El ministro de Economía Luis Caputo dijo que las prepagas le están declarando la guerra a la clase media y que el gobierno defenderá a la clase media. El motivo del exabrupto obviamente fue el hecho de que, luego de 20 de años de controles de precios, se les dio la libertad y el ministro entendió que hicieron abuso de la libertad. La liberación de los precios en la economía provocó en los primeros 3 meses del 2024 una inflación de 53% trimestral, cuando el ajuste de las prepagas rondó el 145% trimestral.
Lo que pasa es que el ministro pone la lupa en sus 3 meses de gestión cuando en realidad hay que mirar toda la película, que ya estaba bien comenzada cuando él asumió.
La historia es así.
En la década de los ‘90 las prepagas no tenían precios controlados. Pero no había inflación. Entonces, las prepagas no podían aumentar los precios porque la gente, sin inflación, puede ejercer con más información su decisión. Esto es lo bueno de no tener inflación.
La liberación de los precios en la economía provocó en los primeros 3 meses del 2024 una inflación de 53% trimestral, cuando el ajuste de las prepagas rondó el 145% trimestral
Se salió de la convertibilidad y volvió la inflación. En el año 2006, empezó a crecer por lo que el entonces Secretario de Comercio, Guillermo Moreno, puso la lupa en las prepagas y se puso a defender a la clase media de los ajustes que las prepagas hacían por inflación. No había regulación de prepagas así que los controles no se hacían con medios legales sino con amenazas y bravuconadas.
En el 2011, se sanciona el marco regulatorio de las prepagas y aquí se legaliza el control de precios. Las prepagas, para aumentar sus precios, tienen que pedir permiso.
La “técnica” dice que en los seguros de salud corresponde que haya controles de precios. La razón es que la persona no tiene perfecta información para evaluar si el aumento de precio del plan de salud es pertinente o no o si es conveniente para ella. De aquí que el ente regulador del Estado debe autorizar los aumentos en función de un análisis técnico actuarial que justifique el aumento y darle toda la información posible a la persona para que ella ejerza su libre elección de manera informada.
Claro, pero cuando hay inflación (y encima alta), los aumentos de precios no son “aumentos” de precios. Son actualizaciones de costos. Pero en Argentina, las herramientas técnicas que en países serios se aplican a la transparencia del sistema, se usan para hacer demagogia aprovechando la inflación. El político de turno a cargo del Estado usa la herramienta técnica de control de precio para congelar los precios de las prepagas con alta inflación y así defender a la clase media y escuchar el vitoreo de agradecimiento.
Cuando hay inflación (y encima alta), los aumentos de precios no son “aumentos” de precios. Son actualizaciones de costos
Volviendo a la historia. Cuando comienza el Covid, se encierra a la población y se congela el precio de las prepagas. Cuando se vuelve a la apertura parcial en el primer semestre del 2021, el gobierno le deniega a las prepagas la recuperación del congelamiento del 2020. En junio del 2021, los precios de las prepagas eran un 30% inferior en términos reales a marzo del 2020 cuando se encierra a la población por el Covid. Aquí, las prepagas presentan un amparo judicial que un juez hizo lugar.
El gobierno, después de la acción judicial, comienza a dar algunos ajustes, algunos para recuperar algo de lo perdido, otros por inflación, cuestión que los precios de las prepagas se estabilizan en 20% por debajo de marzo de 2020, antes del Covid. No recupera los 30%, pero algo es algo.
En la segunda mitad del 2022, la Superintendencia de Salud comienza a aplicar una fórmula de ajuste automático de los precios de las prepagas basada en los costos de la atención médica. Esto estaba bien porque daba previsibilidad a los ajustes de precios de prepaga.
Pero en el 2023, la inflación se acelera. Cuando la inflación se acelera, no hay fórmula de ajuste automático que le gane. Podrá recuperar con posterioridad, cuando baje la inflación, pero no cuando pica en punta.
En agosto del 2023, con inflación acelerada, el precio de las prepagas volvió a estar 30% debajo de marzo 2020. El candidato oficialista Sergio Massa, habiendo su partido político salido 3° en las primarias, se lanza –obvio– a defender la clase media y vuelve a congelar el precio de las prepagas.
Cuando la inflación se acelera, no hay fórmula de ajuste automático que le gane. Podrá recuperar con posterioridad, cuando baje la inflación, pero no cuando pica en punta
En diciembre del 2023, el precio de las prepagas era 40% en términos reales inferior a marzo del 2020. O sea, una caída mayor que la ocurrida en el congelamiento por el Covid. La razón es que el congelamiento del Covid fue con inflación de 36% en el 2020 y la de Massa en el 2023 fue con inflación de 211%.
Primera medida del presidente Javier Milei para con las prepagas: liberar los precios, que estaban 40% abajo que antes de la pandemia.
Si abrís una olla a presión con semejante presión acumulada, los fideos van a quedar pegados en el techo. Que es lo que pasó con el precio de las prepagas.
Con el aumento de 145% (aproximado porque cada prepaga pone el aumento que quiere) que hubo en los primeros 3 meses del 2024, los precios de las prepagas se están igualando al nivel que tenían justo antes que comience la pandemia.
Mensaje al Ministro de Economía: las prepagas no le están declarando la guerra a la clase media; la están trayendo a la realidad de que, en 20 años de políticas demagógicas, el populismo usó a la clase media para hacerle creer que las prepagas podían ser baratas.
Mensaje a la clase media: si las prepagas le declaran la guerra refúgiese en el hospital público que es gratis y tiene las puertas abiertas.
El autor es presidente de Idesa
Este columna fue publicada en El Economista.
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