Carlos García Dietze.
En rigor, el médico que resultó más comprometido fue el que recogió a Alejandro en la ambulancia, Marcelo Rodrigo Toro Solano, quien recibió tres años y seis meses de cárcel, siete de inhabilitación especial para ejercer la medicina y la prohibición de salir del país -es oriundo de Bolivia- mientras espera en libertad hasta que la sentencia quede firme. Las otras dos condenadas fueron las médicas de guardia del sector boxes -donde quedó Alejandro por decisión de Toro Solano-, Ana Sánchez y Carla Setti, ambas con un año y ocho meses de prisión de ejecución condicional y cinco de inhabilitación de la matrícula. Los tres quedaron, así, considerados como “autores penalmente responsables del homicidio culposo” del paciente.
“Si tengo que poner en contexto la causa, y lo que suele suceder en estos casos, creo que es muy importante que a partir de hoy hay tres médicos que no pueden ejercer más la medicina y uno de ellos va a ir preso. Esto pone en evidencia lo que está sucediendo en este hospital, al que yo venía denunciando con mi caso y con otros tan graves como los de mi hermano”, expresó el reconocido director de cine ni bien salió de la sala de audiencias para hablar con los medios en la entrada de la sede judicial de Ituzaingó 340.
Al contestar si sentía algún alivio después de la resolución del juez, el cineasta se detuvo a pensar. Dudó algunos segundos. Luego, acaso eligiendo no entrar en un terreno más íntimo, contestó: “Creo que se está haciendo justicia, de a poco vamos a llegar a la verdad. Todavía hay muchas preguntas que la justicia y el hospital [de San Isidro] deben responder”.
Poco después retomó con fuerza: “Muchas de estas bestias que atendieron a mi hermano siguen trabajando en el hospital como si nada. Esto requiere de un cambio del Municipio. El hospital es un caos, ya lo comprobamos cuando fuimos a la inspección ocular. [Con la sentencia] comienza un cambio dentro de ese hospital y espero que a nadie más le pase lo que le pasó a mi hermano”.
Y añadió: “Esto es una primera instancia, un primer paso; esto no termina acá. Vamos a pedir que se abra una causa por encubrimiento, falsificación y mal desempeño a los funcionarios políticos de quien dependía el hospital: [el ex intendente] Gustavo Posse; [el ex subsecretario de Salud municipal] Juan Viaggio y [la ex directora del hospital] Susana Guidi Rojo”.
Además de las condenas, el juez Ocampo decidió absolver a quien fuera el jefe de Guardia ese 27 de julio de 2015, Martín Montagna, al igual que a las médicas del área de shock room María Seijo y María Quiroga. Los médicos Maximiliano Ragazzoli, Darío Campos y Marina Vogelin ya habían sido absueltos en la audiencia de alegatos.
Según se tuvo por corroborado, Alejandro no recibió “la atención primaria correspondiente” desde que se subió a la ambulancia hasta que pasó “en estado convulsivo” al shock room. Para el magistrado, hubo al menos “38 minutos de desatención médica” entre la ambulancia y la guardia, lo que produjo el agravamiento de la descompensación diabética hasta desembocar en el deceso por una “encefalopatía hipóxico isquémicafalta”, es decir, falta de oxígeno en el cerebro.
El tránsito del paciente por el shock room es todo un pasaje aparte. El representante de la familia Cohn postuló en el juicio que las médicas a cargo de ese sector no estaban preparadas para atender allí. En ese lugar Alejandro sufrió un paro cardiorrespiratorio y recibió, además, una cricotomía para asegurar su ventilación, ya que las médicas no pudieron entubarlo dada la rigidez del paciente por su “espondilitis anquilosante”.
Mariano Cohn se manifestó en contra de la absolución de Montagna, porque para él debería responder en tanto “responsable médico” de haber designado a las residentes Quiroga y Seijo para el sector de atención crítica del shock room. “Cuando uno va a una guardia y se entrega -dijo- hay un último responsable. Y si ese responsable, que es el jefe de Guardia, de quien depende todo, no garantiza que estén los profesionales médicos capacitados para atender, es muy grave, porque uno queda en manos de estas bestias”.
Luego el cineasta reflexionó: “Creo que la justicia en Argentina a veces va por un camino muy diferente al de la razón, al del sentido común y al de la verdad. Creo que muchas veces, cómo se tipifica [un delito], cómo se condena un hecho, después de nueve años, no coincide con la razón y la búsqueda de la verdad. Pero sigo confiando y mantengo mi posición y mi pedido de justicia y verdad”.
Al finalizar, el hermano mayor de la víctima recordó que fueron nueve años de un proceso donde “siempre tuve el apoyo de mis amigos y de los amigos de Alejandro”. También destacó la templanza de sus padres, Mario Cohn y Beatriz Arroyo, quienes “siguieron todo este derrotero” atravesando “un dolor que creo que es necesario” para empezar a elaborar el duelo.
Este viernes culminó un debate que empezó en abril y cuya instrucción penal se inició por una “muerte dudosa” el mismo día del fallecimiento de la víctima. La denuncia la presentó Sergio Gianassi, el subjefe de Terapia Intensiva del Hospital Italiano, donde se recibió el traslado del paciente en la madrugada del 29 de julio de 2015 desde el centro de salud municipal por pedido de la familia.
Aunque todavía no está confirmado, se prevé que el querellante presentará un recurso de apelación para llegar hasta la Casación de la provincia de Buenos Aires. Mientras tanto, el juez Ocampo ordenó abrir una investigación para determinar cuál fue la conducta de las enfermeras Nancy Flores y Erlith Valverde Rivera, ambras presentes en la guardia al momento del ingreso del joven al hospital.
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