La vida suele ser tempestuosa en muchos sentidos. Cada dimensión de los seres humanos se puede afectar por contrariedades, accidentes, malas experiencias personales, pérdidas, y mucho más. Sin embargo, para los creyentes hay especial confianza en que cualquier problema, por grande que sea, puede verse más ligero frente a Dios.
Un reconocido salmo de la Biblia ha servido por años para refrescar el turbulento corazón de muchos creyentes preocupados por cualquier situación adversa, ya que indica que es mejor soltar esas cargas y dejarlas en Dios, que es una “fortaleza”.
Ahora puede seguirnos en nuestro WhatsApp Channel y en Facebook.
Las preocupaciones son un problema hoy en día. En una sociedad globalizada, llena de muchas aspiraciones y metas -y una intensa carrera de competencias entre unos y otros- y en donde parece que todos están en búsqueda de algo, la insatisfacción y la incertidumbre pueden tomar el control. De hecho, los expertos adicionan que el impacto de las redes sociales ha complejizado las cosas.
Por ejemplo, el escritor argentino Andrés Oppenheimer, en su nuevo libro ¡Cómo salir del pozo!, destacó que en el mundo “hay una ola de infelicidad”, que está causada, en parte, por la insatisfacción, o el descontento, con las circunstancias como el trabajo, o las condiciones de vida. Y mientras tanto, el estrés, la preocupación y las enfermedades mentales se convierten en esa sombra de la cotidianidad.
Preocuparse, es sencillamente ocuparse de algo de manera previa. Proviene del latín praeoccupāre, y según la Real Academia Española es “ocupar anticipadamente”, por supuesto, la mente y, en efecto, el cuerpo, el estado de ánimo, todo.
El salmo 62
Por eso, un texto como el salmo 62 tiene resultados para los creyentes. En este escrito, teñido por la tinta de la pluma del rey David, evidencia que la búsqueda de tranquilidad y refugio en tiempos de adversidad toma un matiz espiritual profundo cuando se considera la perspectiva de hallar paz y salvación únicamente en un ente superior, de acuerdo con la composición literaria.
Por eso invita a que la confianza descanse solo en Dios, con la sugerencia de que se evite reposar en bienes materiales y posesiones, como el dinero. Tampoco en la violencia. Es importante conservar la calma, y entender que “de Dios es el poder”, como indica el versículo 11.
Dice el texto así:
1. En Dios solamente está acallada mi alma;
De él viene mi salvación.
2. Él solamente es mi roca y mi salvación;
Es mi refugio, no resbalaré mucho.
3. ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,
Tratando todos vosotros de aplastarle
Como pared desplomada y como cerca derribada?
4. Solamente consultan para arrojarle de su grandeza.
Aman la mentira;
Con su boca bendicen, pero maldicen en su corazón. Selah
5. Alma mía, en Dios solamente reposa,
Porque de él es mi esperanza.
6. Él solamente es mi roca y mi salvación.
Es mi refugio, no resbalaré.
7. En Dios está mi salvación y mi gloria;
En Dios está mi roca fuerte, y mi refugio.
8. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;
Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio.
9. Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres, mentira los hijos de varón;
Pesándolos a todos igualmente en la balanza,
Serán menos que nada.
10. No confiéis en la violencia,
Ni en la rapiña; no os envanezcáis;
Si se aumentan las riquezas, no pongáis el corazón en ellas.
11. Una vez habló Dios;
Dos veces he oído esto:
Que de Dios es el poder,
12. Y tuya, oh Señor, es la misericordia;
Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.
En una sociedad que constantemente enfrenta desafíos tanto individuales como colectivos, la importancia de encontrar una roca sólida en la que apoyarse es un tema central que resuena en las experiencias humanas a través de los tiempos. “Solo en Dios halla tranquilidad mi alma; solo de él viene mi salvación”, es una afirmación que subraya la creencia en una fuerza divina capaz de proporcionar no solo salvación, sino también serenidad y fortaleza ante las adversidades.
Por su parte, el teólogo norteamericano, John MacArthur, a través del portal religioso Gracia a Vosotros, indicó que ”una mayoría de enfermedades mentales y algunas enfermedades físicas están directamente relacionadas a la preocupación. Muchos casos de embriaguez y de adicción a las drogas son síntomas de la preocupación”.
Agregó que “a causa de la preocupación, muchos toman decisiones con consecuencias dolorosas. La preocupación es devastadora. Pero aún más importante que lo que la preocupación le hace, es lo que le comunica a Dios preocupándose. Cuando usted se preocupa le está diciendo a Dios que no cree que pueda confiar en Él”. Por eso, David dijo que solo en Dios podía descansar en su momento de angustia.
Hacer Comentario