Uno de los economistas liberales que más hizo por impulsar la agenda libertaria a nivel mediático durante la campaña presidencial 2023 y que supo ser el jefe de asesores del ahora presidente Javier Milei lanzó una inquietante advertencia. Ex viceministro de Economía durante el Gobierno de Carlos Menem y fundador del CEMA, Carlos Rodríguez es una de las voces pro mercado más escuchadas del país y, pese a sus coincidencias ideológicas con la administración de La Libertad Avanza, no oculta sus críticas técnicas a la estrategia del Gobierno.
La nueva reacción de Rodríguez fue resultado de la publicación de los datos de recaudación fiscal de marzo, que muestran un desplome del 12% interanual en términos reales, es decir, teniendo en cuenta la inflación. El dato que preocupó a los especialistas no pasó desapercibido para el ex asesor de Milei. En particular porque mientras que la masa de ingresos fiscales se caía, los pocos ingresos impositivos que crecían tenían relación con el comercio exterior (Impuesto PAIS y retenciones).
“Volvimos al Siglo XIX: la Aduana es la principal fuente de recaudación…y dentro de ella, los Derechos de Exportación. Estamos Mal y Vamos Para Atrás”, se quejó el economista en su cuenta de la red social X (la ex Twitter) y luego adjuntó el último informe de recaudación de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP).
En marzo, los ingresos tributarios llegaron a $7,73 billones, esto es un crecimiento del 230,6% interanual en comparación con una suba del Índice de Precios al Consumidor de 276,2%. Es una caída resonante, por segundo mes consecutivo.
Pero más allá de la película, es la foto la que preocupa aún a los especialistas ideológicamente más cercanos a Milei. Los datos del recaudación, suministrados por la Secretaría de Hacienda, dieron cuenta de que la variación del agregado de ingresos por DGI, Anses y Aduana fue más de 45 puntos porcentuales por debajo de la tasa de variación del Índice General de Precios del Indec, y representó una contracción en valores reales de 12,1%, muy superior a la esperada por la contracción del PBI, que según el estudio OJ Ferreres y Asociados de 6% en los últimos doce meses.
En ese cocktail, sobresalió el aumento de los ingresos de Aduana, por efecto del salto cambiario sobre las exportaciones, la ampliación del Impuesto PAIS sobre las importaciones, principalmente de bienes, pero también de servicios contratados en el exterior, junto al pago de consumos fuera del país al equivalente en moneda nacional.
“Volvimos al Siglo XIX: la Aduana es la principal fuente de recaudación” (Rodríguez)
En el caso particular del cobro por retenciones, La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC), entidades que representan el 48% de las exportaciones argentinas, anunciaron que “durante marzo las empresas del sector liquidaron USD 1.501 millones, lo que representa una suba del 22% en relación con igual mes del 2023″.
Si a ese monto se le agrega el efecto combinado del salto cambiario de la paridad oficial de referencia en 311%, con la suba del contado con liquidación que actualmente participa con 20% en el “blend” especial que se inauguró con el dólar soja en la segunda mitad de 2022, se explica la suba del 541,7% de lo ingresado a la Aduana por ese concepto.
Con toda la economía cayendo, es el comercio exterior y las transacciones cambiarias lo que está sosteniendo la recaudación y ese es el punto que señala Rodríguez. Cargar la recaudación sobre el comercio exterior no suele estar en las recetas económicas que buscan liberar a los sectores más competitivos y pujantes para tratar de maximizar su impacto en el resto de la economía.
Y la referencia al siglo XIX no es casual en ese sentido. En “La disputa por la Nación: rentas y aduanas en la construcción estatal argentina, 1850-1865″, el investigador Juan Carlos Garavaglia muestra que el 85% de los ingresos fiscales de Buenos Aires entre 1854 y 1860 provenían de la Aduana mientras que el 95% de los de la Confederación, enfrentada a la provincia portuaria, surgían de la misma fuente.
De asesor a evaluador
Desde que el año pasado Rodríguez renunció al rol de jefe de asesores de Milei, puesto informal que hoy ocupa Demián Reidel, el tono del profesor universitario y ex colaborador de Roque Fernández, se ha vuelto mucho más crítico. Si bien no se enfrenta al gobierno en sí, no tiene ningún problema en señalar a viva voz problemas con la estrategia económica.
En ese sentido, una de las críticas más lacerantes llegó a principios del mes pasado.
“Ojo con la opinión pública y con las metas macro. Cuando yo era viceministro de economía en 1997/98 teníamos: Inflación negativa o casi cero; Libre circulación del Dólar y otras Monedas, sin cepo; Riesgo País de tres dígitos; Gasto Público Primario Consolidado/PBI: 28%”, había señalado.
“Y sin embargo nos puteaban de todos lados: que el desempleo, que la pobreza, que la Cuenta Corriente, que el Gasto, que el atraso cambiario, que las PyMES, etc. Y probablemente tenían razón. La apertura de la economía y la entrada de capitales sin flexibilidad laboral hizo desastres. Y todavía seguimos buscando dólares afuera como primera prioridad. Financiando al Estado con Impuestos al Empleo. Hay que aprender del pasado y no manejar el país como una mesa de dinero”, había señalado.
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